CAP. VIII. En el qual se reflexiona acerca de los efectos de las fuerzas de presion y percusion en varias maniobras. Suponiendo definidas ya ambas fuerzas y establecida la gran diferencia que media entre ellas, se hace uso para aconsejar varias precauciones en las maniobras, y se demuestra la inutilidad y perjuicio de la práctica de tender anclotes con sus calabrotes en ayuda de los cables; sentando el único caso en que esto puede ser conveniente. Con los mismos fundamentos se insinúa algo acerca de la calidad de las xarcias mas propias para estos ó los otros fines, y respecto á las ventajas de las ménos torcidas. LIBRO TERCERO. DE LOS MOVIMIENTOS DE LOS BUQUÉS. CAP. I. Advertencias preliminares para los movimientos de los buques. Se dan algunos principios acerca de los momentos de las fuerzas respecto á un punto ó determinado plano qualquiera, indicando uno de los medios de hallar el centro de gravedad de los cuerpos. Seguidamente se trata de los movimientos de traslacion y rotacion, y despues de la presion de los líquidos que tiene lugar en todas direciones. CAP. II. De los tres exes que se consideran en los buques. y Como todos los movimientos de un buque se reducen á los de balance, cabezada, y á los dos horizontales de orzada arribada, se imaginan en su casco tres distintos exes al rededor de los quales y sobre el centro de gravedad se executan los particulares movimientos de que se ha hablado. CAP. III., IV., V., VI., VII., VIII. Por medio de la doctrina de los momentos se concluye la precision de hallar el centro de gravedad de un buque, el de su volumen, y las distancias horizontales y verticales del centro de las velas consideradas planas al centro de gravedad. Estos objetos juntos con el de hallar la línea de agua y sus alteraciones algunas reflexiones acerca del metacentro asunto de seis capítulos. son el CAP. IX. De lo que el centro de las velas curvas, braceadas obliquamente al viento, pasa mas á popa que quando se consideran planas. Para que no quede que desear á los lectores alguno de los conocimientos esenciales relativos al mejor manejo de los buques, se extracta del Exâmen Marítimo la principal doctrina de este capítulo, y se expone en términos que resulte comprehensible sin mas conocimientos que los elementales de Geometría y los principios de Mecánica establecidos en esta obra. Como el libro de Mr. Bourdé, intitulado Le Manoeuvrier, se halla en manos de muchos, y su parecer es contrario á lo que aquí se insinúa, se evidencian con suficiente claridad las causas que, al paso que autorizan su práctica, pueden destruir sus conseqüencias. CAP. X. De los momentos con que un cierto número de velas largas contribuyen á la orzada ó arribada de un navio, &c. Este capítulo encierra la doctrina mas importante de los movimientos de un buque, comprehendiendo la parte de su gobierno. Se recorren y demuestran las causas que facilitan ó dificultan las orzadas y arribadas, y que dependen del número y particular sitio de las velas mareadas, y de la calidad y colo d ma y cacion de los pesos que componen la carga. Despues se manifiestan los medios que deben practicarse á fin de aumentar la propension del navio para la orzada, ó para moderar esta últifacilitarle la arribada. Por último se concluye con evidenciar la necesidad de admitir la doctrina de D. Jorge Juan para dar razon de los efectos que se observan en la práctica, indicando la insuficiencia del modo con que algunos autores los explican. CAP. XI. De los momentos con que un número qualquiera de velas contribuyen á la inclinacion de un buque, y de aquellos con que este los resiste. Este capítulo se divide en dos partes. La primera se emplea en probar todas las causas que favorecen las inclinaciones, y la segunda en manifestar aquellas que las dificultan. Aunque se procede con alguna extension en toda esta materia no se sale, para las demostraciones, de los principios establecidos en esta obra: y solo se hace uso de una fórmula del Exâmen Marítimo para recopilar la doctrina de este capítulo, y añadir algunas otras reflexiones útiles. CAP. XII. De los efectos del timon. Antes de tratar de las viradas se habla de los efectos de esta máquina. Se indican las razones que favorecen la disposicion que se le dá en la práctica, aunque no sea en rigor la que generalmente se ha concluido por la teórica para conseguir su modo de obrar mas ventajoso. Considerando despues los efectos del timon para el caso de notable deriva, se concluye que esta máquina facilita los movimientos de arribada con preferencia á los de orzada. Se indica la diminucion de efectos que sufre la pala del timon para hacer arribar un buque quando este se halla muy tumbado, y se concluye con manifestar la parte de la pala que puede suprimirse sin alteracion del gobierno del buque, y con muchas ventajas del manejo y seguridad de dicha máquina. CAP. XIII. Del particular uso de las velas. Antes de hablar de las viradas se exâmina el uso particular de cada vela. Se manifiesta el modo de disponer las velas de proa para que con vientos largos, escasos, en facha ó mareadas en la forma ordinaria sirvan para orzar: y por el contrario las de popa puedan servir para arribar en semejantes circunstancias. CAP. XIV. De las viradas, y primero de la virada por avante. Se habla primero de la virada por avante. Omitiendo el material uso de las voces, se reflexîonan los varios agentes que contribuyen á verificar esta virada. Reconocidos estos se pasa á emplearlos todos á la vez y sucesivamente. Del exâmen de ambas prácticas se concluye la adopcion de cada una de ellas segun las circunstancias de floxos ó frescos vientos, de llanas ó altas mares. Se notan las alteraciones de la estiva que favorecen ó dificultan esta maniobra, y se concluye recopilando las causas que le son favorables, haciendo algunas reflexiones acerca de la imposibilidad y riesgos que hay de conseguir esta virada en muchas ocasiones. A los medios indicados para conseguir la virada por avante, y que se adaptan inversamente á la virada por redondo, se añade la mayor facilidad que nos dán para conseguir este móvimiento la disposicion del timon y el uso de las velas. Seguidamente se manifiesta la dificultad que hay en conseguir la virada por redondo quando el buque se halla muy tumbado, y se reflexîona acerca de la maniobra de cortar los palos de la parte de popa del centro de gravedad para conseguir la arribada de una embarcacion. CAP. XV. De la facha. A los medios discurridos para variar el curso de un baxel siguen naturalmente los de detenerlo. Semejante objeto compone la doctrina de este capítulo, cuya inteligencia resulta facilísima mediante lo dicho anteriormente. Despues de haber reflexîonado acerca de los modos mas convenientes de ponerse en facha segun las circunstancias, se insinúan los de ponerse á rumbo segun el método de facha que se hubiese adoptado, y el número de quartas en que se quiera navegar. CAP. XVI. Del modo de dar la vela estando aproados al viento. Se hacen las reflexiones fundamentales acerca de los varios medios de abatir la proa de un buque segun las quartas en que se pretende navegar, la angostura de los sitios donde se práctica la maniobra, y los estados de quietud ó movimiento de las aguas. CAP. XVII. De la capa. Se describen muchos métodos de capear reflexîonando la clase de movimientos á que queda sujeto el buque, y lo que padece su casco en cada uno. Despues se advierten generalmente los medios de ponerse á camino y de efectuar la virada por redondo, segun , segun el distinto modo de capear que se hubiese adoptado. CAP. XVIII. Del modo de conocer la verdadera direccion del viento á pesar de la errada que nos indican las grimpolas. Nada es mas importante para todo cambio de rumbo que el conocimiento de la direccion del viento. Con este objeto se evidencia, con los solos principios de la composicion y descomposicion de las fuerzas, que exceptuado el caso de navegar |