Imágenes de páginas
PDF
EPUB

mitir á aquellos paises: esto me induce á añadir algunos detalles sobre el uso secundario del carbon animal, revivificando este agente.

He demostrado en este artículo, que podria conse→ guirse el volver á dar su primera energía al negro de que se habia ya hecho uso, pero que no podia hacerse sin muchos gastos (*); es probable que ciertas circunstancias favorecerian en las colonias la aplicacion de una parte de esta operacion. Soy de parecer que para conseguirlo, deberia obrarse del modo siguiente: las heces de negro y los depósitos que han quedado en los filtros, deberian juntarse todos los dias, y ponerse en masas en una artesa tapada, ó cualquiera otro receptáculo un poco grande y cubierto, donde se desarroIlaria la fermentacion, que no tardaria en razon del azúcar y otras materias vegetales que han quedado en el carbon.

Cuando habrian terminado sus movimientos las fermentaciones alcohólicas, ácida y aun pútrida, se deberia calcinar á rojo por el espacio de algunas horas por medio de cilindros de hierro colado. (V. SAL AMONÍACO.) Deberia despues molerse de nuevo el polvo carbonoso en un molino con muelas horizontales, y asi se lograria obtener un negro de una calidad un poco inferior á la del negro nuevo empleado; pero que sin embargo ofreceria muchas ventajas para su uso, porque

(*) La Sociedad de estímulo, en su última sesion anual, ha ofrecida un premio al que descubriera el modo de revivificar ei negro que se emplea en las refinadurías de azúcar; pero no se ha publicado esta operacion. Por otra parte, es muy variable la fuerza descolorante del negro revivificado de este modo, por cuya razon no está todavía completamente resuelto el problema que se dirige á reproducir un negro igual al negro nuevo, despues de haberse ya usado una vez.

el carbon animal es muy caro en las colonias en razon á los gastos de transporte.

El carbon animal en polvo impalpable puede aplicarse con utilidad como cisquero en la amoldadura de las piezas de hierro colado, ó de BRONCE. (V. esta palabra.) Lo he empleado con buen resultado para amoldar piezas delicadas; forma el negro de marfil, y el negro de hueso, etc.; se pone en las tierras como es, tiércol para activar la vegetacion, despues de haber servido en las refinadurías, etc. No tan solo se emplea en la preparacion del azúcar, sino que tambien para descolorar una porcion de soluciones extractivas, salinas ó de jarabes.

P.

CARBON DE LENA. Los procedimientos que desde mucho tiempo á esta parte se emplean en los bosques, para reducir la leña á carbon, son los de que todavía se hace uso generalmente (*) á pesar de que dan resultados ménos favorables que los que se les han sustituido en algunas partes; debémos pues describir los unos y los otros, indicando las condiciones de su acierto, sus ventajas é inconvenientes, segun las localidades y varias otras circunstancias..

Los carboneros empiezan por escoger á la inmediacion de los montones de leña derribada, un terreno bastante unido y firme, en el cual les basta limpiar y allanar un espacio para establecer en él su carbonera; pero si en las inmediaciones de las haces de leña amontonadas, se encuentran únicamente terrenos en declive pedregosos

(*) Teofrasto Eresius, que vivia 300 años antes de la venida de Cristo, dió una descripcion de ellos. Plinio cuenta que en su tiempo, para hacer el carbon, se colocaba la madera en pirámides, que se tapaban con arcilla.

ó resquebrajosos, es preciso nivelarlos, poner sobre ellos una capa de tierra, limpiarla y allanarla, á fin de obtener una superficie unida; la area de un hornillo ó de un fuego, tiene generalmente de 12 á 15 pies de diámetro.

[ocr errors]

No es cosa indiferente la eleccion de la leña; la mas dura es la que dá mejor carbon; la mas compacta, la que bajo un mismo volúmen contiene mas combustible ademas de ser la mas económica, como es suceptible de producir una temperatura mas elevada (V. COMbustible), es lo único que se puede emplear en muchas operaciones de las artes; los carbones ligeros, en la realidad mas caros, pues se venden tambien por me→ dida, solo convienen á los que quieren encender con prontitud pequeñas cantidades de carbon, y tener un fuego de poca duracion. Al comparar los resultados de varios procedimientos de carbonizacion, verémos, como con las mismas maderas se obtienen carbones cuyo peso específico, y algunas otras circunstancias son muy diferentes.

Los leños deben estar de antemano reunidos, ó cortados por los carboneros, segun su naturaleza (duras ó blancas), y su grueso que varia de una á tres pulgadas de diámetro, á fin de emplearlos segun convenga: todos los pedazos deben ser de igual largaria.

Para formar un hornillo, ó amontonar la leña que se quiere carbonizar, debe obrarse del modo siguiente. Se escoge un leño fuerte, uno de cuyos extremos se hace punteagudo para clavarlo en el suelo, y haciendo en el otro extremo cuatro hendiduras, se clava en el centro de la area del hornillo, y en las hendiduras de su parte superior, se introducen dos leños que forman entre ellos cuatro ángulos rectos, y están en un mismo

plano horizontal; se ponen despues cuatro leños inclinados hácia los del centro, quedando apoyados y contenidos en los cuatro ángulos indicados.

Entonces se trata de formar el suelo; para ello se tienden sobre la superficie del area leños de madera blanca, bastante gruesos y derechos, poniéndolos muy unidos unos á otros como los radios de un círculo, cuyo centro se encuentra en el leño clavado en tierra; el vacío que dejan estos leños se llena con otros mas pequeños, con los que se cubre tambien enteramente toda la superficie de la primera capa.

Para que este suelo tenga alguna solidez y no se descomponga, se clavan al rededor de la circunferencia algunas estacas á un pié de distancia poco mas ó ménos unas de otras; se trae entonces la leña con carretoncillos, cuyas angarillas tienen en su parte superior cuatro pedazos de madera formando una V, que pueden contener entre ellos una cuarta parte de un haz de leña; se toman todos estos leños por brazadas y se colocan en el suelo al rededor de los primeros, sobre los que se apoyan. Colocados de este modo forman un cono truncado, cuya base está en el suelo se sigue poniendo leña de esta manera hasta que casi no se pue¬ da ya alcanzar con facilidad al centro de este monton de leña.

:

Se aguza un leño por uno de sus extremos; debe ser uno de los mas gruesos y mas derechos de los destinados á convertir en carbon; se planta derecho en el centro del cono formado; se fija por medio de pedacitos de madera, se rodea despues de leños colocados como los primeros, sobre los que se apoyan y se les dá la misma inclinacion sobre un eje comun, de modo que continuan y doblan la elevacion del cono truncado.

Formado este segundo alto, se continua el primero hasta la extremidad del suelo, y luego se acaba el segundo alto hasta el borde del primero; para dar aun á este mayor extension, se arrancan las estacas, y se aumenta la superficie del suelo, colocando á su alrededor nuevos leños de madera blanca, cuyos extremos se sujetan por medio de estacas; se colocan sobre este suelo excéntrico al primero, dos altos de leños, del modo que hémos indicado: en fin se repite aun otra vez toda esta maniobra, á fin de dar al hornillo las dimensiones que debe tener, á saber: la elevacion de dos leños y un diámetro de 15 pies.

Se arrancan las estacas que sujetaban el suelo, para emplearlas en la construccion de otro hornillo, despues se reune, á la circunferencia del suelo, la leña pequeña de corteza, y con el auxilio de una escalera encorvada, se sube á lo alto del monton, para levantar, sacudiéndolo un poco, el grande leño del centro; se llenan los intervalos que han quedado entre los leños del segundo alto con madera de corteza que se extiende sobre toda la superficie, y se añade la cantidad suficiente de esta leña pequeña para formar un cono poco elevado, cuya cima va á parar hacia el leño plantado vertical

mente.

El carbonero tapa entonces con yerba ó con hojas, toda la superficie del monton de leña dispuesto de esta manera, y delinea á su alrededor un camino, cavando la tierra. Si la carbonera es nueva y aquel no tiene ceniza (mezcla de tierra y cisco de carbon) divide la tierra cuanto le es posible, y la coloca en monton: se sirve de ella para dar la última enyesadura y para tapar toda la superficie del hornillo del espesor de una pulgada y media, ménos cosa de medio pié por la parte de

« AnteriorContinuar »