¡Ay, ay, ay! Poco después resuena la tambora Gime el violín y ronca el violoncelo, Y al son de aquesta música insonora Saltan y saltan con tan raro anhelo Sin parar, del crepúsculo... Maria, fragmentos de un poema descriptivo de la tierra caliente - Página 98 por Lucio Estrada - 1890 - 130 páginas Vista completa -
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