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pecto la industria científica, ó el acrecentamiento y fructuoso estudio de las ciencias, merece la atencion especial de un pueblo que aspira á un alto grado de prosperidad ó de poder. Para dar á conocer la utilidad que este estudio puede reportar á las artes, bastará citar entre las ciencias físicas y matemáticas algunas de aquellas partes que por sus aplicaciones han contribuido mas á los progresos de la industria.

Sin hablar del cálculo, que á todo se aplica, nom-brarémos primero la Geometría, que en especial, despues de haberse completado por la creacion de la geometría descriptiva, se ha convertido en una ciencia verdaderamente industrial, y es para el artista un idioma preciso y riguroso. La mecánica es todavia mas útil; muy largo seria el enumerar los servicios que esta ciencia ha hecho y puede hacer á la industria. La física ha descubierto muchos hechos importantes, que han hallado su aplicacion en la mayor parte de las artes.

Pero la química es la que de todas las ciencias ha auxiliado mas á la industria: descubriendo nuevas teorías mas exactas y mas conformes á los hechos, ha puesto en la mano del hombre un poder invisible, con el cual modifica á su voluntad todos los cuerpos de la naturaleza. Así todos los conocimientos especulativos han contribuido mas ó ménos al adelantamiento de las artes; y puede asegurarse que si las ciencias y la industria hubiesen llegado á su perfecto desarrollo, veríamos que la agricultura ó la economía rural, seria solo una aplicacion de la física vegetal y animal; las

manufacturas, la práctica de la química y de la mecánica, y el comercio en fin, una consecuencia de la historia de las producciones naturales é industriales.

Las artes por su parte no han sido ménos útiles al adelanto de las ciencias, las cuales han tomado el mas sublime vuelo, sobre todo cuando aquellas ofrecieron á la astronomía, á la navegacion, á la física y aun á la química, instrumentos y aparatos de la mayor perfeccion. Las máquinas para dividir el círculo y hendir las ruedas dentadas, han facilitado á los trabajos geodésicos y á las observaciones astronómicas una precision inesperada: otras invenciones han hecho aun mas; y aunque la industria no hubiera producido sino la imprenta y el grabado, bastaria esto para demostrar la prodigiosa influencia que era llamada á egercer en los progresos de todos nuestros conocimientos, y en la civilizacion del género humano.

§ 1: Esposicion de los progresos de la industria en Europa.

No seguirémos á las artes en todos los períodos de su historia; nos debemos limitar á bosquejar rapidamente su marcha en los tiempos modernos, empezando desde la época en que los grandes descubrimientos hirieron la imaginacion, despertaron la actividad y ensancharon el campo de la industria y del comercio. La agitacion general que introdujo en los espíritus el descubrimiento de las dos Indias, la invencion de la pól

vora, y la de la imprenta, egercieron su feliz influencia en las pacíficas tareas de las artes, empezando á conocerse su importancia para la prosperidad pública y el poder de los estados. Desde el siglo diez y seis, todos los Príncipes favorecieron á porfía á los hombres útiles que contribuian á la ilustracion de sus reinos. Pero no todas las naciones marcharon en esta nueva carrera abierta á su actividad, con paso igualmente rápido; algunas mas ilustradas se adelantaron á sus rivales y tomaron un vuelo brillante; sus esfuerzos fueron regularmente secundados por hombres de genio á quienes habian dado el ser. Qué no debe por ejemplo, la industria francesa á unos príncipes y ministros como Enrique IV y Luis XIV, Sulli, Colbert y Turgot! Recordar los gloriosos nombres de estos hombres célebres, es indicar el camino que debe seguirse, y mostrar los medios mas propios para hacer florecer las artes útiles á la prosperidad de los imperios.

Otros hombres ilustres han preparado con sus trabajos el advenimiento de tan gloriosa época: el canciller Bacon, en Inglaterra, abrió la brillante marcha que debia seguir el siglo diez y siete; él anunció, el primero, que el estudio de las artes mecánicas es una de las partes mas interesantes y esenciales de la filosofía natural, y considerando el conjunto de los conocimientos humanos, enseñó á los hombres el verdadero modo de estudiar la naturaleza, y les manifestó el uso de los tres grandes medios: la observacion, la esperiencia y el cálculo.

Las ciencias primero, y despues las artes se apro

vecharon de las lecciones del genio; las teorías fundadas en la esperiencia reemplazaron á los sistemas y á las hipótesis, y su luz fué desde aquel punto para la industria una guia constante y segura. Hasta que Galileo, Torricelli, Descartes, Pascal, Huyghens, Newton y Bernoully establecieron sobre bases inalterables la mecánica y la física, no fué posible perfeccionar las artes dependientes de estas dos ciencias. Vióse entónces á la relojería y las fábricas de instrumentos ópticos, físicos y astronómicos hacer progresos rápidos: Torricelli inventa el barómetro; Pascal la prensa hidráulica; Huyghens enseña las nuevas aplicaciones del péndulo, y Lahire determina la forma mas conveniente del sistema de ruedas dentadas. En este mismo período, Othon Guerick inventa la máquina pneumática, y Hook da á conocer el muelle espiral, y los relojes de faltriquera. El marques Worscester concibe la primera idea de las máquinas de vapor; Papin descubre su olla de alta presion; un artista ingenioso presenta á Luis XIV las primeras medias de telar, y aunque despreciada su invencion, fué á enriquecer con ella á la Inglaterra, Nicolas Cadeau establece en Sedan la fabricacion de paños finos al uso de Holanda, y el gobierno perfecciona el soberbio establecimiento de los Gobelinos sin rival hasta el dia, aunque con justo motivo hayan escitado sus productos la admiracion de toda Europa. Mas adelante se levanta la hermosa fábrica de papel de tapices creada por Juan Papillon hácia el fin del reinado de Luis XIV.

Este príncipe que queria ilustrar su reinado con todo género de glorias, atrajo á Francia á los sabios mas célebres y á los mas hábiles artífices: Huyghens en las matemáticas; Cassini en la astronomía; Roëner en la física, Winslow en la anatomía. Llamó tambien á VanRobais para las fábricas de paños finos, y á Hindret para las de sombreros.

Colbert protegió con toda la eficacia de su génio el comercio y las artes, prodigó el fomento y los premios á las manufacturas y á la navegacion, y estableció aquellos famosos reglamentos destinados á sostener una industria naciente, pero cuyo vuelo comprimieron despues con tanta violencia. Los talleres de Hindret y de Van-Robais eran como planteles de donde se estendian por toda la Francia numerosos discípulos. Los artistas estrangeros, atraidos por la proteccion, llevaban de todas partes su preciosa industria. En menos de veinte años las manufacturas francesas tomaron el aspecto mas floreciente, é igualaron á las de España y Holanda en los paños finos, á las del Brabante en los encajes, á las de Italia en las sederías, á las de Venecia en los cristales, á las de Inglaterra en los sombreros, á las de Alemania en la hoja de lata y armas blancas y á las de Holanda en las telas.

Desgraciadamente el impulso dado á la industria se estinguió con Colbert: la revocacion del edicto de Nántes, la emigracion de los mejores artistas, las guerras continuas y desgraciadas, los apuros del tesoro público, la creacion de cargas onerosas, la severa ejecucion de

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