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pletamente disuelta, y el oro queda en el fondo de los vasos, en forma de polvo ó de pequeñas masas de un oscuro amarillento. Se lava muy exactamente el oro y se reune despues en crisoles, en los cuales se funde añadiendo un poco de nitro, y esto es lo que se llama oro refinado. Para obtener la plata contenida en las disoluciones, se echan estas en grandes barreños de asperon, y se introducen en ellos láminas de cobre rojo ó de roseta: este metal se sustituye á la plata, y esta se deposita bajo la forma de una espuma cristalina mas ó ménos compacta, segun la concentracion del licor. Para juzgar si la operacion está enteramente acabada, se vierten algunas gotas de disolucion de sal marina en una corta porcion de este licor. Si persiste la claridad, toda la plata se habrá separado; entónces este polvo, que muy impropiamente se llama cal de plata, debe lavarse hasta que las aguas del lavado no se azulen mas por el alcali volátil. Se funde esta plata con una mezcla de seis partes de salitre y una de borrax. Cuando la materia está en fusion tranquila, se cuela en una rielera llana que debe engrasarse con un poco de scho; fria ya la barra se mete en el agua para que se separen de ella las partes salinas que podrian tal vez permanecer adheridas.

La plata que asi se obtiene, cuando la operacion se ha dirijido con cuidado, puede servir de nuevo para la incuartacion; pero no será la mas pura que pueda obtenerse, porque contiene todavia algunos átomos de cobre, de los cuales es fácil desembarazarse por la copelacion.

La precipitacion de la plata por el cobre dura un tiempo mas ó ménos largo, subordinado á la cantidad de licor con que se opera, á su grado de concentracion, á

la estension de las hojas de cobre, y á la temperatura de la atmósfera. Cuando se obra con masas bastante considerables puede sac arse utilidad de estas disoluciones de cobre; pero como contienen una cantidad demasiado grande de agua, es preciso conc entrarlas ántes á vaso abierto, en vasijas de cobre rojo, ó mejor de platina. Concentrado este licor, se distribuye en seguida en cucurbitas de arena ó de asperon, provistas de capiteles, y colocadas en un hornillo de galera; se adaptan los recipientes, se tapan las junturas con tierra, y se calienta y destila hasta la sequedad. M. Vauquelin aconseja el separar el ácido que se obtiene en dos partes: la primera que se recoge podria servir para la operacion de refinar, y la segunda para volver al vaso. Esta agua fuerte es entónces muy pura y no tiene necesidad de ser precipitada como la del comercio. Creo no obstante que debe contener gas nitroso, lo que podria hacerla impropia para el uso de los ensayes. Queda por resíduo en el fondo de las cucurbitas un polvo oscuro que es del óxido de cobre: para reducirle se le mezcla con iguales partes del flujo negro, y se funde en un crisol.

Muchos metalúrgicos hábiles pensaban que el oro refinado retenia algo de plata, y M. Lesage hizo ver que este oro disuelto en el ácido nitro-muriático, dejaba efectivamente precipitar al cabo de algunas horas un poco de muriato de plata, y debia tambien creerse, que la plata refinada, conservaba igualmente una corta proporcion de oro. Estas ideas empeñaron á M. Dizé, entónces afinador de monedas, á buscar algun otro procedimiento que pudiese dar resultados mas exactos, y despues de numerosos esperimentos halló que el ácido sulfúrico tenia bajo este aspecto grandes ventajas, pues

con este ácido conseguia descubrir en la plata cantidades de oro imperceptibles por el medio que acabamos de indicar. Este procedimiento que M. Dizé puso en uso, se emplea actualmente en grande en muchos establecimientos de Paris. A medida que las nuevas masas de plata van presentándose en estas afinaciones, se saca de ellas la porcion de oro que se hallaba alli como enteramente perdida: esta porcion se aprecia en un milésimo del peso total de la plata, lo que aproximativamente equivale á un valor de 3500 fr. por cada mil kilóg. de plata. Si se calculan los miles de kilógramos de plata que anualmente se funden para las monedas, en el comercio y en las artes, podrá concebirse la grande cantidad de oro que poco a poco podrá entrar en circulacion por este medio, y que estaba absolutamente perdida. El procedimiento, tal como se practica en el dia, consiste en 5 operaciones diferentes que vamos á esplicar.

1 Operacion. En muchos hornillos de 1 pie de diámetro se colocan vasos de platina de forma ovalada, que cada uno recibe 3 kilóg. de plata en grano, sobre los cuales se echan 6 kilóg. de ácido sulfúrico concen→ trado. Cada vaso está tapado con un cono de platina, en cuya cúspide hay una abertura de cerca de 4 líneas, para dar salida á los vapores. Puede adaptarse á este orificio un tubo de platina ó de vidrio que conduzca los vapores á los aparatos de condensacion. Estos hornillos están dispuestos debajo de una campana evaporatoria.

En frio seria nula la accion; hay pues necesidad de determinarla por el socorro del calor, y entonces se descompone una porcion del ácido, cede oxígeno al metal, y se transforma en gas sulfuroso que se desprende. A medida que la plata se oxida, se combina con otra

porcion de ácido, y forma el sulfato que queda en el licor. La disolucion no es muy viva, ni abundante el desprendimiento del gas sulfuroso, sino durante las 2 ó 3 horas primeras; despues sigue la operacion con mucha mayor lentitud, y hasta despues de 15 horas no se halla atacado todo el metal.

Durante el curso de esta operacion, no solamente se desprende gas sulfuroso, sino tambien ácido sulfúrico, porque se emplea de intento una cantidad mucho mas considerable de éste, que la que se combina ó descompone: es pues esencial el poder preservarse de la accion corrosiva de los vapores; por esto debe cuidarse de situar en el tubo de la chimenea, un hornillo que los determine á elevarse por la corriente rápida que se establece; tambien conviene evitar que se esparzan estos vapores en lo esterior, y probablemente se habrán haHlado medios para condensarlos. Creo que despues de haber determinado su ascension perpendicular, para desembarazar de su accion al taller, se haria bien de dirijirlos lateralmente á un refrigerante de plomo que condensaria el ácido sulfúrico, y dejaria escapar solamente el gas sulfuroso, el cual seria despues absorvido con mucha facilidad, haciéndole atravesar toneles que contuviesen greda quebrantada y humedecida lige

ramente.

2 Operacion. Cuando se ha determinado la disolucion sulfúrica, se retira de los vasos de platina, y se dilata en agua hasta que no marque mas que 15 á 20o Se deja depositar completamente la corta porcion de polvo oscuro que ha rehusado disolverse, y que no es otra cosa que el oro que estaba contenido en la plata; se decanta, se lava y precipita en seguida la disolucion de plata con laminillas de cobre rojo, como lo

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hemos indicado en el otro procedimiento para la disolucion nítrica. El polvo de plata que se deposita se lava muy cuidadosamente.

32 Operacion. La plata precipitada en la operacion precedente se funde en un crisol, y se cuela en forma de barras.

4 Operacion. Lo mismo se hace con el polvo de oro que se ha separado, al cual se le añade ademas un poco de nitro, para quitar algunas porciones de cobre que pudieran aun quedar en él.

53 Operacion. Como el sulfato de cobre tiene muchos usos en las artes, es mas fácil sacar alguna ventaja de las disoluciones que por este nuevo procedimiento se obtienen; en efecto, cuando toda la plata se ha precipitado, se evaporan y se les hace cristalizar : se separan los mejores cristales, de los pequeños, y se vuelven á disolver estos para cristalizarlos de nuevo.

Tal es el procedimiento de afinacion usado en la actualidad; fáltanos averiguar si las ventajas que ofrece compensan los gastos que exije. No es presumible que asi sea, por lo menos juzgando por el precio muy módico que se exige para esta afinacion. Sin embargo existen en estas operaciones ciertos motivos de merma que deben ocasionar pérdidas bastante considerables. Por ejemplo, cuando se funde cierta masa de plata, sucede con mucha frecuencia que se rompe el crisol, y que por mucho cuidado que se ponga en recoger las cenizas, siempre se esperimenta un déficit. Cada crisol nuevo que se usa, embebe una cierta cantidad de plata: en verdad todos estos restos se juntan con las cenizas de los hornillos y con lo que se llama lo atrasado, para esplotarse en seguida como mina de plata; mas esto produce nuevos gastos, y nunca se consigue toda

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