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tan raro en Méjico, que en todo el pais no se consumen anualmente mas que cuatrocientos ó quinientos quintales, al paso que en Francia, cuya poblacion apenas es cinco veces mayor que la de Nueva-España, ascendia con corta diferencia (en 1803) á 5,880,000 kilógramos; y desde 1820 á 1823, un año con otro, á 8,197,900 kilógramos.

El cultivo del cacao (cacari, ó cacava quahuitl) era ya muy comun en Méjico, en tiempo de Motezuma; allí fue donde los españoles conocieron este árbol precioso que seguidamente trasplantaron en las islas Canarias y Filipinas. Los mejicanos preparaban una bebida llamada chocolatl, en la que mezclaban al cacao (cacahuatl*) un poco de harina de maiz, vainilla (tliljochitl), y el fruto de una especie de pimiento (mecajuchitl). Sabian tambien re

contar el contrabando) 979,864 arrobas. Al paso que la importacion de café en Francia ha sido, en 1818, de 6,796,000 kilogramos, y que el consumo del café en Inglaterra era de 2 millones de kilógramos.

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Hernandez, lib. 11, cap. xv; lib. 11, cap. xLv1; lib. v, cap. xır. En tiempo de Hernandez se distinguian cuatro variedades de caeao, llamadas quaulicahuatl, mecacahuatl, jochicucahuatl y tlalcacahuatl. Esta última variedad tenia el haba muy pequeña: el árbol que lo producia era sin duda análogo al del cacao que encontramos silvestre en las márgenes del Orenoco, al E. del embocadero del Yao. El cacao cultivado desde siglos, tiene el haba mas gorda, mas dulce y mantecosa. No se debe confundir con el theobroma cacao el t. bicolor, cuyo diseño he dado en nuestras Plantas equinocciales (t. I, pl. xxx, a y b, p. 104.), y que es peculiar de la provincia de Choco.

ducir el chocolate á ladrillos; y este arte, los instrumentos de que se servian para moler al cacao, y hasta la palabra chocolatl, de Méjico han pasado á Europa. Esto aumenta tanto mas la admiracion, cuando se ve que hoy en dia el cultivo del cacao está casi del todo descuidado. Apenas se encuentran algunos pies de este árbol en las inmediaciones de Colimas y en las márgenes del Guasacualco. Los cacauales en la provincia de Tabasco son de poca consideracion; y el reino de Méjico, todo el cacao que necesita para su consumo lo saca del reino, de Guatemala, Maracaybo, Caracas, y Guayaquil, Segun parece, este consumo es de 30,000 fanegas al año de peso de 50 kilóg. cada una: el abate Hervas pretende que toda la España consume 90,000 fanegas *. De esta valuacion que me parece demasiado baja resulta, que la España no consume mas que el tercio del cacao que se importa anualmente á Europa. Pero segun las indagaciones que he hecho en el mismo pais, he hallado que, desde 1799. hasta 1803, la exporta

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cion anual de cacao ha sido:

En las provincias de Venezuela y Maracaybo, de 145,000 fanegasEn la provincia de la Nueva - Andalucía (Cuma

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En la provincia de la Nueva-Barcelona, de.

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En el reino de Quito, del puerto de Guayaquil de 60,000

El valor de once millones y medio de kilogramos

* Idea del Universo, tom. v, pag. 174. Yo he valuado en el año de 1818 el consumo de cacao en Europa á 23,000,000 de libras. (Véase Relation hist., tom. 11).

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de cacao asciende en Europa, en tiempo de paz, no valuándolo mas que á cuarenta pesos la fanega, á la suma de 9,120,000 pesos fuertes. En las colonias españolas no se considera el chocolate como un objeto de lujo, sino como un género de primera necesidad: en efecto, es un alimento sano, muy nutritivo y sobre todo de un gran auxilio para los viageros. El que se fabrica en Méjico es de superior calidad, porque el comercio de Veracruz y de Acapulco hacen refluir á la Nueva-España el famoso cacao Soconusco (Joconochco) de las costas de Guatemala; el de Gualan, del golfo de Honduras, cerca de Omoa; el de Uritucu, cerca de San Sebastian, en la provincia de Caracas; el de Capiriqual, de la provincia de Nueva-Barcelona; y el de la Esmeralda, del reino de Quito.

En tiempo de los reyes aztecas, los granos de cacao servian de moneda en el gran mercado de Tlatelolco, como las conchas en las islas Maldivias. Para el cho→ colate se empleaba el cacao soconusco, cultivado en el extremo oriental del imperio mejicano, y los granos chicos llamados tlalcacahuatl. Las especies de calidad inferior se reservaban para servir de moneda. Cortés en su primera carta al emperador Carlos v dice: « E porque allí, segun los españoles que allá «< fueron me informaron hay mucho aparejo para << cer estancias y para sacar oro, rogué al dicho Mu<< teczuma, que en aquella provincia de Malinaltebe« que, porque era para ello mas aparejada, hiciese << hacer una estancia para V. M.; y puso en ello tanta

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y tié

diligencia que dende en dos meses que yo se lo dige << estaban sembradas sesenta hanegas de maiz y diez << de frijoles y dos mil pies de cacap, que es una fruta «< como almendras, que ellos venden molida: << nenla en tanto que se trata por moneda en toda la «< tierra, y con ella se compran todas las cosas nece<< sarias en los mercados, y otras partes * ». Aun en el dia en Méjico el cacao sirve de vellon: como en las colonias españolas la moneda mas pequeña es un medio, el pueblo halla muy cómodo el empleo del cacao como moneda: setenta y dos granos representan un medio.

Los aztecas han trasmitido á los españoles el uso de la vainilla. El chocolate mejicano, como lo hemos observado antes, era perfumado con muchas aromas, entre las cuales la vainilla ocupaba el primer lugar. Hoy en dia los españoles no hacen el comercio de este producto precioso sino para venderlo á los demas pueblos de la Europa. El chocolate español no tiene vainilla; y en el mismo Méjico hay la preocupacion de considerar esta aroma como nociva, principalmente para las personas que tienen el sistema nervioso muy irritable. Se oye decir con mucha gravedad que la vainilla da pasmo. Hace pocos años que se decia lo mismo en Caracas del uso del café, que sin embargo ya empieza á usarse entre los indígenas.

Lorenzana, p. 91, §. 26. Clavigero, 1, p. 4; 11, p. 219; IV, p. 207. ↑

Cuando se considera el precio excesivo á que se vende constantemente la vainilla en Europa, admira la incuria de los habitantes de la América española, que descuidan el cultivo de una planta que la naturaleza produce espontáneamente entre los trópicos, casi en todas partes donde hay calor, sombra y mucha humedad. Toda la vainilla que consume la Europa viene de Méjico, y por el único conducto de Veracruz. Se coge en una extension de terreno de algunas leguas cuadradas. Sin embargo es indudable que la costa de Caracas, y aun la Habana, podrian hacer con este producto un comercio muy considerable. Durante el curso de nuestras herborizaciones, hemos encontrado vainillas muy aromáticas y de un tamaño muy crecido, en las montañas de Caripe en la costa de Paria; en el hermoso valle de Bordones cerca de Cumaná; en los alrededores de Portocabello y de Guaiguaza; en los bosques de Turbaco, cerca de Cartagena de indias; en la provincia de Jaen, en las márgenes del rio de las Amazonas, y en la Guayana, al pie de las rocas graníticas que forman las grandes cataratas del Orenoco. Varios habitantes de Jalapa que hacen el comercio de la hermosa vainilla mejicana de Misantla, se quedaron atónitos de la excelencia de la que M. Bonpland habia traido del Orenoco, que habíamos cogido en las selvas que rodean el Raudal de Maypure. En la isla de Cuba, se encuentran plantas de vainilla (Epidendrum vanilla) en las costas de Bahía Honda y en el Mariel. La de Santo Domingo

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