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El ejemplo de M. Guillon fué muy pronto generalmente seguido, y todos los refinadores de azúcar se valieron de aquel procedimiento.

En 1811 M. Figuier, farmacéutico de Montpeller, publicó sobre el carbon animal una nota de la que resultaba que este descoloraba los vinos y vinagres con mucha mas energía que el carbon vegetal; atribuyó, aun que sin razon, aquella propiedad á la jelatina que pudiera haber en el carbon animal: en efecto no queda en este señal alguna de jelatina cuando está bien calcinado.

En fin, en 1812 M. Cárlos Derosner pensó que podia aplicarse con utilidad la propiedad descolorante, que M. Figuier habia encontrado ser muy enérgica en el carbon animal, y que este debia sustituirse al carbon vegetal en la fabricacion y refinacion del azúcar; algunos ensayos le confirmaron en su proyecto, y nos dió cuenta de ello á mi padre y á mí. Las grandes mazas de resíduos carbonosos que obteníamos con la calcinacion de los huesos, en nuestra fábrica de sal amoníaco nos daban medios de preparar este carbon con pocos gastos y pronto, unidos nuestros esfuerzos á los suyos, para hacer que en todas las fábricas de refinacion se substituyese al uso del carbon vegetal el del carbon animal. M. Pluvinet nos ayudó en esta nueva empresa.

El modo de obrar que se indicó á los refinadores de azúcar, presentaba todavía algunas dificultades en su aplicacion en grande; encontré medios de superarlas, y pronto el nuevo modo de refinar, hecho mas senciIlo, mas fácil, y entrando en la clase de las operaciones manufactureras comunes, excluyó, casi en su totalidad, de todas las ciudades de Francia, los que le habian precedido. No deben causar sorpresa estos rápidos progre

sos, si se atiende que en igualdad de circunstancias, obrando bajo este método un 10 por 100 mas de azúcar cristalizado, que el que se lograba con los métodos anteriores; que ademas de esto el azúcar refinado era mas blanco, y que todos los productos secundarios, como son azúcares de quebrados, mascobado y melotes, tenian mejor gusto, y eran mas vendibles.

por

Preparacion. El carbon animal se prepara con los huesos que se compran en las poblaciones grandes, y particularmente en Paris, donde es muy considerable el consumo de la carne (*). Un sin fin de personas, conocidas el nombre de TRAPEROS recogen en las poblaciones grandes, entre los destrozos de otras substancias, los huesos procedentes de las cocinas, que se tiran á la calle; algunos tenderos llamados ALMACENEROS los compran para venderlos á los FUNDIDORES; estos despues de haber extraido de ellos el CEBO ó gordura del hueso, los venden á los fabricantes de sal amoníaco, ó de negro de hueso (**). Se trata entónces de calcinar estos huesos bullidos en vasijas tapadas; esta operacion

(*) Segun una obra publicada en 1821 por orden del Sr. Conde de Chabrol, prefecto del Sena, intitulada : indagaciones estadisticas acerca la ciudad de Paris y el departamento del Sena, etc. el consumo de esta Ciudad, sacado de los registros de los derechos municipales, de las ventas en los mercados, y de otros documentos auténticos, es un año con otro (calculando sobre 10 años) de 42,716,800 kilógramos, resultado que se acerca mucho al de Lavoisier. Si se añade á ello el consumo exterior, y junto á las barreras, y los caballos muertos cuyos huesos pudieran aprove harse, el peso total de las carnes seria de 48,000,000 de kilógramos, equivalente á 12,000,000 de huesos; se pierden casi las dos terceras partes, porque se recogen para las fábricas de sal amoníaco, y negro de hueso á lo mas 4,000,000 en estado de humedad, que equivalen poco mas ó ménos á 2,000,000 de kilógramos de negro de hueso fabricado.

(**) Estos, para parte de sus provisiones, trabajan los huesos gordos, de los que hacen cebo,

se hace de dos maneras diferentes, se llenan de huesos machacados grandes cilindros colocados horizontalmente en un horno, y que rematan por un tubo de 3 pulgadas de diámetro; el que por medio de una especie de brida está unido á una larga serie de aparatos refrige

rantes.

Se eleva gradualmente la temperatura de toda la maza hasta el color rojo de cereza, y se mantiene en esta temperatura durante treinta y seis horas, y entonces se extrae el carbon de los cilindros, para encerrarlo en los apagadores. Entónces basta el dejarlos enfriar y reducirlos á polvo muy fino (*).

De este modo se preparan las grandes mazas de negro animal. No concluirémos en este artículo la descripcion de este procedimiento, porque forma una parte esencial de las operaciones que tienen por objeto el obtener la sal amoníaco, y todas las otras sales amoniacales, y nos veríamos obligados á repetir los cuando nos hallémos en el artículo que trata de estas substancias.

El segundo procedimiento consiste en carbonizar los huesos en ollas de metal fundido, unidas dos á dos, y vueltas una encima de la otra por su orificio, de modo que presenten como la forna de un cilindro rematado por dos porciones de esfera: la juntura está tapada con arcilla gorda; algunas hendiduras causadas por la disminucion de la tierra que experimenta la accion del fue→ go, basta para dar salida al agua convertida en vapor, al aceite empireumático, y á los gaces resultantes de la descomposicion de las materias animales, hidrógeno,

(*) Para obtener resultados mas seguros, empleo en mi fábrica para esta operacion la potencia motriz de una máquina de vapor aplicada á unos molinos.

carbono, oxígeno, azoe, solos ó combinados dos á dos ó tres á tres, y en diversas proporciones durante los diferentes períodos de la operacion. La temperatura de toda la masa se halla muy pronto suficientemente elevada para que los productos volátiles desprendidos se inflamen y ayuden la operacion, contribuyendo con el combustible á producir calor. Cuando se halla completa la carbonizacion, y desprendidos todos los productos volátiles, se deja enfriar el horno lo bastante para que pueda un hombre introducirse en él, se derriba la puerta hecha de cal y canto, se vacian las ollas de hierro, y se pulveriza en seco el carbon de huesos que contenian. Asi es como se entrega al comercio. Como el principal objeto del método que acabámos de indicar es el de preparar el NEGRO DE HUESOS, darémos sobre este particular mayores detalles en aquel artículo.

Segun hémos dicho, el empleo del carbon vegetal en la refinadura del azúcar, precedió y dió lugar á la aplicacion del negro animal para el mismo uso; siendo mucho mas considerable la energía de este último, apesar de contener una proporcion de carbon puro mucho mas reducida, se habia sacado la consecuencia que debia contener un principio particular de descoloramiento; en vano se procuró aislarle.

Las inmensas ventajas que presentaba este carbon en sus aplicaciones á la refinadura del azúcar, y á la preparacion del de remolachas, hicieron concebir el temor de que pudiera faltar aquel, y el deseo de encontrar una substancia que pudiera sustituírsele. La Sociedad de estímulo propuso un premio de 2000 francos al que resolviese este problema; y la Sociedad de farmacia de Paris propuso otro sobre la cuestion del modo de accion del negro animal, á fin de dar alguna claridad al pro

pre

blema que ocupaba los espíritus. Varias memorias sentadas al concurso de la Sociedad de farmacia fueron aprobadas por una comision especial. En efecto, las investigaciones de los concurrentes dieron por resultado la misma teoría. Dos de estas memorias fueron premiadas, la de M. Bussy y la mia; darémos un extracto de lo que me queda que decir sobre la última, en la que ademas he procurado resolver algunas cuestiones no indicadas en el programa; pero que me parecian poder ser útiles á los fabricantes que deben valerse del carbon animal.

Sin dar ahora cuenta de los experimentos que están consignados en dichas memorias, presentaré los resultados útiles que me parecen demostrados en ellas (*).

El fosfato de cal, y en general ninguno de los principios que por el análisis se encuentran en el carbon animal (excepto el carbono), tomado aisladamente, ó combinados dos á dos, ó tres á tres, gozan de las propiedades que presenta el carbon.

El carbon animal obra con mejor resultado, porque está dividido, y porque es mas completa la carbonizacion, sin haber pasado de cierto grado de temperatura durante la calcinacion.

Se aumenta su energía, cuando se le desembaraza de ciertas substancias solubles, que por lo regular están unidas á él.

Las substancias vegetales solubles, que no pertenecen al azúcar, y que acompañan la materia colorante

(*) Teoría de la accion del negro animal sobre las materias colorantes y de sus aplicaciones á la fabricacion y refinacion del azúcar. En la librería de Bachelier, y en la casa del Conserge del Conservatorio de artes y oficios. Precio:

franco.

TOMO VII

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