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za B A resulta ménos considerable, segun la mayor razon en que aumenta la elevacion B C del mismo extremo del mastelero sobre la cubierta.

que

338 Los brandales y obenques CA, GA, &c. no solo forman un ángulo B G A, B C A (Lam. XII. fig. 91.) con la direccion vertical del palo, sino que se inclinan un tanto para popa; de suerte si B A (Lam. XII. fig. 92.) nos representa la direccion del segundo obenque de proa, y B C una vertical baxada desde el punto B, el obenque B A cae toda la cantidad C A á popa del punto C. Por consiguiente, descomponiendo su fuerza en dos, resulta la C A, aquella con que el obenque tira el palo de proa para popa. En virtud de esta inclinacion que tienen las xarcias de sus correspondientes palos hácia la popa, quedan sujetos de proa para popa en las cabezadas, y en la inclinacion que la fuerza del viento les comunica para proa.

339 En igualdad de ángulos de los obenques con los palos, quedan estos últimos mas sujetos, á medida de la mayor tension de aquellos; y por consiguiente, de tres ó quatro obenques de una xarcia que forman un ángulo igual con su palo, el obenque que está mas tirante lo sujeta con mayor fuerza. En virtud de esto, podemos hacer que un obenque A N (Lam. XII. fig. 93.) sujete lateralmente el palo A H, en los mismos términos que su opuesto A M, á pesar de que el ángulo H A M que este último forma con la vertical, exceda al ángulo HA N que el otro obenque forma con la misma. Para esto basta dar al obenque A N una mayor tension que á su opuesto. Supongamos que en virtud de dicha tension nos represente A F la fuerza absoluta del obenque A N; y demos tambien el caso que, á causa de lo mas en banda que está el obenque A M, nos represente A D su fuerza absoluta. Descomponiendo las fuerzas de ambos obenques en perpendiculares y paralelas al palo, estas últimas quedan sin efecto alguno lateral, y las primeras AC y A B son iguales en el caso supuesto; verificándose que tanto procura inclinar el palo hácia babor el obenque A N, como el A M hácia estribor. Muy al contrario sucederia si dándole al obenque A M igual tension que á su opuesto, permitiésemos al primero toda la ventaja del mayor ángulo. En semejante circunstancia, si A L representa su esfuerzo absoluto, el lateral resulta A R, mayor que el de su opuesto en toda la cantidad B R. Donde se ve que en el caso de la desigualdad de los ángulos, importa suplirla con la mayor tension para obtener el equilibrio.

340 En conseqüencia de lo que acabamos de decir acerca de la

disposicion de ambas xarcias, y de los distintos movimientos que se ocasionan á las vergas á causa del laboreo de las brazas (art. 334.), podemos introducir nuestras reflexiones relativamente á la colocacion que se puede dar al plano de las velas dispuestas de bolina. En semejante caso, el puño de barlovento de la vela mayor viene á besar en el mismo ojo de la mura, ó galápago dispuesto en el costado á la parte de popa de la mesa de guarnicion del palo de trinquete; y como este último punto cae á una distancia considerable del palo mayor para proa, resulta que la parte baxa de barlovento de esta vela, puede formar con la quilla un ángulo próximo á 30° contado desde la proa. La verga mayor por mas braceada que esté, no puede formar hácia la misma parte de la quilla un ángulo tan agudo. En efecto, la xarcia de sotavento impide la necesaria rotacion de la verga para que se verifique semejante obliquidad. Diximos en el art. 338., que la mayor parte de los obenques que componen las xarcias quedan inclinados á popa de sus respectivos palos, y contribuyen por este medio á sujetar á estos últimos en sus inclinaciones de popa á proa; para que esto se verifique, resulta que el primer obenque proel de la xarcia del palo mayor, viene á quedar por el traves de dicho palo; de suerte que si imaginamos un plano vertical en el sentido de babor á estribor que pase por el palo mayor, pasará tambien por los dos obenques proeles de sus dos xarcias. De todo esto se infiere, que si braceamos la verga hasta que su parte de sotavento toque en el primer obenque de dicha xarcia, el ángulo que puede formar la verga con la quilla, aunque diverso segun las embarcaciones, se puede considerar en un navio de 74 cañones de 75° próximamente. Este ángulo, como veremos art. 586., puede aun disminuirse con motivo de la inclinacion del navio hácia sotavento, lo qual dexa mas en banda ó mas floxa la xarcia de esta parte, y permite un mayor giro de la verga. Sin embargo, á pesar de esta ventaja, y de las que puede darnos el uso de las trozas, siempre se verificará considerablemente menor el ángulo que forme el puño de la vela con la quilla, respecto al que la verga forma con la misma.

Infiérese de lo dicho que, en el caso de navegar de bolina, la parte baxa de la vela mayor puede recibir el viento con mayor ángulo de incidencia que la superior. Esta aparente ventaja puede suscitar en algunos la idea de afirmar el puño de barlovento de dicha vela mareada mas cerca de la quilla, transfiriendo á lo interior del buque el galápago ú ojo de la mura, con el fin de que aumente el án

gulo de incidencia del viento en dicha parte inferior. Sin embargo de esta aparente ventaja importa reflexionar que, por una disposicion semejante, aumentamos la inclinacion que ya naturalmente tiene la vela mayor respecto á un plano vertical. Por consiguiente, aunque se aumente la incidencia del viento en la parte inferior, disminuimos el efecto del viento que contribuye á hacer adelantar el barco en el sentido de su proa, aumentando la deriva.

341 Las reflexiones que hemos hecho acerca del obstáculo que ponen las xarcias de sotavento para el mayor braceo de las vergas, deben aplicarse á la verga y vela de trinquete con la sola advertencia que, laboreando sus brazas mas altas que las mayores, aquellas elevan el penol de sotavento del trinquete, y permiten mayor giro á dicha verga ; al paso qué las de la mayor baxan su penol, y aumentan los estorbos de rotar por la distinta abertura de la xarcia á que corresponden. Reflexionando lo mismo con las gávias y juanetes, se ve que aquellas se pueden bracear mas que las mayores, y los dichos mas que las gávias.

CAPÍTULO VII.

Aplicacion de la doctrina de la composicion y descomposicion de las fuerzas á otras varias maniobras.

Siguiendo

342 en dar alguna aplicacion de la composicion y descomposicion de las fuerzas, podemos exâminar el modo con que dos ó mas lanchas remolcan un navio. Supóngase el navio en C (Lam. I. fig. 3.), y que las dos lanchas bogan segun la CD y la C A. El buque seguirá la diagonal C B del paralelogramo A D. Si la esquifacion de las dos lanchas es igual, y una y otra bogan con la misma fuerza, la diagonal C B divide por mitad el ángulo D C A que forman los rumbos de ambas lanchas; pero si la que boga segun la CA, excede á la que camina segun la C D, la diagonal C B, ó el camino que hace el navio, se aproxîma mas á la direccion de la lancha que boga con mas fuerza. Si en vez de dos lanchas suponemos quatro, las quales adelantan segun las direcciones y fuerzas CD, CA, CE y CG, el navio seguirá la derrota C H que, como vimos art. 39., es la compuesta de todas las direcciones dichas, y participa en quanto es dable de la fuerza y direccion de cada una de ellas. En el art. 38. vimos que, á medida que aumenta el ángulo D C A que forman entre sí las direcciones de dos fuerzas, disminuye el efecto de ambas

en el sentido de la correspondiente diagonal en que obran : de suerte que si las dos lanchas C D y C A adelantan con igual vigor llegando á formar entre sus direcciones un ángulo de 180°, en cuyo caso una de ellas obraria á la popa, y la otra á la proa del buque C, resultaria este inmovil; destruyendo el esfuerzo de la lancha C D, el de la otra C A. Todo al contrario debe esperarse quando el ángulo D C A se disminuya; y en el momento de ser cero, ó que coincidan en una sola línea C B las dos CD y CA, resulta, como vimos art. 38., que el adelantamiento del buque segun la línea C B, es igual á la suma del movimiento ó esfuerzo de ambas lanchas. En conseqüencia se ve que, para aprovechar toda por entero la fuerza de tres ó quatro lanchas de remolque, conviene disponerlas en hilera unas delante de otras ; y en el caso de colocarlas á la par, hacer de modo, que las dos líneas de lanchas queden paralelas, ó quando mas formen el menor ángulo posible.

343 La maniobra de dar la vela nos presenta tambien ocasion de experimentar los distintos efectos de nuestros esfuerzos, segun la direccion en que los empleamos. Para inclinar ó abatir la proa de un buque hácia una parte determinada, se inclina su popa á la parte opuesta por medio de un cabo llamado comunmente codera. Uno de los chicotes de este cabo se afirma á una embarcacion, y pasando el otro por una de las portas de popa de la batería, ó de la cámara baxa, se guarne al cabrestante, y á medida que se vira y va tesando, se llama la popa á barlovento, hasta lograr la caida ó arribada de la proa suficiente para dar la vela.

Si el buque á quien se da el cabo está por la proa del que se pretende virar, de suerte que la direccion de la codera resulta casi una paralela á su costado, en tal caso la mayor parte de la fuerza de la codera se emplea en mover la embarcacion de popa para proa, y solo consumiendo mucho tiempo y trabajo, se consigue el fin propuesto. Si por el contrario el barco á quien se afirma el cabo está perfectamente por el traves del otro, resulta que toda la fuerza con que se tesa la codera contribuye para la rotacion del buque al principio del giro; pero á medida que va girando, cesa de ser perpendicular la tirantez de la codera al costado de la embarcacion de nuestro exemplo, y disminuye el efecto.

344 En el caso de no haber embarcacion á quien dar el cabo, y ser preciso moderar la caida del buque por qualquier accidente, se afirma uno de los chicotes de la codera en el mismo cable sobre quien

se está fondeado, y se recibe el otro por una de las portas de popa del costado opuesto á aquel sobre el qual se pretende caer. En semejante circunstancia, si se afirmase la codera cerca del escoben, conseguiriamos con dificultad el efecto deseado. En atencion á esto, se procura afirmar la codera en la parte del cable que diste del escoben lo mas que sea dable. De esta suerte, la tirantez del cabo llama la popa mas directamente para barlovento. Durante esta maniobra se vá arriando el cable, y resulta que el punto donde se hizo firme la codera se aleja mas y mas del escoben. A medida que la embarcacion vá abatiendo, se marean las velas suficientes; y preparadas las dichas, se corta el cable y cabo, que deben dexarse aboyados, siempre que se cuente con volver á recogerlos. Como quando se executa esta maniobra está el navio parado, importa cortar el cabo ántes de que el dicho esté muy arribado; porque en semejante caso no tienen lugar los efectos del timon para moderar su arribada y ponerlo al debido rumbo.

345 En las varias circunstancias en que puede hallarse un buque fondeado en un puerto con dos ánclas, tenemos tambien lugar de aplicar la doctrina de la composicion y descomposicion de las fuerzas. Supongamos que en un puerto donde las mareas siguen el curso alternado de Poniente á Levante, se halle un navio fondeado con una de sus ánclas en A, y la otra en C (Lam. XII. fig. 94.): esto es, Este Oeste, teniendo ademnas la precaucion de haber tesado perfectamente uno contra otro los dos cables. En virtud de estas disposiciones sucede que, mientras la marea corre de A para B, el navio está aproado hacia el punto A, y trabaja directamente por el cable A B. Quando la marea toma la direccion C B, el navio se aproa al punto C. A causa de haber tesado ambos cables uno contra otro, si se tiene cuidado al cambiar las mareas, de auxiliar con el timon y velas de proa y popa la caida del buque hácia la parte conveniente, el dicho executa su rotacion ó borneo casi sobre un punto, sin que incomode á las embarcaciones inmediatas, ni haya riesgo de que los cables tomen vuelta. Si en una ocasion semejante damos el caso que sobrevenga un fuerte viento ó temporal de la parte del Norte H B, resulta segun lo dicho (art. 332.) que si los cables permaneciesen tesos el uno contra el otro, opondrian una resistencia casi infinitesima, é indispensablemente faltarian á los primeros impulsos del viento. Si para prevenir semejante riesgo se arria igualmente de uno y otro cable, el navio toma la situacion de la Lam. XII. fig. 95., en

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