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Acapulco y las islas Filipinas, son muchos los individuos de orígen asiático, ya chino, ya malayo, que se han establecido en Nueva-España.

Por una preocupacion muy comun en Europa, se cree que es muy pequeño el número de indígenas de color bronceado, ó sea de descendientes de los antiguos mejicanos, que se ha conservado hasta nuestros dias. Las crueldades de los europeos han hecho desaparecer enteramente los antiguos habitantes de las islas Antillas; pero en el continente de la América no ha habido resultados tan horribles. En NuevaEspaña el número de los indios llega á dos millo-. nes y medio ó tres, contando solo los que son de raza pura, sin mezcla de sangre europea ó africana *,

y

lo que es aun mas satisfactorio, repetimos, es que lejos de extinguirse, se ha aumentado la poblacion de los indígenas considerablemente de cincuenta años á esta parte, como lo prueban los registros de la capitacion ó sea del tributo personal.

En general los indios forman, poco mas o menos, las dos quintas partes de la poblacion del reino de Méjico; y en las cuatro intendencias de Guanajuato, de Valladolid, de Oajaca y de la Puebla, llega á tres quintas partes. El censo del año de 1793 presentaba el resultado siguiente.

* Mas arriba hemos dado á conocer que segun las investigaciones del señor Navarro, la poblacion india de la Nueva-España pasaba probablemente de 3,600,000.

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De aqui aparece, que en la intendencia de Oajaca, se cuentan por cada 100 individuos 88 indios. Este gran número de indígenas prueba indudablemente cuan antigua es en este pais la cultura : asi es que, cerca de Oajaca, y particularmente al sudoeste en el Chiapa, se encuentran restos de monumentos de arquitectura mejicana que anuncian una civilizacion muy adelantada.

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Los indios ó los hombres de color bronceado son muy raros en el norte de la Nueva-España, y apenas los hay en las provincias llamadas internas. La historia nos descubre varias causas de este fenómeno. Cuando los españoles hicieron la conquista de Méjico, encontraron muy pocos habitantes en los paises situados mas allá del paralelo de 20°. Eran en esas provincias la mansion de los Chichimecas y de los Otomíes, dos pueblos errantes cuyas tribus, poco numerosas, ocupaban terrenos extensos. La agricultura y la civilazacion estaban encerradas, como ya lo hemos observado antes, en los llanos que se extienden al sur del rio de Santiago, especialmente entre el valle de Méjico y la provincia de Oajaca.

Por punto general puede decirse que desde el VII hasta el XIII siglo la poblacion parece haber refluido continuamente hácia el territorio de Goatemala. De las regiones situadas al norte del rio Gila, salieron aquellas naciones guerreras que inundaron unas despues de otras el pais de Anahuac. Ignoramos si era aquella su patria primitiva, ó si siendo originarios del Asia ó de la costa N. O. de la América, habian atravesado las sábanas ó praderas de Navajoa y del Moqui para venir á parar en el rio Gila. Las pinturas geroglíficas de los Aztecas nos han trasmitido la memoria de las épocas principales de la grande avenida de los pueblos americanos. Esta avenida tiene alguna analogía con la que en el siglo v sepultó la Europa en el estado de barbarie, de cuyas funestas consecuencias aun se resienten muchas de nuestras instituciones sociales. Pero dos pueblos que atravesaron el reino de Méjico, dejaron al contrario en él algunos restos de cultura y de civilizacion. Los Toltecas se dejaron ver por la primera vez en el año de 1648; los Chichimecas en 1170; los Nahualtecas en 1178; los Acolhuas y los Aztecas en 1196. Los Toltecas introdujeron el cultivo del maiz y del algodon : construyeron ciudades, caminos, y sobre todo aquellas grandes pirámides que todavía admiramos hoy, y cuyas fachadas estan orientadas con mucha exactitud. Conocian el uso de las pinturas geroglíficas; sabian fundir los metales, y cortar las piedras mas duras; tenian un año solar mas perfecto que el de los griegos y romanos. La forma de

su gobierno indicaba que descendian de un pueblo que habia experimentado ya grandes vicisitudes en su estado social. Pero ¿ de donde les venia esta culહું tura? ¿Cuál es el pais de donde salieron los Toltecas y los Mejicanos?

La tradicion y los geroglíficos históricos dan el nombre de Huehuetlapallan, Tollan y Aztlan al primer pais de estos pueblos viageros. En el dia nada anuncia una antigua civilizacion de la especie humana en el norte del rio Gila ó en las regiones setentrionales que visitaron Hearme, Fiedler y Mackensie: pero en la costa N. O. entre Nootka y el rio de Cook, sobre todo bajo los 57° de latitud boreal, en la bahía de Norfolk, y en el canal de Cox, los indígenas manifiestan un gustó decidido por las pinturas geroglíficas*. Un sabio distinguido, M. de Fleurieu, sospecha que estos pueblos serian acaso descendientes de alguna colonia mejicana, que en la época de la conquista, se refugió á estas regiones boreales. Esta opinion ingeniosa parecerá menos probable si se atiende á la grande distancia que debieron atravesar estos colonos, y si se tiene presente que la cultura mejicana no se extendia hácia el Norte mas allá de los 22° de

*

Voyage de Marchand, t. 1, p. 258, 261, 375; Dixon, p. 332. Acerca de los grandes problemas de la antigua cultura y del paso y establecimiento sucesivo de los pueblos americanos, véase Humboldt, Vues des Cordillères et Monumens des peuples indigènes, y Relation historique.

latitud.Yo me inclino mas bien á creer, que al tiempo de la venida de los Toltecas y de los Aztecas hacia el Sur, quedaron algunas tribus en las costas del nuevo Norfolk y de la nueva Cornualles, mientras que las otras continuaban su marcha hácia el mediodia. Es fácil concebir como unos pueblos que viajaban en masa, por ejemplo, los Ostrogodos y los Alanos, pudieron venir desde el mar negro á España; pero ¿podria creerse que una porcion de estos mismos pueblos hubiese podido volver de poniente á oriente en una época, en que otras tribus habian ocupado ya sus primeras mansiones hácia las orillas del Don y del Boristhenes?

No nos es lícito ventilar aqui el gran problema del orígen asiático de los Toltecas y de los Aztecas : la cuestion general del primer orígen de los habitantes de un Continente excede los límites prescriptos á la historia; y acaso no es sino una cuestion filosófica. Sin duda habia ya otros pueblos en Méjico cuando se presentaron en este pais los Toltecas por consiguiente el indagar si los Toltecas son una casta asiática, no es preguntar si todos los americanos descienden del alto llano del Thibet ó de la Siberia oriental. M. de Guignes cree haber probado por los anales de los Chinos, que estos visitaban la América desde el año 458. Horn, en su ingeniosa obra de originibus americanis, publicada en 1699, M. Schérer, en sus investigaciones históricas sobre el NuevoMundo, y otros escritores mas modernos, han hecho

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