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da hácia su centro, para que el agua de las lluvias pu-: diese escurrirse por uno y otro lado hacia las márgenes laterales, y no pudiese permanecer jamas en la calzada.

Los caminos modernos están construidos de un modo mucho mas sencillo; pero distan mucho de tener la solidez de los caminos romanos: la calzada es la única parte que se construye con algun cuidado; los márgenes cuando los hay, están formados con tierras procedentes de la escavacion hecha para colocar el sólido de la cal-> zada, y de los fosos hechos á lo largo de los caminos para el desagüe de las aguas pluviales, y para separarlos de las propiedades inmediatas. Asi es que estos lados inclinados, aunque cubiertos algunas veces con arena gruesa ó piedra menuda, y aunque tengan declive. hácia los fosos, se empapan de agua, se ponen intransitables en invierno despues de las lluvias, y muy incómodos en verano por el polvo que se levanta de ellos.

Hay tres especies de caminos. La primera comprende todos los que están construidos y conservados á costa del Estado, por cuya razon se les dá el nombre de caminos reales, siendo mas ó ménos grande su ancharia. En Francia hay algunos que no bajan de 20 á 24 metros, cuya calzada tiene 7 ú 8 metros, y á Colbert es á quien se debe este lujo de los caminos, contra el cual ha levantado con razon la voz la agricultura.

Se consideran de segunda clase los caminos traveseros hechos y conservados á expensas de las Provincias; y los caminos vecinales que están enteramente á cargo de los pueblos y á veces de algunos particulares, forman la tercera clase.

En Inglaterra, en Italia y en algunos departamentos meridionales de Francia, la calzada ocupa todo el ca

mino; pero en este caso no tiene esta mas que 9 6 12 metros de anchura, ni está guarnecida de árboles, que se miran como perjudiciales á la conservacion de los caminos.

La calzada, esta parte esencial del camino, sobre la que pasan de continuo carruages enormes, exige una gran solidez; su summum dorsum ó superficie superior se construye de varios modos segun la importancia del camino y los materiales que se hallan en las cercanías: la calzada es siempre empedrada ó de cascajo.

En Francia hay tres especies de empedrados: 1o los empedrados de asperon duro de que están construidas las calles de Paris y los caminos reales; 20 los guijarros escogidos de una dimension á poca diferencia igual; 3o empedrados de piedras comunes toscamente cortadas. Todas estas clases de empedrados se colocan sobre una capa de arena de 0", 2 de espesor, extendida en un fondo bien consolidado. Los empedrados de asperon cortado' de una dimension igual de unos 0", 2 en todas direcciones, se colocan en la de la curvatura de la calzada por hileras alineadas y unidas en retejo. Las piedras que forman la última hilera de cada lado tienen dos de sus dimensiones, el grueso y el ancho mayores que las de las piedras comunes, á fin de que manteniéndose alineadas por el costado de los márgenes, se peguen mas á la capa de arena, y formen interior y exteriormente ligazon con el empedrado. Colocadas las piedras de modo que su superficie esté en el perfil dado, se golpea cada una de ellas con el pison para asegurarlas bien en el lugar que les corresponde, y en seguida se extiendesobre toda la calzada una capa de arena de unos 0", 02 que llena por sí misma las junturas.

Igual trabajo se hace en las calzadas formadas con las

dos otras clases de empedrados, y se les dá el nombre de caminos herrados.

Las calzadas de petrificacion, están, como las de los antiguos, formadas de varias capas; pero sin ninguna trabazon ni de mortero, ni de cimiento, ni aun de arcilla, y por lo regular se ponen tres capas, cuyo grueso total es de 0, 5. Se emplea para ello el morrillo en bruto que se rompe en pedazos pequeños para las capas superiores, de los cuales el mayor no debe exceder de 0,03 cubos, teniendo el peso de 6 onzas poco mas ó ménos.

Cuando está hecha la escavacion que debe contener el sólido de la calzada, se empieza por aplanar y fortificar el fondo, ya sea pasando encima de él un rodillo de hierro muy pesado, como se hace en Inglaterra, ó ya pisoneándolo.

La primera capa que forma la base ó fundamento de la calzada, tiene 0, 3 de grueso, está formada de morrillos puestos de canto, sin órden, y dejando entre ellos el menor hueco posible. Las puntas que sobresalen sirven para unir esta primera capa con la segunda.

La segunda capa se compone tambien de morrillos quebrantados, de piedras pequeñas ó cantos toscos recogidos en los campos, de un tamaño mediano y uniforme; se colocan sobre la primera capa por medio de la pala de hierro, de modo que llenen el perfil dado. El grueso de esta capa es de 0,1.

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La tercera capa cuyo grueso es tambien de 0, 1, se forma con piedras duras hechas pedazos muy pequeños de un tamaño igual, de 0, 03 cubos poco mas ó ménos segun lo hémos dicho, y se colocan sobre la segunda capa por medio de una rastra con dientes de hierro. Este sólido de tres capas, que constituye la calzada

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de petrificacion, está contenido por sus lados por dos hileras de sostenes hechos en seco con martillos gran→ des, de los cuales los primeros, los que corresponden á la primera capa, están puestos de plano, y los restan¬ tes de canto; pero no se elevan hasta la superficie su→ perior, Estos sostenes solo dejan ver sus ángulos extremos, y lo demas está cubierto por la petrificacion de la última capa,

Esta calzada no tiene de mucho la solidez del agger de los caminos romanos; pero se tiene un camino que dura mucho tiempo si se ha hecho con cuidado y con buenos materiales, en particular los que componen las últimas capas que se mezclan al fin por efecto del tránsito de los carruages. Los fragmentos de la superficie que se despegan por las lluvias, forman una especie de cimiento que se introduce en los intersticios, y hace duro, homogénea y unido todo el sólido de la calzadr. Este sólido conservado con cuidado se va perfeccionando insensiblemente, pues al paso que el tránsito de los carruages pesados aumenta la densidad de la cohesion de sus capas, crece tambien su grueso con las nuevas piedras pequeñas que se ponen en él para componerle y llenar los carriles.

Varios ingenieros instruidos no han estado acordes sobre el perfil que mas conviene dar á la superficie de un camino; unos quieren que sea cóncava, otros convexa, y cada uno apoya su opinion en razones que parecen fundadas. No hay regla positiva establecida sobre este punto para los caminos empedrados ó herrados; pero las calzadas de petrificacion son por lo regular combadas como cosa de una vigésima parte de su anchura. Es preciso que las aguas pluviales no permanezcan ni corran encima de la calzada; arrastraria sin

Cesar los fragmentos que se forman en su superficie, y dejando de este modo á descubierto los elementos que forman la capa superior, esta se encontraria muy pronto echada á perder y quizás agujereada. No sucede lo mismo con los caminos empedrados; pues el agua puede correr por encima sin causarles el menor perjuicio. Por los restos de algunos caminos romanos que existen todavía, se ve que aquel pueblo habia adoptado en general la forma cóncava para los caminos herrados, dejando de trecho en trecho una especie de vertientes por donde se salia el agua hácia uno y otro lado del camino para dirigirse á las zanjas: esto es lo que se hace aun en el dia en los paises montuosos ó quebrados; pero los caminos hechos en terrenos llanos, donde el agua no puede verterse sino lateralmente, tienen el perfil convexo, y es una especie de bóveda apuntalada contra los sostenes, que parece debe oponer mucha mayor resistencia á la accion del tránsito de los carruages que los caminos cóncavos. Esta forma presenta ademas otra ventaja, y es que cuando se encuentran dos carruages, evitan mejor el choque en razon á que sus ejes y por consiguiente sus ruedas están inclinadas en direccion opuesta.

Despues de la delineacion de un camino, de su nivel, y de la determinacion de su ancharia y de su perfil, lo que mas importa no descuidar, es el desecamiento del terreno que recorre. Es preciso no tan solo preservar el sólido de la calzada y sus lados de las aguas pluviales, sino que tambien de las aguas de los manantiales y de las que al bajar de sus cuestas ó montañas inmediatas podrian humedecerlos. Para ello se construyen regueras ó pequeños conductos subterráneos cuyo fondo está empedrado, que llevan estas aguas á las zan

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