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último de dichos lagos por la antigua cortadura de la montaña de Nochistongo pero en aquellas conferencias no se discutieron las ventajas ó inconvenientes del proyecto de Mendez.

Es de esperar que al abrir el nuevo canal de Tezcuco, se tendrá mas consideracion á la suerte de los indios de la que hasta ahora se ha tenido, aun en 1796 y 1798 cuando se abrieron las regueras de Zumpango y de San Cristobal. Los indígenas tienen un odio mortal al desagüe de Huehuetoca: y miran toda empresa hidráulica como una calamidad pública, no tanto por el gran número de individuos que perecieron por funestas casualidades en la cortadura de montaña de Martinez, sino principalmente porque forzados á trabajar con abandono de sus ocupaciones domésticas, vinieron á parar en la mayor indigencia, mientras duró aquella obra. Por mas de dos siglos han estado ocupados en ella muchos millares de indios; y puede considerarse el desagüe como una causa principal de la miseria de los indígenas en el valle de Méjico. La grande humedad de que estaban rodeados en la hoya de Nochistongo, les ocasionó enfermedades mortales. Hace todavía muy pocos años que se tenia la crueldad de atar los indios con cuerdas, y hacerlos trabajar como galeotes; y á veces estando enfermos y viéndolos expirar en el puesto. Por un abuso de las leyes, y mas bien todavía por el de los principios introducidos desde la organizacion de las intendencias, se considera el trabajo del desagüe como una contri

bucion personal extraordinaria. Es un jornal corporal que se exige del indio, un resto de mita* que no era de esperar se encontrase en un pais donde el beneficio de las minas es en el dia un trabajo del todo libre, y en donde el indígena goza de mas libertad personal que el hombre del campo en la parte NE. de la Europa. Para llamar la atencion del virey hácia estas importantes consideraciones, le hize ver los muchos testimonios de este mal, que habia hallado en el informe de Zepeda. A cada página de este papel se lee << que el desagüe ha disminuido la poblacion y el bien<«< estar de los indios, y que nadie se atreve á poner «< por obra ningun proyecto hidráulico, porque los

ingenieros no pueden hoy disponer de tantos indios <«< como en tiempo del virey don Luis de Velasco II. » Consuela ciertamente el observar que segun expusimos al principio del capítulo Iv, esta despoblacion progresiva no se ha verificado sino en la parte central de antiguo Anahuac.

En las obras hidráulicas del valle de Méjico no se ha mirado el agua sino como un enemigo de que es menester defenderse, sea por medio de calzadas, sea por el de canales de desagüe. Ya en otro lugar hemos probado que este modo de obrar, y sobre todo el sistema europeo de un desagüe artificial han des

* Véase mas arriba, cap. v. En el desagüe se paga al indio á razon de dos reales de plata al dia. En el siglo xviro en tiempo de Martinez, solo se pagaba á los indígenas 5 reales de plata por semana dándoles ademas una cierta cantidad de maiz para su comida.

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truido el gérmen de la fertilidad en una gran parte del llano de Tenochtitlan. Las eflorescencias de car

bonato de sosa (tequesquite) se han aumentado á pro porcion que se ha disminuido la humedad de la atmósfera y la masa de las aguas corrientes. Algunas hermosas sábanas se han convertido poco á poco en secos arenales. En grandes trechos el suelo del valle no presenta hoy dia sino una costra de arcilla endurecida (tepetate), desnuda de vegetacion y resquebrajada en toda su superficie. No obstante hubiera sido fácil sacar partido de la disposicion natural del terreno, sirviéndose de los mismos canales de desagüe para regar las llanuras áridas, y para la navegacion interior. Haciendo grandes estanques colocados unos mas altos que otros á manera de descansos se facilita là ejecucion de los canales de riego. Al S E. de Huehuetoca hay tres esclusas, á que llaman los. Vertederos, y que se abren cuando se quiere descargar el rio de Guautitlan en el lago de Zumpango, ó dejar en seco el rio del desagüe para limpiar ó ahondar la reguera. Habiéndose perdido poco á poco la huella del antiguo embocadero del rio de Guautitlan que existia en 1607, se ha abierto un nuevo canal desde los Vertederos al lago de Zumpango. En vez de hacer correr siempre las aguas desde este lago y del de San Cristobal fuera del valle hácia el Océano Atlántico, hubiera sido mejor aprovechar el intermedio de 18 ó 20 años que se pasan sin crecidas extraordinarias, en distribuir aquellas aguas, para beneficio de la

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agricultura, en las partes mas bajas del valle. Tambien se hubieran podido construir depósitos de agua para los tiempos de sequía. Pero se prefirió seguir ciegamente las antiguas órdenes de la corte de Madrid, segun las cuales << ni una gota de agua del lago de «San Cristobal debe entrar en el de Tezcuco, sino «< es una vez al año, cuando abriendo las compuertas << de la calzada se hace la pesca en el primero de << dichos lagos ». Asi sucede que el comercio de los indios de Tezcuco está casi parado por meses enteros, á causa de la falta de agua en el lago salado que los separa de la capital; se ven extensos terrenos áridos, á pesar de estar mas bajos que el nivel medio de las aguas de Guautitlan y de los lagos setentrionales, y con todo eso no se ha pensado despues de tantos siglos en atender á las necesidades de la agricultura y navegacion interior. Ya de muy antiguo existia una zanja desde el lago de Tezcuco al de San Cristobal y con una esclusa de 4 metros de caida se hubiera podido hacer subir las canoas de la capital hasta este último lago; y de allí los canales de Mier las hubieran conducido hasta el pueblo de Huehuetoca. Así se hubiera establecido una comunicacion por agua desde la márgen austral del lago de Chalco, hasta el

* Esta pesca es para los habitantes de la capital una de las mayores fiestas campestres. Los indios construyen chozas en las orillas del lago de San Cristobal, que queda casi en seco por entonces esto recuerda la pesca que, segun refiere Herodoto, hacian los egipcios dos veces el año en el lago Mœris, á la epoca de abrir las esclusas de

límite setentrional del valle por un espacio de mas de 80,000 metros. Ya ha habido hombres instruidos, y animados de un ardiente zelo patriótico que se han atrevido á levantar la voz en favor de estas ideas; pero el gobierno, desechando por mucho tiempo los proyectos mas bien concebidos, no ha querido reconocer en el agua de los lagos mejicanos sino un elemento dañino de que era menester librar los contornos de la capital, y al que no debia permitirse otro curso sino hácia las costas del Océano.

En el dia, en que segun las órdenes del virey don José de Iturrigaray debe abrirse el canal de Tezcuco, nada puede estorbar la libre navegacion atravesando el grande y hermoso valle de Tenochtitlan. El trigo y demas producciones de los distritos de Tula y de Guautitlan vendrán por agua á la capital. La carga de un mulo que se considera de 300 libras de peso, cuesta desde Huehuetoca á Méjico 5 reales ** se calcula que una vez establecida la navegacion, el flete de una canoa que lleva 15,000 libras no pasará de 4 á 5 duros : de suerte que la conduccion de las 300 libras no costará dos reales de vellon. En Méjico tendrá de coste seis ó siete duros la carretada de cal que ahora cuesta 10 ó 12.

* Uno de ellos, el señor Velazquez, al fin de su Informe sobre el Desagüe (Manuscrito).

** Un peso fuerte tiene 8 reales de plata, y en las obras que tratan de las colonias españolas en América, solo se trata de pesos fuertes y reales de plata.

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