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á su término, y por este arreglo el precio del acarreo se ha hecho ménos caro y el transporte mas seguro.

Los carreteros ordinarios, apénas hacen mas que doce leguas de posta al dia (*), y no viajan de noche para que descansen sus caballos. Era tambien frecuente la necesidad de emplear para los envios urgentes el auxilio de las mensagerías y diligencias, con el fin de transportar con mas celeridad las mercancías; lo que aumentaba considerablemente los gastos. Estas consideraciones hicieron idear el acarreo acelerado, que es un medio término entre el acarreo ordinario y las mensagerías. El acarreo acelerado, se verifica por el intermedio de los comisionados de que hemos hablado y de los mismos carreteros, y no hay mas dife rencia sino que en este caso, estos viajan noche y dia, cambian de caballos en cada parada determinada, y uncen á sus carros tiros descansados que hallan ya dispuestos, por cuyo medio no hay interrupcion en el transporte. El precio del acarreo acelerado no escede generalmente sino un tercio del acarreo ordinario.

Los carreteros, á ménos que sus principales ó alguno de los que han cargado sus carros no les acompañen, deben llevar la guia de las mercancías que conducen, y segun cuales sean, los recibos de las oficinas por donde pasen, cuyos adelantos, el sello de la factura y demas derechos reembolsa el consignatorio á vista de los documentos.

A ellos pertenecen tambien el pago de los derechos de peage que se exigen en el camino, ya por los carros, ya por las cabellerías, ó por ellos mismos al pas

(*) En España no caminan tanto, porque las leguas son mayores; pues diez leguas comunes francesas hacen siete leguas de España.

so de ciertos puentes, á ménos que segun los convenios se les hayan de rembolsar.

Finalmente, los acarreadores responden de todos los daños que suceden á las mercancias, ó de los retardos contrarios á la estipulacion consignada en la guia, á ménos que no se provean de testimonios que acrediten fuerza ó impedimento mayor.

Reparados los caminos y establecido, á lo ménos en los principales, el uso de los caminos de hierro, el precio de acarreo disminuirá mucho. Veamos las mejoras que se han propuesto.

M. Pouchet, vecino de Rouen, ha reducido á ocho pulgadas y media la longitud de cubos y ha substituido ejes movibles á los fijos. Las ruedas están sostenidas en el estremo de cada uno de los ejes, los cuales giran en gargantas colocadas bajo las piezas, llamadas cuerpos del eje y contenidas por sus estremos en la parte esterior. Como para girar serian necesarios tantos ejes como ruedas, es decir dos para cada tren, porque de otro modo seria imposible el volver, pues en este caso es menester que las ruedas vayan en sentido contrario, el autor ha imaginado muchas especies de ejes movibles: 12 los ejes entran en una caja fija contra el cuerpo del eje, en cuya caja hay una abertura para poder introducir el sebo sin necesidad de desmontarla; 2 los ejes están unidos por medio de un cilindro que entra en el estremo de cada uno de ellos, pero en este caso no se puede dar sebo sino rara vez; 3 los ejes iguales á los anteriores con la diferencia de que el cuello del eje girando sobre cuatro rodajas aligera mucho el acarreo; 4 los ejes no difieren de los demas sino en que solo tienen dos rodajas. Tambien están unidos en una caja, pero como es

ta es movible no necesita mas sebo que las otras. Las ruedas constan de seis radios é igual número de pinas, cuya construccion es sólida y de forma agradable. En el tomo I de los Privilegios terminados pueden leerse mayores detalles.

El conde de Thiville, en el castillo de Pre-le-Fort (Loiret), obtuvo en 15 de abril en 1820 un privilegio de 15 años para un nuevo sistema de acarreo, cuyo objeto era reducir las resistencias que se oponen á la operacion de los roces de primera especie, y las que resultan de los roces de segunda especie solamente. Este privilegio espirará en 15 de abril de 1835.

M. Holland, en Paris, obtuvo otro por 5 años en 15 de mayo de 1823 por un sistema de rodage, y espiró en igual época de 1828 (V. el tomo xvIII de los Privilegios terminados).

M. Snowden, en Paris, consiguió el 21 de setiembre de 1825 un privilegio de 10 años, que espirará en 1835; 10 para una construccion de caminos mecánicos; 2: para los vehículos mas propios al transporte de viageros y mercancias; 3o para una máquina llamada caballo mecánico, componiendo el todo un solo y mismo sistema de rodage. L.

ACAYOIBA, ANACARDO, ó mahogani. Arbol de hermosa presencia, y cuya madera dura, compacta y de un oscuro rojizo se conoce en el comercio con el nombre de caoba. Este árbol crece en las partes cálidas de la América, y en Cuba y Jamaica los hay tan grandes, que algunas veces se sacan de ellos planchas de dos metros de ancho.

La madera del acayoiba es una de las mejores que se conocen para las obras de carpintería, tallista y tornería, por cuya razon es orígen de un comercio

TOMO I.

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considerable: su grano es hermoso y capaz del mas bello pulimento, y sus cualidades la hacen preciosa á los ebanistas, que construyen con ella hermosísimos muebles. Los Ingleses fabrican casi todos sus muebles de caoba maciza, al paso que en Francia se ha establecido el uso de cubrirlos con láminas de esta madera, lo cual ademas de ser económico, permite obtener venas variadas de un modo agradable. Cuando está bien hecho este plancheo, es tan sólido como la madera maciza; pero es menester tener cuidado de fijar las ojas de caoba á la madera ya muy seca, con cola que no se deje penetrar ni ablandar por la humedad.

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Para preparar las láminas del acayoiba destinadas al plancheo, no se conocieron por mucho tiempo otros medios que el de aserrar á la mano los troncos de esta madera; pero este procedimiento sobre ser muy largo, no daba sino láminas de irregular grueso, por lo que se le substituyó despues el ASERRADO mecánico. Las maderas del acayoiba, á lo ménos las trabajadas recientemente, están sujetas á empañarse por efecto de una temperatura húmeda, lo cual obliga á hacerlas secar previamente, operacion larga y dispendiosa, incapaz muchas veces de remediar con perfeccion este defecto. M. Callender ha encontrado el medio de abreviarla por un procedimiento muy sencillo, que ha merecido la aprobacion de la Sociedad de Fomento de Londres. Consiste en colocar las maderas en una caja ó cámara cerrada hermeticamente, en que por un tubo que sale de una caldera, se le introduce el vapor del agua que debe subir á mayor temperatura que la del agua hirviendo. Despues que las maderas han permanecido así unas dos horas mas ó ménos espuestas al efecto del vapor y que se considera que se han pe

netrado bien de él, se trasladan á una estufa 6 taller caliente donde se conservan durante 24 horas ántes de empezar á obrarlas. Es necesario observar, que esto se practica con las maderas de medianas dimensiones, es á decir, que tengan 4 ó 5 centímetros de grueso, con que se hacen ordinariamente sillas, balaustradas, catres, etc.; es claro que las piezas de mayor marca exigen mas tiempo para secarse completamente.

Muchas veces los mas hermosos troncos de acayoiba están afeados con manchas y venas verdosas, ó encierran insectos que no tardan en atacarlos. El procedimiento que acabamos de describir remedia este doble inconveniente, haciendo desaparecer las manchas y destruyendo las larvas de los insectos.

La madera del acayoiba se vende desde 70 fr. hasta 170 fr. cada 100 kilogramos.

Se llama acayoiba hembra, una especie de mahogani cuyo tejido es flojo y lleno de poros. Esta madera es ménos pesada que la de que acabamos de hablar; su color es de un rojo mas oscuro que el de la acayoiba de plancheo; no se aprecia en el arte de ebanistería porque no se puede pulir. Los tallistas la emplean para hacer muebles, empleándola en macizo; se trabaja como el nogal y se le da brillo por medio de la puliéndola, con una frotacion rápida y prolongada. (V. CARPINTERÍA ).

cera,

Con ella se hacen tambien en América cajas y toneles que sirven para embalar las diversas mercancías. L.

ACAYOIBA DE MANZANAS, Cassuvium. Arbol de cerca de cinco metros de altura, que crece en los paises meridionales de la América y del Asia, y de cuyo fruto se estrae por fermentacion un aguardiente de buen

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