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han de hilar con máquina. Cuando la hilazon se ha concluido, otras mugeres están encargadas de poner las canillas en ovillos. Esta operacion se llama dobladura, porque su objeto es reunir la lana, que era en un principio sencilla, en dos ó tres hilos, segun la clase de gorros que se quieren fabricar. Se dá á cada ovillo el peso necesario para hacer un gorro, y á medida que están acabados se van entregando á las medieras. Cuando estas han concluido su labor, la someten á la inspeccion de un encargado, quien se cerciora de si se ha cuidado bien la hechura; pues si los gorros tuviesen pocos ó demasiados puntos, ya sea en el tope ó en la caida, no podrian tomar al batanarlos, la forma conveniente; asi es que todos los que están mal hechos, se devuelven á las medieras para que los vuelvan á hacer de nuevo. Los que son aprobados se reunen al contrario de dos en dos por los bordes y cosidos juntos, para desengrasarlos en el batan.

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Para este efecto se emplea regularmente una tierra arcillosa, ú orines corrompidos, que se apoderan de la materia crasa y la disuelven en el agua. Es muy teresante que esta operacion se haga con mucho cuidado, pues tiene la mayor influencia sobre lo restante del trabajo. En efecto, es fácil de conocer que si no se ha quitado bien la grasa, las fibras conservarán un resto de adecion que se opondrá á la especie de fieltradura que se ha de hacer con el batan. Otro motivo hace tambien no ménos necesario el perfecto desengrase, y es la subsiguiente operacion del tinte; pues es sabido que este resulta de una verdadera combinacion que se opera de molécula en molécula, entre la fibra orgánica, el mordente y la materia colorante; es pues evidente que esta combinacion no se haria de un modo estable, si

partidas etereogéneas con su interposicion pusieran un obstáculo al contacto inmediato de las que se han de unir.

Despues del desengrase, se entregan los gorros á unas trabajadoras llamadas despinzadoras, que por medio de pequeñas pinzas, quitan las porquerias que se hayan introducido en el punto durante la última operacion. Otras mugeres las toman en seguida despues de espulgadas de este modo, para recoserlas, esto es, para coger las mallas sueltas ó tapar los agujeros que se hubiesen podido formar. Cuando están concluidas estas operaciones diversas, se ponen los gorros en el batan, en número de cincuenta ó sesenta docenas á la vez. Alli sufren por el espacio de treinta y seis á cuarenta horas la accion de dos mazos que dan veinte golpes en cada minuto, y pesan como unos 150 kilógramos cada año, Se tiene cuidado de tener siempre en el baño del batan una porcion conveniente de jabon. Observando los progresos de esta operacion, se vé que las mallas van apretándose siempre mas y mas, y que llegan al punto de no apercibirse. Entonces el tejido no presenta mas que una ropa homogénea fuerte y apretada, que se ha disminuido poco mas ó ménos de dos tercios, y que en Jugar de un saco muelle y extensible, no presenta mas que un solideo apretado y muy resistente.

Cuando se ha acabado el bataneo, se ponen los solideos en moldes para que se sequen; despues se entregan de dos en dos docenas á los preparadores ó tundideros que les dan una primera forma, llamada primer apresto, que consiste en cardarlos para hacer salir la lana, cubrirlos bien, y despues tundir el vello. Esta primera operacion se examina para asegurarse del modo como se ha egacutado, y cuando se ha considerado

TOMO VII

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que es buena, se procede al segundo apresto ó refinadura que no es mas que una repeticion del precedente, esto es, que se vuelven á cardar para hacer salir la lana fina, y que se tunde de nuevo hasta que el gorro esté bien cubierto y convenientemente preparado para tomar el tinte. Cada operacion está sugeta al exámen del contramaestre, y se vuelve á empezar si no es aprobada. Un buen operario puede pasar en el dia treinta y seis gorros por el primer apresto, y cincuenta ó sesenta por el segundo ó refinadura.

Sigue á estas operaciones el tinte, que es la mas esencial, porque los orientales son muy escrupulosos siempre en ella, y tienen cierto color que prefieren, del cual nunca desisten; exigen ademas que este tinte tenga el olor del de Tunez, debido propablemente al kermes que entra en él. Le dan mucha importancia, porque atribuyen á dicha agalla grandes propiedades medicinales; por egemplo, están persuadidos que los gorros teñidos de aquel modo son un preservativo excelente contra el mal de ojos y el dolor de muelas. Pero sea como quiera, la necesidad en que se hallan los fabricantes de satisfacer estos caprichos, hace la operacion del tinte muy difícil, y los que atientas han llegado á un buen resultado, se guardan mucho de comunicarlo á los demas; asi es que sobre este puuto no podemos presentar mas que datos generales.

Se tiñen regularmente de ciento veinte á ciento y cuarenta docenas de gorros juntos, y se empieza por hacerlos hervir un poco en una ligera disolucion de alumbre y tártaro, despues se les sumerge en el baño llamado encarnado, que se compone de kermes, cochinilla, rubia y agallas, y se añade cierta proporcion de la preparacion conocida entre los tintoreros bajo el

nombre de composicion: es una disolucion de estaño en una mezcla de ácido nítrico y de sal amoníaco. Las proporciones son á poca diferencia las mismas, que para el tinte de escarlata. Cuando se ha logrado el color que se desea, se sacan los gorros, se lavan muy cuidadosamente, despues se ponen en moldes de barro cocido, abiertos por los dos extremos, y dichos moldes se colocan en una estufa, en donde se les deja hasta que los gorros están secos.

Antes de entregar los gorros al comercio, se someten á otra nueva operacion llamada reparacion, que consiste en volver á levantar la lana con una carda pequeña, en tundirlos de nuevo, y en acepillarlos por último para darles mayor lustre; en seguida se entregan á las marcadoras, que están encargadas de hacer en la parte interior un pequeño bordado ó marca de la fábrica. Desde alli pasan los gorros á lo que se llama plancheo (*) ó á la prensa (**); pues hay tres modos de doblarlos, llamados arrollados al uso de Tunez, arrollados doblados, prensados en cuatro pliegues. Estos diferentes modos de doblarlos no pertenecen á tales 6 tales calidades; pero si á tal ó tal pais. Asi es que los gorros arrollados, y por consiguiente aplanchados, están destinados á todas las escalas de levante; los prensados en cuatro pliegues se venden en Egipto, en la Valachia, en la Moldovia, y en las orillas del Danubio. Despues de prensados ó aplanchados, se pone en el

(*) El plancheo consiste en pasar los gorros por encima de unas bolas de cobre que se hacen calentar; el operario trabaja de modo que la lana se aplaste en una misma direccion y quede bien unida.

(**) La plancha de hierro colado que cubre la prensa, está calentada por debajo, por medio de un hornillo.

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extremo de cada gorro un copo de seda azul, cuyo color varia segun el pais á que deben enviarse.

Viene en seguida la ensambladura, que consiste en arreglar las medias docenas de gorros. Para estar bien arreglados los gorros que componen cada media docena deben ser de grandor diferente, y en una graduacion casi imperceptible. Este trabajo, que es esencial para el buen éxito de la venta, no deja de ofrecer algunas dificultades, y exige para salir bien, mucho uso, agilidad, y sobre todo mucha paciencia. Las medias docenas arregladas de este modo, se envuelven en papel de forma mayor con una estampilla, bien sea de color ó dorada, que indica la fábrica. Todos estos papeles tienen una forma igual para cada especie de doblez; reúnense estos paquetes en cajones que contienen regularmente de sesenta á ciento y veinte docenas, y á veces hasta doscientas docenas.

Las estampillas, bordados y otras señales, están imitadas á las fábricas de Tunez, porque los Orientales las tienen en tanto aprecio, que sin este medio seria imposible hacer pasar en la venta en detall, los gorros de Francia.

Tal es sucintamente el conjunto de esta fabricacion, que se compone de un sin número de detalles de tal modo minuciosos, que nos hubiera sido imposible el referirlos aqui completamente; y se concebirá fácilmen→ te, cuando se sepa que desde el momento en que se empiezan á trabajar hasta que se entregan al comercio, sufren estos gorros á lo ménos 40 operaciones, vistas y revistas, que son todas indispensables, y que este trabajo exige por lo menos 4 ó 5 meses de término. En una fabricacion de 10 mil docenas, se necesitan emplear de 1200 á 1500 personas, tanto para el punto como para

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