Imágenes de páginas
PDF
EPUB

abajo, á fin de que el aire pueda penetrar por ella. Algunas veces se emplean glebas de cesped para formar esta cubierta.

Hecha esta última operacion, es preciso pegar fuego; para esto se quita el leño colocado en el centro del segundo alto, y en el vacío ó chimenea que deja se echan pedacitos de leña seca, y despues una palada de fuego. Pronto se desprende un humo espeso de todo el contorno del hornillo y de la chimenea; se dejan las cosas en este estado hasta que se vé salir la llama por la chimenea; entonces se tapa con un pedazo de cesped sin cerrarla completamente, á fin de que pueda salir humo por aquella parte. El operario debe entónces observar con el mayor cuidado lo que se pasa, á fin de remediar una infinidad de pequeños accidentes cuyas consecuencias podrian ser muy perjudiciales. El acceso del aire, y las salidas del humo, deben ser regularizadas con cuidado. En los parages por donde sale el humo con demasiada abundancia, es preciso echar tierra ó mejor ceniza. Sucede algunas veces que los gases comprimidos hacen pequeñas explosiones, de las que resultan algunos agujeros ó chimeneas, que es preciso taparlas inmediatamente con tierra, ceniza ó glebas de cesped; en fin es menester añadir tierra á lo bajo del hornillo, y estrechar de este modo mas y mas el paso que se habia dejado en aquella parte; la carbonizacion se hará bien, y con bastante igualdad, cuando el humo se exhale con lentitud por todos los puntos; excepto por la cima, donde debe procurarse que se mantenga mas rápida la corriente.

Sucede muy á menudo que al primer dia se abaja mucho por un lado el monton que se halla en combustion; es preciso ertónces abrir una salida por el lado opuesto con el auxilio del ángulo de un cepillo, especie de

instrumento cortado en un segmento de círculo

que tiene un mango largo de madera en medio de su superficie: valiéndose de uno de los costados rectilíneos de este útil, se dilata y une la tierra que se echa sobre el lado del monton que se ha abajado. De este modo debe mudarse por intervalos la direccion de las corrientes establecidas en lo interior del fuego.

Los carboneros observan ademas la influencia del viento sobre la carbonizacion, y para preservarse de ella, se vén forzados á levantar algunos abrigos formados de tejidos de mimbre. Durante las noches tienen el mayor cuidado en observar los progresos de esta operacion, cuyo buen resultado depende enteramente de su vigilancia, que sin ella podria quizás dejarles tan solo un monton de cenizas de ningun valor. Al acercarse la segunda noche, es cuando sobre todo debe redoblarse la atencion; en efecto, entonces se halla casi toda la masa en combustion, y se espera la aparicion del gran fucgo; en el momento en que la corteza hecha enteramen¬ te ascuas, indica que está hecho el carbon. Se cubre de nuevo con tierra y ceniza, que se unen por medio del cepillo llevando de arriba abajo estas materias arrojadas con la pala, y de este modo se acaba de tapar la parte inferior del contorno exterior que hasta entonces habia estado descubierta. Quedando el todo bien pulido, es poco el humo que se percibe. Algunas horas despues es preciso refrescar, lo que se hace sacando por medio del cepillo toda la tierra y ceniza que sea posible, añadiendo nueva tierra, y dilatando de nuevo el todo con la pala, sobre la superficie del hornillo. Esta operacion, que es preciso repetir dos ó quizás tres veces, cuan lo no está hecha con cuidado, tiene por objeto el apagar enteramente el carbon, interceptando toda comu

cuản

nicacion con el aire exterior. El cuarto dia el carbon se halla en estado de sacarse. Se necesitan pues 3 dias enteros para acabar la carbonizacion y el enfriamiento; no se necesita tanto tiempo cuando la madera es seca, entónces bastan dos dias medio. y

4

Para sacar el carbon, se abre el monton tan solo por un lado por medio de un garabatillo de hierro; y si el fuego estuviese mal apagado, debe volver á taparse aqueHa abertura, con cesped y tierra.

Los procedimientos que acabámos de describir son los que están mas generalmente en uso en los bosques. Sin embargo se han hecho en ellos algunas modificaciones en diferentes parages, pero en el fondo siempre se han de tomar iguales precauciones, y seguir los mismos principios. Asi es, por ejemplo, que se ha dado diferente forma y dimensiones á los hornillos, se han construido en pirámides cuadrangulares, en carros elevados con dos altos mas; algunas veces se pega fuego por abajo, y se deja salir el humo por varios puntos de la parte inferior, etc.

M. Tillorier ha inventado una ingeniosa modificacion á los procedimientos de costumbre en los bosques; plantaba en el hornillo del carbon, á la altura de los primeros leños, varios tubos de hierro batido ó de cobre, formando con el horizonte un ángulo de algunos grados, y cuya parte inferior se hallaba fuera del monton; cuando el fuego estaba bien encendido, hacia tapar la chimenea con glebas de cesped y tierra, de modo que el humo no encontraba mas salida que la de los tubos. Se podia regularizar la carbonizacion añadiendo ó quitando uno ó muchos de aquellos tubos; y los gases cuya temperatura toma mas elevacion, obligados á pasar por las partes inferiores, determinaban por sus cor

rientes una carbonizacion mas completa de aquellas partes, y aun del mismo suelo, que en los procedimientos comunes, producen solo tizos apénas carbonizados, y de este modo se obtenia una mayor cantidad de carbon vendible y de mejor calidad. No eran estas las únicas ventajas que logró. Podia ademas recoger el ÁCIDO ACÉTICO impuro (ácido piroleñoso) propio para diversos usos, y particularmente para teñir de negro los sombreros, cuando este ácido se recogia en tubos de hierro batido, porque entonces contiene acetato de hierro. Este procedimiento no daba á la verdad mas que una pequeña parte del ácido que se desprendia durante la operacion; se logró obtener mayor cantidad por medio de construcciones de ladrillos, en las cuales era mas regular la carbonizacion, sujeta á ménos accidentes, y los productos que se condensan se recogian con mayor facilidad. Este procedimiento debido á M. Mollerat, daba una mayor cantidad de carbon; pero estas ventajas estaban compensadas con otros inconvenientes. La construccion del hornillo de ladrillos era demasiado costosa para poder llevarse de una parte á otra, y colocarse segun las diferentes localidades; el precio de transporte de la leña que era preciso conducir al hornillo, era 5 veces mayor que el que cuesta el carbon por la diferencia de peso; los productos que se obtenian costaban pues demasiado; asi fué que este procedimiento no pudo sostenerse mucho tiempo.

M. Foucauld inventó un modo de operar que consiste en establecer la carbonera en un hoyo cilíndrico hecho en el suelo, fabricado con ladrillos, con poco gasto, y de una dimension que pueda contener una cantidad de leña á poca diferencia igual á la de que se forman los hornillos comunes que hémos descrito; en el

fondo de este hoyo, se construye una galeria circular que permite, por medio de aberturas laterales, un acceso regular al aire útil á esta carbonizacion; cnando el hoyo está lleno, colmado de leña, se tapa con una eubierta cónica de hierro batido, que remata en su cima por un tubo que conduce el gas de la carbonizacion á los aparatos refrigentes (V. ÁCIDO ACÉTICO). Por medio de esta construccion muy sencilla se obtiene carbon de buena calidad, duro, sonoro, exento de tizos, y en mucha mayor cantidad, en la proporcion á lo ménos de una quinta parte, que por los procedimientos comunes de los bosques.

Este procedimiento que ha sido protegido por el gobierno, no presenta todavia bastante sencillez, para poder ser empleado con facilidad en los bosques. El autor ha obtenido despues una patente de invencion por un aparato mucho mas sencillo, cuya construccion está fundada sobre el principio de los abrigos. Es sabido que en algunas partes y en particular en las inmediaciones de La Rochelle, las carbonerias están establecidas en un edificio hecho todo de albañilería, cubierto con tejas de claraboya; por este medio se evitan los funestos efectos de los vientos impetuosos, y el humo puede sin embargo desprenderse por el techo. Pero no siendo posible llevar de una parte á otra estas construcciones, que son de mucho coste, el círculo de su abasto se dilata mas y mas, y los gastos de transporte son proporcionalmente de mucha mas consideracion. Para remediar estos inconvénientes, M. Foucauld ha simplificado los abrigos, procurando construirlos de modo que pudiesen llevarse con facilidad de una parte á otra. Vámos á explicar su construccion, y tomarémos por ejemplo las dimensiones indicadas por el autor, sin adoptarlas exclusivamente.

« AnteriorContinuar »