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tiene el fruto muy largo, pero poco oloroso, pues muchas veces una grande humedad, al paso que favorece la vegetacion, es contraria al desarrollo del aroma. De otra parte, los viageros botánicos no deben juzgar de la bondad de la vainilla el olor que

por

esta exhala en los bosques de la América: aquel olor lo causa en gran parte la flor, que, en los valles profundos y húmedos de los Andes, tiene algunas veces cuatro ó cinco centímetros de larga.

El autor de la Historia filosófica de las dos. Indias (1) se queja de las pocas nociones que ha podido adquirir sobre el cultivo de la vainilla en Méjico. Ignora hasta el nombre de los distritos que la producen. Como he estado en el mismo pais, me he hallado en posicion de adquirir noticias las mas circunstanciadas y exactas. He consultado sugetos en Jalapa y Veracruz que ha treinta años que estan haciendo el comercio de vainilla de Misantla, Colipa y Papantla. He aqui el resultado de mis indagaciones sobre el actual estado de este raino interesante de industria nacional..

Toda la vainilla con que el reino de Méjico surte á Europa se coge en las dos intendencias de Veracruz y Oajaca. Esta planta abunda principalmente en la falda oriental de la cordillera de Anahuac, entre los 19° y 20o de latitud. Los indígenas que desde el prin

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Raynal, t. II, p. 68, §. 16. Thiery de Menonville, del cultivo del Nopal, p. 142. Tambien se cultiva un poco de vainilla en la Jamaica, en las parroquias de Santa-Ana y Santa-María. Brown, p. 326.

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cipio reconocieron cuan difícil es la cosecha á pesar de su abundancia, á causa de la vasta extension de tierra todos los años debian recorrer, han pro

que

pagado la especie reuniendo un gran número de plantas en un espacio mas limitado. Para esta operacion no ha sido menester mucho cuidado, pues ha bastado el limpiar un poco la tierra y plantar un par de estacas de Epidendrum al pie de un árbol, ó bien fijar las partes cortadas del tallo al tronco de un Liquidambar, de un Ocotea, ó de un Piper árbóreo.

Las estacas generalmente tienen tres ó cuatro decímetros de largo, y con bejucos las atan á los árboles que han de servir de apoyo á los nuevos tallos. Cada estaca da fruto á los tres años, y durante treinta ó cuarenta cada pie da hasta cincuenta habas, principalmente si la vegetacion de la vainilla no se halla entorpecida por la vecindad de otros bejucos que la sofoquen. La vainilla cimarona ó silvestre, que crece en terrenos cubiertos de arbustos y otras plantas que se encaraman, da frutos muy secos y en cortísima cantidad.

En la intendencia de Veracruz, los distritos célebres por el comercio de la vainilla son la subdelegacion de Misantla, con los pueblos indios de Misantla, Colipa, Yacuatla (cerca de la Sierra de Chicunquiato) y Nautla, perteneciente en otro tiempo á la Alcaldía mayor de la Antigua; la jurisdiccion de Papantla, y las de Santiago y San Andres Tuxtla. Misantla está á treinta leguas de distancia de Vera

cruz,

al N O., y á doce leguas de la costa del mar: es un lugar delicioso, en donde no se conoce la plaga de los mosquitos y gegen, que tanto abundan en el puerto de Nautla, en las márgenes del rio de Quilate, y en Colipa. Si el rio de Misantla, cuyo embocadero está cerca de la Barra de Palmas, fuese navegable, aquel distrito llegaria en poco tiempo á un alto grado de prosperidad.

Los Misantleños cogen la vainilla en las montañas y bosques de Quilate. La planta florece en febrero y marzo: si en esta época los vientos del norte son frecuentes y acompañados de mucha lluvia, la cosecha es mala. La flor cae sin dar fruto, cuando hay demasiada humedad; y una sequedad extremada tambien es perjudicial al acrecentamiento del haba. De otra parte, ningun insecto ataca el fruto estando verde, á causa de la leche que contiene. Empiezan á cortarla en marzo y abril, cuando el subdelegado ha publicado un bando en que anuncia que la cosecha es permitida á los indios, y dura hasta fin de junio. Los naturales pasan ocho dias seguidos en los bosques de Quilate, y á su regreso venden la vainilla fresca y amarilla á la gente de razon, que son blancos, mestizos y mulatos: estos son los únicos que conocen el beneficio de la vainilla, es decir, el modo de secarla con esmero, conservarla un lustre plateado y atarla para mandarla á Europa. Extienden el fruto amarillo sobre lienzos, y ponen al sol durante algunas horas. Cuando se ha calentado suficientemente, lo arropan con mantas de

lo

lana para hacerlo sudar: la vainilla entonces se ennegrece, y la ponen á secar, dejándola al sol desde la mañana hasta la noche.

El beneficio que en Colipa dan á la vainilla es muy superior al que se usa en Misantla. Aseguran que cuando en Cádiz se abren los paquetes de vainilla, en la de Colipa apenas se encuentra un desfalco de seis por ciento, al paso que la de Misantla pierde el doble á causa de las habas podridas ó dañadas que contiene. Esta última variedad es mas difícil de secar, porque tiene el fruto mas grande y mas acuoso que la de Colipa, que recogida en las sábanas y no en las montañas, la llaman vainilla de acaguales. Cuando el tiempo Hluvioso no permite á los Misantleños y Colipeños exponer la vainilla á los rayos del sol hasta que adquiera un color negruzco y se cubra de manchas plateadas, se ven precisados á valerse del calor artificial. Forman con tubillos de caña un cuadro suspendido con cuerdas, y cubierto con una manta de lana en la cual extienden las habas: el fuego está puesto debajo, pero á una distancia considerable, y se seca la vainilla dando un movimiento suave al cuadro y calentando poco a poco las cañas y la manta. Es meá nester mucho cuidado y experiencia para conseguir el secar bien la vainilla con este método, que se llama beneficio de poscoyol. En general hay pérdidas considerables cuando se emplea el calor artificial.

En Misantla la vainilla se arregla en mazos; cada uno tiene cincuenta habas; por consiguiente un mi

llar se compone de veinte mazos. Aunque toda la vainilla que entra en el comercio parece producto de una sola especie de epidendrum (tliljochitl), sin embargo, el fruto cogido se divide en cuatro clases diferentes. La naturaleza del suelo, la humedad del aire, y el calor del sol influyen singularmente en el tamaño de las habas, y en la cantidad de partes aceitosas y aromáticas que contienen. Estas cuatro clases de vainilla, empezando por la de superior calidad, son las siguientes: vainilla fina,

que se distingue de nuevo la grande fina y la chica fina, ó mancuerna; el zacate, el rezacate y la basura. Cada clase es fácil de reconocer en España por el modo con que los mazos vienen atados. La grande fina tiene comunmente 22 centímetros de largo, y cada mazo pesa diez onzas y media en Mizantla, y en

en Colipa de nueve á diez. La chica fina es cinco centímetros mas corta que la precedente, y se compra la mitad menos cara. El zacate es una vainilla muy larga, en extremo delgada y muy acuosa. La basura cuyos mazos contienen cien habas cada uno, no sirve mas que para llenar el fondo de las cajas en que la expiden para Cádiz. La peor calidad de vainilla de Misantla se llama cimarona (silvestre), ó vainilla palo: es muy delgada y casi del todo falta de jugo. Una sexta variedad, que es la vainilla pompona, tiene el fruto muy grande y hermoso: varias veces la han remitido á Europa por el conducto de los comerciantes de Génova para el Levante; pero como su olor es muy di

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