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dan unos años con otros de tres á cuatrocientas. En las inmediaciones de Valladolid se reputa por mala una cosecha que no produce mas de 130 ó 150 por uno. En los parages en que el suelo es mas estéril, todavía se cuentan sesenta ú ochenta granos. En general se cree que el producto del maiz, en la region equinoccial del reino de Nueva-España, se puede valuar á ciento cincuenta por uno. Solo el valle de Toluca coge al año mas de 600,000 fanegas * extension de treinta leguas cuadradas, y en gran parte este terreno se da al maguey. Entre los paralelos de 18 y 22 grados, los hielos y vientos frios hacen poco lucrativo este cultivo en los llanos cuya altura pasa de tres mil metros. En la intendencia de Guadalajara (como ya lo hemos observado), la cosecha anual del maiz pasa de noventa millones de kilógramos, ó un millon ochocientas mil fanegas.

en una

Bajo la zona templada, entre los 33 y 38 grados de latitud, por ejemplo en la Nueva California, en general, el maiz no produce unos años con otros mas que de 70 á 80 granos por uno. Comparando las memorias manuscritas del padre Fermin Lassuen, que tengo en mi poder, con los resúmenes estadísticos que se han publicado en la Relacion histórica del viage del señor de Galiano, pudiera yo muy bien indicar pueblo por pueblo las cantidades de maiz sem

* Una fanega pesa 4 arrobas ó 100 libras; en algunas provincias 120 libras (50 á 60 kilógr.).

bradas y cogidas. He hallado que, en 1791, doce misiones de la Nueva California* cogieron 7625 fanegas en un terreno que habian sembrado con 96. En 1801, la cosecha de diez y seis misiones fue de 4661 zy fanegas, sin haber sembrado mas que 66. De ahí resulta para el primer año un producto de 79, y para el segundo de 70 por uno. En general esta costa, bien ⚫asi como todos los paises frios, parece mas apta para el cultivo de las cereales de Europa. Con todo, los mismos estados que tengo á la vista prueban que en algunos parages de la Nueva California, por ejemplo en los campos pertenecientes á los pueblos de San Buenaventura y Capistrano, muchas veces ha dado el maiz de 180 á 200 por uno.

Aunque en Méjico se cultiva una gran cantidad de trigo, el maiz debe considerarse como el alimento principal del pueblo, como tambien lo es de la mayor parte de los animales domésticos. El precio de este género modifica el de todos los demas, y es por decirlo asi el regulador natural. Cuando la cosecha es mala sea por falta de agua, sea por hielos tempranos, la carestía es general y tiene funestísimos efectos. Las gallinas, los pavos y aun el ganado mayor tambien se resienten de ella. Un caminante que atraviesa una provincia en donde el maiz se ha helado, no encuentra huevos, ni aves, ni pan de arepa, ni harina para hacer el atolli, que es una especie de papas nutritivas y sa

Viage de la Sutil, p. 168.

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brosas. La carestía de víveres se hace sensible principalmente en los alrededores de las minas mejicanas; en las de Guanajuato, por ejemplo, en donde catorce mil mulos se ocupan en los obradores de la amalgamacion, se consume anualmente una cantidad enorme de maiz. Ya he citado mas arriba la influencia que las carestías han ejercido periódicamente en el progreso de la poblacion de Nueva-España. El hambre horrible del año de 1784 provino de una helada terrible que hubo el 28 de agosto, época en que menos debia esperarse bajo la zona tórrida, y á la altura poco considerable de 1800 metros sobre el nivel del océano.

De todas las gramíneas cultivadas, ninguna presenta un producto tan desigual. Este producto varia en un mismo terreno de 40 á 200 ó 300 granos por uno, segun las mudanzas de humedad y temperatura media del año. Si la cosecha es buena, el colono se enriquece mas rápidamente con el maiz que con el trigo, y puede asegurarse que este cultivo participa de las ventajas y desventajas del de la viña. El precio del maiz varia desde medio peso hasta cinco la fanega. El precio medio es de un peso en el interior del pais; pero el porte lo aumenta de tal manera, que durante mi mansion en la intendencia de Guanajuato, costó la fanega catorce reales de plata en Salamanca, dos pesos y medio en Queretaro y cuatro y medio en San Luis de Potosí. En un pais en donde no hay almacenes, y los naturales no viven mas que para salir del dia, el pueblo

sufre inmensamente cuando el maiz se mantiene durante mucho tiempo á dos pesos la fanega : entonces los naturales se alimentan de fruta que todavía no está sazonada, bayas de cactus y raices. Esta mala comida produce enfermedades; y en general se observa que las carestías van acompañadas de una gran mortandad en los niños.

En las regiones cálidas y muy húmedas, el maiz puede dar dos ó tres cosechas al año; pero en general no se hace mas que una : se siembra desde mediados de junio hasta últimos de agosto. Entre muchísimas variedades de esta gramínea nutritiva, hay una cuya espiga madura á los dos meses de sembrado el grano. Esta variedad precoz es muy conocida en Hungría, y M. Parmentier ha tratado de propagar su cultivo en Francia. Los mejicanos que habitan en las costas del mar del Sur, dan la preferencia á otra calidad, que Oviedo * asegura haber visto en la provincia de Nicaragua, que se coge en menos de treinta ó cuarența dias. También me acuerdo haberlo observado cerca de Tomependa, en las márgenes del rio de las Amazonas, pero todas estas variedades de maiz, cuya vegetacion es tan rápida, parece que tienen el grano menos harinoso y casi tan pequeño como el zea curagua de Chile.

ya

La utilidad que los americanos sacan del maiz es demasiado conocida, para que sea necesario dete

* Lib. vII, cap. 1, p. 103.

nerme aqui á manifestarla. El uso del arroz apenas es tan variado en la China y las grandes Indias. Se come la espiga cocida ó asada, y con el grano machacado se hace pan muy nutritivo (arepa), bien que no hace masa ni tiene levadura, á causa de la pequeña cantidad de glúten unido á la fécula almidonáce. Con la harina se hacen puches que los mejicanos llaman atolli, y las sazonan con azúcar, miel y á veces patatas molidas. El botánico Hernandez describe diez y seis especies de atolli que vió hacer en su tiempo.

Mucho trabajo tendria un químico para preparar la inumerable variedad de bebidas espiritosas, ácidas ó dulces, que los indios saben hacer con mucha maña, poniendo en infusion el grano del maiz en donde la materia azucarada empieza á desenvolverse con la germinacion. Estas bebidas que comunmente se designan por

la palabra chicha, se parecen unas á la cerveza y otras á la sidra. Bajo el gobierno monástico de los Incas, no era permitido en el Perú fabricar licores que embriagan, principalmente los que llaman vinapu y sora **. Los déspotas mejicanos tomaban menos interes en las costumbres públicas y privadas: por eso, en tiempo de la dinastía azteca ya era muy comun la embriaguez entre los indios. Pero los europeos han multiplicado los goces del comun del pueblo, introduciendo el cultivo de la caña de azúcar. Hoy en dia cada altura

* Lib. VII, cap. XL, p. 244.

** Garcilaso, lib. vIII, cap. Ix (tom. 1, p. 277). Acosta, líb. iv, cap. xvi, p. 238.

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