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*), son arrastradas por el carbon animal en la operacion de las soluciones del azúcar en bruto, y este efecto contribuye sin duda al aumento de la cantidad de azúcar cristalizado que se obtiene.

El carbono, aislado de las substancias que lo acompañan en el carbon animal, en particular del fosfato y carbonato de cal, con el auxilio del ácido hidroclórico, y frecuentes lavaduras, logra tener sobre la materia colorante del azúcar en bruto, una energía mucho mas fuerte que el carbon animal entero, en igualdad de peso. Este cuerpo podria pues considerarse como el principio activo del carbon animal.

Para comprobar la exactitud de esta induccion en tota su extension, era preciso buscar, si 10 partes de este carbono eran tan activas como 100 de carbon en bruto, de que se habian extraido; pero no sucedió asi. Encontré que el carbono extraido tenia únicamente una potencia descolorante tres veces mas fuerte que la del carbon animal, y como este último solo contiene 0,1 de carbono se puede sacar la consecuencia » que purificando el subcarbonato y el fosfato de cal del carbon animal, se hacia una pérdida efectiva de accion descolorante, en la proporcion de 10 á 3, ó de 7 décimos. "

Segun estos resultados, parecia que la potencia descolorante no residia en el carbono; pero estaba demostrado sin embargo, que no podia residir en otra substancia alguna. A fin de explicar esta aparente anomalia, he creido deber suponer que sin obrar directamente, las substancias que no son propias del carbon de hue

(*) Substancias extraibles poco estudiadas que en muchas circunstancias se forman con la materia colorante; por ejemplo cuando se tuesta la raiz de achicoria.

sos servian de auxiliares al carbono, teniendo separadas una de otra sus partículas, y presentándolas de est te modo á las materias colorantes en una especie de division química; otros resultados me confirmaron en esta opinion.

Conocí que todos los carbones procedentes de substancias animales, vegetales ó minerales, por mas divididos (mecánicamente) que se encontrasen, tenian muy poca energía sobre las materias colorantes, cuando despues de la carbonizacion presentaban una superficie lustrosa, tales son los carbones ordinarios de madera, los de cuerno, de carne muscular, de nervios, de cueros, y en general de todas las partes blandas de los animales, los de los betunes y de la hulla, etc. El carbon animal de huesos tiene tambien muy poca actividad, cuando se calcina mezclado con materias animales, vegetales ó minerales, susceptibles de derretirse al tiem

de carbonizarse; dejan en toda la superficie del carbon de hueso una especie de barniz carbonoso que paraliza la accion descolorante, uniendo entre ellas todas las partículas del carbono. Un instrumento que he hecho construir últimamente, permite el apreciar comparativamente la virtud descolorante de los varios carbones; se hace su descripcion en la palabra DESColorí

METRO.

Estaba pues probado hasta la evidencia, que los carbones que presentan superficies lustrosas, sea cual fuere su orígen, tienen poca energía sobre las materias colorantes.

He demostrado pues por un gran número de experimentos, que estas mismas substancias, que dan directamente carbones lustrosos, pueden ser operadas de modo que se las haga producir carbones deslustrados muy

activos. Asi es que calcinando al rojo, la sangre hecha secar con potasa, en la preparacion del azul de Prusia, se obtiene un resíduo carbonoso, que limpiado de las sales solubles que contiene, disfruta de una accion descolorante extraordinaria, mas de diez veces mayor que la del negro animal. No se ha podido lograr á la verdad preparar este carbon de un modo constante, para diese siempre iguales resultados, y lo he probado inútilmente obrando sobre grandes masas.

que

He manifestado por fin, que si se puede lograr el desembarazar el negro animal ya usado, de las substancias animales y vegetales con las que queda mezclado, se consigue volverle su primera energía, por medio de una nueva calcinacion (*).

Resulta de todo esto, como llevo dicho, que ninguno de los carbones lustrosos descolora bien, y que todos los carbones muy activos tienen una superficie sin lustre; es pues impropia la distincion establecida entre los carbones animales y los carbones vegetales, en cuanto á su potencia descolorante, y se le puede sustituir la de carbones deslustrados y carbones lustro

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Las modificaciones arriba dichas, que hacen activos los carbones inertes y recíprocamente, me han parecido confirmar que la accion descolorante de los carbones en general, dependia del estado particular en que se

(*) He indicado varios medios, con cuyo auxilio he logrado este resultado; uno de ellos puede aplicarse en las colonias: consiste en determinar un movimiento de fermentacion, amontonando los depósitos de negro en masas bastante abultadas, y á una temperatura elevada ( de 25 á 30 grados); se lava en seguida con abundancia de agua, se hace secar al aire, y despues se calcina. De este modo, obrando con algunas precauciones, sa puede lograr un negro de buena calidad, y emplearlo de nueve.

encuentra en ellos el carbono; estado, que puede ser considerado como una especie de division química, en los carbones que están dotados de mucha energía.

En la aplicacion del carbon animal y del carbon vegetal á la refinacion del azúcar, se han observado algunas anomalías aparentes, cuyo orígen he procurado averiguar. Asi es que el carbon animal poco calcinado, opera mejor en los jarabes ácidos y viscosos, porque ademas del carbonato de cal, la mayor proporcion de amoníaco que contiene, satura el ácido que se ha formado, y por su exceso destruye la viscosidad. Los melotes y los jarabes, mas flúidos, se colan mejor y el azúcar es mas blanco, aunque este carbon es en circunstancias ordinarias ménos enérgico que suficientemente calcinado. V. AZÚCAR (refinacion de),

En la fabricacion del azúcar de las colonias y del de remolachas, se emplea una gran cantidad de cal para depurar el zumo; el exceso de cal que queda en solucion en el líquido, opera de nuevo sobre el azúcar mientras dura la evaporacion, y dá una gran cantidad de azúcar no cristalizable. En la refinacion se emplea tambien la cal en algunas circunstancias; este agente es tambien útil á la vez para llenar el objeto que uno se ha propuesto, y muchas veces perjudicial por su exceso; es pues muy importante el poder detener su accion con oportunidad; seria dificil conseguirlo por medio de un ácido ó de una sal ácida, porque el menor exceso de una de estas dos substancias presentaria aun mayores peligros que la accion que se hubiera querido evitar. El carbon animal disfruta de tan útil propiedad, y satura completamente la cal, como lo he demostrado directamente en efecto, si se toman 100 gramos de agua destilada, saturada de cal, y se hacen hervir du¬

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mun,

rante una hora con 10 gramos de carbon animal coó lavado ántes con agua hirviendo, y se echa todo en un filtro, el líquido claro no será enturbiado por el ácido oxálico, ó por el oxalato de amoníaco: REACTIVOS que hacen descubrir las mas pequeñas cantidades de cal en solucion. Todavía no se ha dado una teoría satisfactoria de esta accion, que no he encontrado en los carbones sin fosfato de cal; y esta es quizás la causa principal de la inferioridad relativamente á los usos de que tratámos.

El carbon animal, en razon al subcarbonato de cal que contiene, puede quitar tambien completamente el exceso de un ácido en los jarabes: tiene pues la doble propiedad de saturar la cal y los ácidos.

Tomando los resultados de que hémos hablado mas arriba, refiriéndonos á una obra de Lavoisier, sobre la riqueza territorial de la Francia, ó los de una estadística mas moderna publicada por órden del conde de Chabrol, he creido poder establecer, que la cantidad de huesos que produce el solo consumo de carne en Paris y sus alrededores, seria mas que suficiente para fabricar el negro necesario para la refinacion del azúcar que consumimos anualmente, y en efecto, la fabricacion del negro animal basta, y sobra para atender á las necesidades de nuestras refinadurías. En este momento me estoy ocupando de encontrar la ocasion de remitir á nuestras colonias el excedente de aquella fabricacion.

Cuando serán bien conocidas las ventajas que presenta el carbon animal para la preparacion del azúcar en bruto de las colonias, se hará sin duda mas importante su consumo; pero me atrevo á esperar que empleándolo dos veces, bastará la cantidad que será posible re

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