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redomita, durante media hora; en seguida se dilata con 4 ó 5 partes de agua, despues se echa todo en un filtro; se lava con 2 ó 3 veces igual cantidad de agua, y se hace gotear y secar el filtro. El depósito seco que contiene se despega entónces de él con facilidad, y si pertenece al carbon animal sin mezcla, debe pesar unos 10 gramos, en vez de que pesaria unos 70 gramos, si se hubiese operado sobre carbon de esquita. Con algunas precauciones que no detallámos, pero que cualquiera operario tomará por sí mismo, se puede operar con bastante exactitud, para reconocer, hasta la sola añadidura de algunos centésimos de carbon de esquita en el carbon animal.

La hermosura del negro que se obtiene con la esquita bituminosa, hace muy probable la utilidad de sus aplicaciones á la PINTURA, y en la fabricacion del ENCERADO; soy de opinion que tambien se podria emplear en la AMOLDADURA y en la CIMENTACION de los LÁPICES, etc.

La esquita betuminosa de Menat, puesta en un lugar, en masas de algun volúmen, podria quemar completamente sin añadidura de otro combustible, y seria susceptible de servir por si misma á la produccion del calor. El resíduo de esta combustion presenta una mez+ cla encarnada, originada del óxido de hierro que encierra en sí, y dá un TRIPOL de buena calidad. Pero como el consumo del trijol no es de mucha consideracion, seria inútil preparar grandes cantidades de

él.

P.

CARBON VEGETAL. Se ha conservado este nombre para designar el carbon hecho polvos que se empleaba en la fabricacion del AZÚCAR antes del CARBON ANIMAL; cuando hémos hablado de este, y del CARBON DE MADERA, hémos referido la historia del carbon vegetal,

é indicado sus usos; solo falta pues que describámos su preparacion que es muy sencilla.

Se procura obtener cisco de carbon del que queda en los almacenes y en los barcos donde se pesan y cargan los caminos de carbon que se vende. Este cisco resulta de los pedazos rotos por la magulladura de unos contra otros; se cierne en un gran cedazo de tela metálica, y acaba de pulverizarse en un molino con ruedas verti cales.

Los CONFITEROS y algunos refinadores de azúcar lo em plean en este estado: el cisco de carbon destinado á là pintura se reduce á polvo mucho mas fino. (V. Negrɑ VEGETAL).

P.

CARBONATOS. Los carbonatos resultan de la com+ binacion de los óxidos con el ácido carbónico; esta especie de sales se divide en dos séries; en carbonatos neu→ tros y sub-carbonatos; difieren entre sí por la cantidad de ácido que contienen. En los carbonatos neutros, la base forma la cuarta parte de la de oxígeno contenido en su ácido, y en los sub-carbonatos, la relacion es de uno á dos:

El carácter genérico de los carbonatos es el producir una gran efervesencia cuando se echan hechos polvos en cualquiera ácido. El resultado de esta descomposi→ cion es, por una parte ácido carbónico que se desprende al estado de gas, y por otra una sal formada por la reunion de la base del carbonato y del ácido que se ha empleado. Se podria tambien citar como carácter distintivo de los carbonatos, su fácil descomposicion por la accion del calor; pero seria preciso exeptuar los subcarbonatos de potasa, de sosa, y los de barita y estron= ciana que no disfrutan de esta propiedad general. Los carbonatos neutros apenas son conocidos, y por

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lo mismo son muy poco usados. Los subcarbonatos están al contrario muy exparcidos, y forman ellos solos una gran parte de la masa del globo; se emplean en una infinidad de casos, y su historia, sea por lo que toca á la ciencia, ó por lo que toca á la industria, es una de las mas importantes que debemos describir, y merece bajo todos aspectos una atencion particular. Por ella empezarémos este artículo, reservándonos el indicar al fin de él lo que sea necesario saber relativamente á los carbonatos neutros.

Subcarbonatos. Para no separanos de los límites de este Diccionario, solo tratarémos aqui de las especies bien conocidas, y empleadas en la química, en la medicina y en las artes.

Subcarbonato de amoníaco. Esta sal es uno de los productos constantes de la descomposicion de toda materia animal sometida á la accion de una temperatura un poco elevada; pero como en estos casos está siempre acompañada de un aceite extremadamente fétido, que no puede verificarse como las demas sales, por su gran volatilidad, resulta de ello, que no se puede recurrir á este medio directo cuando se la quiere obtener excenta de toda materia estraña. El subcarbonato de amoniaco blanco del comercio, es siempre el producto de la descomposicion de otra sal amoniacal por un subcarbonato; por lo regular se emplea para esta fabricacion sal amoníaco comun; pero se tiene cuidado de escogerla perfectamente blanca y seca. A 8 partes de sal, se añaden 10 partes de greda tambien muy seca y lavada, dentro de una retorta de asperon encamisada, ó dentro de un aparato de hierro colado, segun la cantidad que se quiera fabricar á la vez. Se adapta á este primer vaso un recipiente de plomo que tiene un cubo en su par

te superior, 6 un cántaro comun agujereado en su fon do este recipiente debe estar sumergido en una cubeta donde se pueda hacer pasar una corriente de agua fria; (V. lám. 57 fig. 1 y 2) se embarran con cuidado todas las junturas del aparato, se adapta una clavija movible á la abertura del fondo y se procede despues á la operacion; teniendo cuidado de no emplear primero mas que un calor muy moderado, en particular si se hace uso de una retorta de asperon. La temperatura que convie ne establecer, es aquella en que los vapores puedan condensarse á medida que se vayan emitiendo, que deberá precisamente disminuir el fuego siempre que al quitar la clavija colocada al extremo del aparato haya expansion repentina del vapor hácia afuera. Se conoce→ rá al contrario que va bien la operacion, cuando los vapores no serán arrojados con fuerza por aquella aber tura, y cuando se verá formarse en lo interior una nu⚫ be espesa en la que solo se perciba un ligero movimien◄ to. Otro indicio que debe servir de guia al operario, es la temperatura del recipiente, pues es siempre relativa á la mayor ó menor cantidad de vapores que se desprenden á la vez, lo que indica por consiguiente si. se debe aumentar ó disminuir el fuego. A medida que va progresando la descomposicion, es mas difícil el producir el carbonato amoniacal, y solo se consigue aumentando el calor. Se conoce que se está acabando la operacion cuando salen con fuerza los vapores, y que no son ya opacos sino muy transparentes, lo que depende de la gran cantidad de vapor de agua que se forma en aquella época. En fin, queda enteramente concluida la operacion, cuando estando siempre bien alimentado el fuego, se enfria enteramente el recipiente, pero hay una ventaja en no llevar tan adelante la ope

racion y en detenerla, cuando se vé que solo se desprende vapor de agua, porque este vapor disuelve una parte del producto condensado en el recipiente, y la pequeña cantidad de carbonato que la acompaña, no compensa la cantidad combustible que es preciso emplear en aquella época para producirlo.

Acabada la operacion se deja enfriar el aparato, y despues se desarma; se rompe el recipiente si es de asperon, y se encuentra en su parte superior un carbonato muy hermoso, apretado, trasluciente, blanco muy seco, y si se ha operado sobre proporciones convenientes, tiene cerca de 2 pulgadas de grueso. La sal condensada en la parte inferior es siempre húmeda y tiene un poco de color, y conviene separarla para rectificarla. M. Gessard, farmacéutico fabricante, ha propuesto en el Boletin de farmacia, T. II, el someter á la rectificacion todo el producto obtenido; pero se puede evitar esta segunda operacion, teniendo cuidado de emplear materias primeras de una calidad escogida. Su mayor valor queda compensado con usura por la disminucion de gastos, particularmente por la de las pérdidas que se experimentan durante la rectificacion. Sean cuales fueren las precauciones que se tomen, hay siempre una gran cantidad de subcarbonato de amoníaco que se descompone, y la emision del gas amoniacal es tan rápida, , que se hace inaguantable para el que opera. Es cierto que M. Gessard ha propuesto el hacer pasar este gas por agua por medio de tubos; pero el carbonato que lo acompaña los obstruye con tanta prontitud, que es preciso cambiarlos á cada momento, y que apenas basta este medio. El subcarbonato obtenido de este modo tiene ménos olor, en razon á que pierde una gran parte de su base.

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