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la seguridad que siempre las encontrarán á igual precio en la fábrica de M. Henraux.

L.

CARDERO (Tecnológia). Es el nombre que se dá al fabricante de cardas. Las cardas son unos instrumentos que sirven para separar las he bras de lana 6 de aló godon, ó de toda otra substancia análoga, á fin de disponerlas para los hilados. La finura y la igualdad de los hilados, asi como la hermosura de los tejidos á que se destinan estos hilos, dependen mas de la regularidad y de la perfeccion de la cardadura, que de las manipulaciones subsecuentes de los trabajadores. En efecto, un mediano trabajador fabricará mas fácilmente una primorosa tela con un hilo bien hecho, que un inteligente artífice con uno poco regular. La perfeccion de la cardadura depende mucho mas de la perfeccion de las cardas, que de la mano del artífice que las emplea; esta verdad está incontextablemente probada desde que se han inventado las cardas mecánicas, cuales hacen la cardadura con una admirable regularidad, sin el auxilio de la mano de los hombres.

Es pues muy importante para los fabricantes de tejidos el procurarse buenas cardas. Por consiguiente vá. mos á entrar en algunos pormenores acerca de la construccion de estos instrumentos.

Las cardas están formadas de una tira de cuero atravesada de una infinidad de agujeros, en los cuales se colocan unos pequeños cabos de hilo de hierro que se llaman dientes. Cada hilo de hierro tiene dos dientes. EI cuero se coloca en seguida sobre una plancha ó sobre un cilindro de madera, conforme las circunstancias, y la reunion de todas estas piezas forma una carda.

Los dientes de las cardas son mas ó ménos fuertes, y mas ó ménos unidos, segun que sea mas ó ménos grue

sa, más ó ménos resistente, mas ó ménos delicada ó preciosa la substancia que se quiere cardar. Se conoce bien que es muy importante que los dientes sean uniformes, igualmente espaciados é inclinados; no podia esperarse esta suma regularidad de un trabajo hecho en la mano. Para juzgar la dificultad que presentaba esta manipulacion, échese una ojeada sobre la fig. 1 lám. 61. Primeramente debe estar doblado el hilo en ángulos rectos en a y en b; en seguida cada cabo debe recibir una segunda doblez en c y en d bajo un ángulo obtuso determinado, y que no debe variar mas por la misma carda. Es indispensable que estos dos ángulos a ce, bdf, sean matemáticamente iguales no solamente en los dos dientes que están unidos, sino tambien en todos los dientes de la misma carda, porque es fácil de conocer que si uno de los dientes es mas ó ménos inclinado que su inmediato, tomará mas ó ménos materia, y la cardadura no podrá ser igual.

La extrema regularidad de los dientes es importante; mas no es esta aun la única condicion exigible en una buena carda. No debe perderse de vista que estos dientes están inyectados de dos en dos en una cinta de cuero, contra la cual están detenidas por el travesaño ab. Es menester pues atravesar el cuero de dos agujeros por cada diente en la distancia ab; pero es necesario atravesarlo de manera que la inclinacion de los agujeros, con respeto al plan de la cinta, sea invariablemente siempre el mismo, sin lo cual la regularidad en la longitud de los dientes variará como esta inclinacion, y la carda será mala.

Para obtener una grande regularidad es indispensable una tercera condicion, y es, que el cuero sea de igual espesor en toda su extension, sin lo cual los dien

tes por mas que fuesen de la misma longitud é inyectatos bajo el mismo ángulo, la diferencia del espesor los haria desiguales, y la importante operacion de la cardadura seria horriblemente defectuosa.

¿ Como se podia esperar de lograr esta necesaria regularidad para fabricar primorosos fabricar primorosos y buenos tejidos, cuando se construían á mano estos instrumentos, que son la base de una buena fabricacion? Sin embargo no siempre se ha operado de esta manera, y no hace cuarenta años que se han introducido en Francia máquinas que operan por sí solas.

No hablarémos de los medios usados antes de la introduccion de las máquinas; estas operaciones están generalmente abandonadas, y no pueden interesar á ninguno de los lectores: sin embargo los que deseasen conocerlas pueden consultar la Enciclopedia metódica, Manufacturas y Artes, tomo 10 en las palabras carda, cardadura, cardero, pág. 108. Hallarán alli tambien la descripcion de la primera máquina que se ha construido en Francia para picar ó agujerear los cueros, y la de cortar, doblar y fijar el hilo de hierro que sirve para hacer los dientes de las cardas. Estas descripciones son muy especificadas y acompañadas de muchas figuras, para dar una perfecta inteligencia de ellas. Estas dos máquinas no las describirémos.

Desde esta época se han perfeccionado mucho estas dos máquinas, y el trabajo se verifica con mas regularidad y prontitud. Se ha inventado 19 una máquina para recortar los cueros, la cual reduce las cintas 6 tiras de un espesor igual en toda su extension, la que describirémos en la palabra MÁQUINAS; 2.o una máquina para agujerear los cueros; 3.° una máquina para cortar, doblar y fijar el hilo de hierro que sirve para hacer los

dientes de las cardas. Vámos á dar una idea de estas do s máquinas, indicando las operaciones que se emplean para construir las cardas.

1.o La máquina de agujerear los cueros es sencilla ; de una vez se atraviesa toda una línea por medio de una regla de hierro formada de dos platinas entre las cuales hay ajustadas una línea de agujas igualmente esparcidas, conforme el género de cardas que se propone construir. El cuero no debe estar agujereado segun la línea perpendicular de su superficie, sino que para dar mas fuerza á los dientes, debe inclinarse de una manera conveniente; la regla que se llama peine, está colocada encima. El cuero no tiene sino un movimiento progresivo, sostenido por debajo por una regla transversal é inmoble, mas allá de la cual pasan las puntas de manera que jamas la tocan. El peine, al contrario, tiene todo á la vez un movimiento vertical que sirve para agujerear, y un pequeño movimiento de traslacion á derecha y á izquierda, á fin de que los agujeros estén en QUINCUNCE. Un manubrio movido por un hombre, caballo ó máquina de vapor empleada en otras obras, pone la máquina en movimiento y produce estos diferentes efectos. En este caso, está el hombre únicamente ocupado á cambiar los cueros.

2. La máquina de hacer los dientes se mueve por medio de un hombre algunas de estas máquinas hacen de una vez dos dientes dobles; otras no hacen sino uno En el primer caso el hombre presenta un hilo en cada mano, que dobla y corta con el pié. En el segundo caso, se vale de una mano para presentar el hilo, y de la otra lo corta y dobla. No nos ocuparémos en este artículo mas que del segundo caso, porque siendo mas sencillo, será mas fácil de comprender.

El hilo de hierro está colocado en una devanadera á la izquierda del operario; lo ensarta en un agujero practicado sobre el costado izquierda de la máquina, y lo introduce tanto como puede. Entónces agarrando de la mano derecha una palanca que está á su alcance, se corta el hilo, se dobla y se pliega por este solo movimiento. Asi que levanta la palanca el diente cae en un cajon, de donde se saca para fijarlo con la mano sobre el cuero ya preparado y agujereado.

Ordinariamente son mugeres ó muchachos que ensartan y sujetan dientes en los agujeros, lo que se llama poner. Se conoce bien que esta última operacion es larga, y acarrea tambien disgustos y pérdidas. Cuando por algunos accidentes están tapados los agujeros del cuero, ó que se quiera ir mas á prisa, se rompen los dientes ó se doblan y entonces estos dientes están perdidos.

Se ha procurado remediar estos inconvenientes, y se han ocupado á encontrar los medios de verificar por una sola máquina estas tres sucesivas operaciones. M. Ellis, ciudadano de los Estados Unidos, inventó una que hizo ejecutar en Paris por M. Mathieu, mecánico, quien la ha perfeccionado. Esta es la máquina en que la lám. 61 fig. 3 y 4 presenta la elevacion de frente y perfil, cuyos efectos procurarémos hacer comprender. M. Mathieu agraciado por esta misma máquina, tuvo la cortesanía de enseñárnosla, de comunicarnos los planes, convidándonos á publicarlos.

Esta máquina está destinada para hacer cardas de cintas; se podrian hacer mas anchas si se queria disponer una para el ancho que se desee. El cuero preparado primeramente de un espesor uniforme, y ancho de unas 2 pulgadas, está colocado verticalmente en la parte de detrás de la máquina. Está comprimido entre dos

TOMO VII

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