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drillo. Cada cavidad tiene dos aberturas, una practicada hácia el medio en el espesor de la bóveda, y la otra en la pared norte y en la superficie del círculo de la mismo bóveda: la primera sirve para introducir las sustancias que se quieren reservar y se cierra por un postigo provisto de su candado; la segunda, mas pequeña, sirve para dar acceso al aire y salida á los

gases.

Durante las estaciones en que el trabajo no es tan urgente, los agricultores envian sus carros á la ciudad para estraer las inmundicias de las letrinas, que transportan en cubos y vacían en estas cavidades ó cisternas.

Este abono se destina especialmente para activar la vegetacion de las plantas oleaginosas y del tabaco, que son las que dan mayores beneficios; sirve tambien para regar los sembrados de las plantas leguminosas destinadas á los animales, é igualmente se emplea en forma líquida se transporta, en barriles á los campos, despues de las siembras, y vaciándolos en una cuba, sucesivamente se reparte el abono con una especie de cuchara de hierro con un mango largo de madera. Vaciada la cuba, semuda de lugar y se vuelve á empezar esta operacion, hasta que toda la superficie del terreno haya participado de este beneficio.

No tarda en advertirse su efecto, porque los granos enardecidos por esta materia en fermentacion, sin estar en contacto con ella, germinan y se desarrollan prontamentè, siendo capaces de resistir á diferentes causas de alteracion. Los gases que continuan desprendiéndose, y sobre todo el ácido carbónico, suministran á las hojas un alimento abundante y el vapor acuoso facilita su asimilacion.

Este abono, es tambien muy útil despues de haber repuntado las plantas tiernas, pero debe cuidarse de no echarlo sobre las hojas y las raices, lo que se consigue vertiéndolo con la mano en agugeros abiertos entre las plantas.

Si la costumbre no hubiese hecho á los cultivadores casi insensibles, desde su infancia, al repugnante olor que emana de este abono, seria preciso una especie de valor para soportarlo, se esparce á lo léjos y permanece por muchos dias. Por lo demas, la esperiencia ha demostrado que estas emanaciones infectas y desagradables, cuando estan exaladas al aire libre, no son en manera alguna insalubres.

Los cultivadores añaden ordinariamente á los orines y materias fecales, encerradas en los depósitos de letrinas, las heces de las semillas oleoginosas esprimidas y reducidas á polvo; conteniendo estos residuos sustancias vegetales azoadas, son muy propios por sí mismos para servir de abonos; ademas se impregnan fuertemente del líquido contenido en la cava ó depósito, y ceden poco á poco los productos de su descomposicion á las plantas que rodean.

Una cava contiene ordinariamente 32 metros cúbicos de materia, ó veinte y cinco toneles de 125 kilógramos de peso cada uno, costando de compra 30 céntimos, de transporte otros 30, de uso 60, y en todo 1 fr. 20 céntimos; lo que hace subir el gasto total, para la cantidad de materia contenida en cada cava, 409 fr. 60 cent. sin comprender los intereses del capital.

á

Mantillo de estiercol muy seco. Este abono se prepara trasladando á vastas zanjas abiertas en la tierra, las materias fecales recogidas en las grandes ciudades

TOMO I.

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por los traficantes de inmundicias (*); espuesta alli esta materia al aire, en una gran superficie, se deseca espontaneamente, de cuando en cuando se revuelve, para que pase arriba la parte inferior, y cuando la desecacion se ha adelantado bastante, se envia esta sustancia pulverulenta á los departamentos, por medio de barquichuelos.

Este abono no obra con la rapidez que el anterior, permanece mas tiempo sin estar descompuesto en la to- ' talidad, y hallándose las plantas algunas veces en contacto con él, durante su vegetacion, contraen un mal gusto que repugna á los animales. Por lo demas, su uso y efectos son muy análogos á los del abono flamenco, y como él, fertiliza el suelo, sin abrigar gérmen alguno de malas yerbas.

Depósitos de los albañales, limo de los arroyos y canales. Estas materias, acarreadas con mas ó ménos rapidez ó acumuladas despues de cierto tiempo bajo las aguas, son solo, muchas veces, tierras fangosas semejantes á las de aluvion, que como hemos visto al principio de este capítulo, son convenientes para el abono de las tierras demasiado ligeras; pero como generalmente estan cargadas de restos de sustancias orgánicas, y por su fermentacion desenvuelven muchó gas ácido hidrosulfúrico, que en estado de libertad es

(*) En Montfaucon, cerca de Paris, se nota una esplotacion considerable de este género; el infecto olor que de alli se exala y esparce en muchos barrios de la capital, ha obligado á la autoridad á trasladar este establecimiento cerca de Bondy. Todo es repugnante en los detalles de esta empresa, y nada lo es mas sin duda, que el ver á los hombres buscar con anhelo en las materias fecales que llevan de Paris, y que se vacian en las zanjas, los objetos de algun valor que pueden haberse perdido en las letrinas, para lo cual hacen pasar por sus manos toda aquella materia en putrefaccion.

muy perjudicial á los vegetales, se ha reconocido, que mezclando estos depósitos con cal, ofrecia el medio de emplearlos como un buen abono. Entónces se forma un sub-hidrosulfato de cal, que en cantidad pequeña, no es contrario á la vegetacion, y el esceso de cal satura la mayor parte del hidrógeno sulfurado á medida que se desarrolla.

Estiércoles de caballos y vacas. Estos abonos se acumulan por lo ordinario en medio de los corrales de las haciendas, y reciben las corrientes de las aguas pluviales, que arrastran consigo los orines y deposiciones de los animales. Esta disposicion es muy conducente para hacer el estiercol mas vivo y para retardar su fermentacion, pero tambien es muy perjudicial á los animales y á los habitantes de la hacienda, sobre todo por la gran cantidad de insectos alados que su vecindad atrae. Los estiércoles de los caballos deben separarse de los de las vacas, porque aquellos son mas calientes, y por lo mismo convienen á las tierras húmedas frias, y los otros lo son para los terrenos calientes y secos: estas diferentes cualidades se atribuyen al diverso alimento que se dá á dichos animales. Unos y otros pierden de su valor, si se les deja en una larga fermentacion, como tambien por una esposicion demasiado dilatada al aire sobre la superficie de los campos, ántes de las siembras. Algunas veces se añaden á estos estiércoles las malas yerbas arrancadas con las escardas; pero esta es una práctica viciosa, porque introduce la semilla de estas plantas parásitas que infestan los campos en que se esparce este abono.

Estiércoles de carneros y gallinas. Estos abonos son muy fuertes, y se hallan por lo comun mezclados con los demas en los estercolares de los establos

rales. Se sabe que el lugar donde habitan los carneros en las tierras labrantías las hace muy fértiles; pero está reconocido que no deben déjarse las tierras en barbecho, porque estas no se cansan jamas, cuando se varia su cultivo y se emplean los abonos conve

nientes.

Sic quoque mutatis requiescunt fetibus arva.

VIRG.

(V. DIVISION DE LOS TERRENOS PARA SEMBRARLOS. ) Estiercol de los palomos. Es escelente; y los cultivadores flamencos han sabido apreciar tan bien ́su superioridad sobre los demas, que lo van á buscar muy léjos y pagan unos 100 fr. por cada carretada. Esta cantidad es suficiente para fertilizar cerca de un hectáreo (*) de tierra. Sirve especialmente para el lucroso cultivo del tabaco, del lino, del colsa, etc.

Heces de semillas oleaginosas esprimidas. Estos residuos son muy estimados como abono, en Flándes, y su valor equivale á poca diferencia á los gastos de la estraccion del aceite. Para emplearlos, se reducen á polvo y se esparcen con la mano en tiempos húmedos, mezclándolos algunas veces con los depósitos de las letrinas, como mas arriba hemos dicho. Este abono se reserva para los cultivos de lucro, porque su precio no permite emplearle en el de los cereales.

Restos de espolones, pelo de las patas de los carneros, orejas, etc. raspaduras de astas, trapos de lana y de seda. Todas estas materias animales forman

(*) Medida de 100 metros cuadrados, de modo que el cuadro que forma, ocupa 100 áreas, y en medidas castellanas tiene poco menos de 359 pies por lado, y por consiguiente comprende 128,804 pies cuadrados, que vienen á ser con poca diferencia 2 fanegas, y media de tierra, ó yugada y media.

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