tales de la Maniobra de los Baxeles. Por el esmero con que V. M. fomenta la Marina me prometo que recibirá benignamente esta obra, que por otro lado puede considerarse como fruto de los sabios establecimientos del augusto Padre de V. M. SEÑOR AL. R. P. de V. M. Francisco Ciscár. INTRODUCCION. Por la palabra Maniobra se entiende generalmente en la Ma rina, el arte que enseña á dar á las embarcaciones todos los movimientos que admiten por medio del timon y las velas ú otros agentes qualesquiera. Sin el auxîlio de esta facultad en vano el Pilotage determinaria en medio de los mares los puntos en que se halla un buque, y los distintos rumbos que le convienen hacer para transferirse á otros. Del mismo modo la Táctica prescribiria vanamente los órdenes en que deben navegar las esquadras, y los movimientos conducentes para alterarlos ó mantenerse en ellos. De suerte que la Maniobra resulta una tercera ciencia indispensable para poner en práctica los preceptos de las dos anteriores, y forma con ellas el conjunto de los conocimientos mas importantes que debe unir todo Oficial de Guerra de Marina. Por poco que se exâmine un buque 'dispuesto para navegar, se comprehenderá inmediatamente la dependencia que debe tener su manejo de todas las partes de la Mecánica. En efecto para todos los casos se puede considerar que el cuerpo del baxel, cargado de varios pesos, efectua sus movimientos de rotacion sobre el centro de gravedad. La distinta distribucion de los pesos dá el tal punto mas alto, mas baxo, mas á popa ó mas á proa: y de esta diversa colocacion resultan alterados los aguantes de vela de los buques, su gobierno, la seguridad de la arboladura, los riesgos de las inmersiones, la velocidad de su marcha, y en una palabra todas sus propiedades. Si por otro lado se contempla el número y colocacion de sus palos, masteleros, vergas y velas; la adherencia de todas estas partes, y los agentes que obran para su manejo, admirará la vista de varias máquinas que producen sus correspondientes efectos por medio de distintas fuerzas animadas é inanimadas, que obran en direcciones prodigiosamente diversas. Si á vista de esto es evidente la dependencia que debe tener la Maniobra de la ciencia universal del movimiento, no lo es ménos por otra parte la que tiene de la continuada práctica de su exercicio. En primer lugar las luces teóricas rara vez son suficientes para constituirnos perfectos en los primeros exercicios de una facultad qualquiera ; cuya proposicion se aplica mas rigurosamente á la Maniobra en la qual, siendo comunmente necesaria la pronta execucion, conviene abandonarse al tino y al golpe de vista, dañando muchas veces el discurrir al executar. Ademas la variedad de los vientos, corrientes y mareas, la freqüencia de las borrascas y demas accidentes del mar y de la atmósfera, lo diverso de los tenederos ya sueltos, ya firmes, la experiencia de los desarbolos y toda especie de averías forman un conjunto de vastos conocimientos que solo puede darnos la práctica. La necesidad que tiene el Maniobrista de unir á sus conocimientos teóricos la suficiente práctica, y el exemplar de varios Marineros meramente prácticos que han logrado feliz exîto en sus comisiones, podian persuadir á algunos que la sola práctica forma al Maniobrista, y que las luces teóricas, muy propias para el adelantamiento de la construccion y otros ramos de la facultad marinera, no merecen un lugar tan distinguido en la ordinaria práctica de las maniobras. Semejante proposicion excitaria el desprecio de nuestra Oficialidad, y solo podria oirse sin tanto escándalo en una esquadra de galeras ó galeotas donde una virada auxîliada con los remos, la caña del timon llevada á derecha é izquierda, y el cambio de una entena constituyen casi todas sus maniobras. |