El pueblo de Josa habia despreciado las órdenes que en todos tiempos se le comunicáran por las autoridades constitucionales y el pedido de raciones hecho cuando la espedicion del 24 de diciembre último á Ejulve: en pena de este desprecio, hizo sufrir varios castigos á los designados como autores de la resistencia, y espulsó á las mujeres de los que se hallaban en la faccion, prohibiéndoles el regreso sin sus maridos. . El bloqueo con que estrechaba el fuerte de Segura, llegó á ser tan riguroso, que ni una vara fuera de la puerta del castillo se atrevian ya á salir los facciosos. Se hallaban en este retenidas esperando rescate por dinero, considerable número de personas afectas á nuestra causalas mas acomodadas del pais, y cumple à nuestro propósito trasladar el oficio pasado por Zurbano, exigiendo su libertad como se verificó de 12 personas. Cunde por todas partes el eco de los clamores de las personas detenidas en ese fuerte contra quienes se ejercen los mayores actos de inmoralidad, de violencia y descarrio que estaban reservados desde los tiempos mas remotos para reproducirse por los que proclaman los sagrados nombres de Dios y religion. Como individuos que componen parte de la gran familia de la nacion, están bajo mi amparo, y si he de corresponder á la confianza que en mi han depositado, no encuentro otro camino que poner en igual conflicto, bien à mi pesar, à toda la familia de V. (el Gobernador) y las de los demas que por su influencia deben sentir mas directamente el golpe del infortunio. En este mismo dia se dan las ordenes al gobernador militar de Muniesa, para que estreche á los individuos de que ya tiene V. noticia, hasta tanto que sus alaridos respondan fielmente á los clamores justos de esos encarcelados.». " 1 No queda pues otra alternativa que la manifestada ó la de poner. en absoluta libertad á todos ellos, pudiendo V. estar en la inteligencia de que en este caso, da pruebas de abrigar en su pecho algunos sentimientos de apiadacion, y que en el primero hallará, cuando las circunstancias de la guerra le estrechen en su situacion, el castigo que merece como monstruo de la humanidad. En manos de V. está la eleccion, y en las mias elementos para hacer sentir con usuras á todos sus parientes y paniaguados el golpe mas terrible de la guerra.» Citamos entre otros muchos este hecho que manifiesta la proteccion que Zurbano dispensaba al pais, y, á la que debió la satisfaccion de ver pronunciados y armados por la causa nacional mas de cuarenta pueblos del comun de Huesa. C Un aviso del comandante general de la tercera division del Norte participándole que un oficial superior de E. M. enemigo, se dirigia al castillo con alguna mision importante le hizo disponer la ocupacion de ,་་? ciertos puntos para sorprenderle à su regreso. Efectivamente, en la noche del dia 14 de febrero se presentó por la parte que estaba situada una com pañia de francos de la Rioja y treinta caballos el rebelde Alegre, con su escuadron y alguna infantería: á la descarga que aquellos hicieron contestaron estos con la fuga en direccion del castillo, de donde salió la guarnicion a protejerles, logrando guarecerse tras sus fuertes murallas, aunque con pérdida de algunos prisioneros y armas. Al fin nuestro ejército se puso en movimiento contra Segura, tan luego como Zurbano comunicó á Espartero el estado de la guarnicion, en la que se habia declarado una rebelion intestina producida por la astucia del contrabandista de Varea. Una noche saca de su depósito de prisioneros un faccioso perteneciente à la guarnicion; le intima con amenazas la órden de conducirle por caminos seguros al castillo, y despues de vencer la natural resistencia del carlista, que temia fuesen sentidos de los centinelas, emprendieron solos la subida; el peligro á que en tan corto trecho se espuso Zurbano crecia con la vigilancia á que obligaba á los facciosos el bloqueo: agachándose unas veces, parándose otras, y aprestrando el paso dónde el terreno lo permitia, llegaron à la puerta principal del castillo. Esta osadia dejó atónito al faccioso, porque no concebia como un hombre se entregaba solo á la discrecion de su enémigo, pues solo un grito que alarmase al centinela que tenia á pocos pasos de distancia, podia hacerle pagar con la vida tan desmedido arrojo: su asombro fué mayor cuando le vió sacar del bolsillo una carta y arroJarla dentro del fuerte por la puerta, y ordenarle la retirada. Todo aquello seria para él incompresible; pero sus resultados fueron tan rápidos como ruidosos. Zurbano habia observado bien el estado de la fortificacion; se habia enterado del de sus vituallas, y conoció que la toma de la plaza seria no poco costosa, si sabian defenderla los sitiados: para evitar mas efusion de sangre y poner un pronto término en cuanto estuviese de su parte á la campaña de Aragon, ideó un medio tan ingenioso como de ejecucion arriesgada. Escribió una carta dirigida á él mismo por el gobernador del castillo, en la que suponia tratos de entregar del castillo y de la guarnicion, mediante cierta cantidad de dinero. Esta fué la carta que arrojó por la puerta y que recogida al amanecer del siguiente dia por los soldados, produjó el efecto que su autor se propusiera las voces de nos venden, mueran los traidores», salieron de la soldadesca amotinada, siendo muerto el mayor de plaza y un capitan, y desarmada y presa la mitad de la guarnicion por la otra mitad. Este era el momento oportuno de emprender las hostilidades sobre el castillo, y asi lo comunicó al conde-duque, que se puso inmediatamente en movimiento. Salió el 23 de Muniesa seguido de su brillante division, y cuando llegó aente del castillo, practicó un detenido reconocimiento de la fortificacion, marcando los puntos donde debian levantarse las baterias. En seguida intimó la rendicion à los sitiados, que como fuese desechada, hizo empezar el fuego de artilleria; pero la noche se vino encima apagando el fuego de los combatientes: se pasa el siguiente dia en trabajos de bateria y en intimaciones de rendicion, siendo hasta el 25 la brigada de vanguardia y la valiente division de Zurbano la que campa al frente de la plaza. Estas son relevadas por la lucida division de la Guardia, que se presentó con el duque á menos de tiro de canon ante los sitiados, quienes no desaprovecharon la ocasion de dirigirle algunos disparos que no causaron desgracia alguna. Las baterias construidas fueron cinco, à las que Espartero puso el nombre de Constitucion, Isabel II, Reina Gobernadora y Victoria: colocadas que fueron todas las piezas y designado el punto á que debian dirigir sus tiros, se oyó la señal de romper el fuego, que fué un cañonazo apuntado con admirable acierto por el general en gefe. Desde este momento, que serian las dos de la tarde, empezaron a jugar todas las piezas de un modo que hacia honor a nuestros artilleros; hasta que la noche sofoca nuevamente el fuego y suspende la destruccion. Al dia siguiente nuestras tropas aparecen vestidas de gala en celebridad de los dias de su digno caudillo, que al llegar al campamento, oyó en medio de los vitores que los soldados entusiasmados le dirigian, el toque de parlamento; mas las proposiciones eran tan absurdas, que despues de leer las primeras líneas, Espartero las tiró con el mayor desprecio, haciendo saber á los sitiados que solo ocho minutos les restaban para entregarse á discrecion, ó ser pasados á cuchillo. Los soldados de Cabrera deponen entonces las armas, y en breve el pendon de la libertad ondea sobre aquellos muros, donde poco antes el enemigo se presentaba arrogante: salieron con todos sus equipages, dejando á la puerta del castillo sus armas, y recorrieron todo el campamento escoltados por dos compañias. El duque entró en seguida en el fuerte y tomando el pendon de Castilla, que usaba el primer batallon del primer regimiento de la Guardia, y que fué uno de los primeros que ondearon en los parapetos enemigos la memorable noche de Luchana, lo colocó sobre la muralla; y dijo en alta voz: Soldados; el pendon de Castilla vuelve a tremolar sobre los muros que un momento ha servian de asilo à la rebelion. Tan hermoso triunfo solo es debido à vuestro valor y sufrimiento. La Reina cuenta de hoy mas un obstáculo menos para la paz. Valientes camaradas, viva la Constitucion, viva la Reina. Esta rendicion no costó á nuestras tropas mas que un muerto, dos |