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que vió practicar M. Thiery de Menonville cuando pasó rápidamente por San Juan del Re, San Antonio y Quicatlan. Los del distrito de Sola y Zimatlan 9 hacen sus nopalerías en fa falda de las montañas, ó en torrentes distantes dos ó tres leguas de los pueblos. Despues de haber cortado y quemado los árboles que ocupaban el terreno, plantan los nopales: si siguen limpiando el suelo dos veces al año, á los tres, los nopales estan en estado de alimentar la cochinilla. Para este efecto, en el mes de abril ó mayo, el propietario de una nopalería, compra ramas ú hojas de tunas de Castilla cargadas de pequeñas cochinillas (semilla) recien nacidas; estas hojas desprovistas de raiz y separadas de los troncos, conservan su jugo muchos meses, y se venden en el mercado de Oajaca á cinco reales de plata el ciento, poco mas o menos. Los indios conservan la simiente de la cochinilla por espacio de veinte dias, en cuevas ó en el interior de sus chozas; despues de este tiempo, exponen los tiernos insectos al aire libre, y cuelgan las hojas en que estan fijados dentro de un tinglado cubierto de paja. El acrecentamiento de la cochinilla es tan rápido, que en el mes de agosto ó setiembre, las madres estan ya fecundadas, antes que los hijuelos hayan salido. Ponen estas cochinillas madres en nidos hechos con una especie de tillandsia llamada Paxtle : dentro de estos nidos las llevan á dos ó tres leguas del pueblo, los distribuyen en las nopalerías, y las plantas tiernas

* Informe de Don Francisco Ibañez de Corvera (manuscrito).

toman la simiente. La postura de las cochinillas madres dura trece ó quince dias, y si el parage en que está situado el plantío no es muy elevado, en menos de cuatro meses se puede contar con la primera cosecha. Se ha experimentado que en un clima mas bien frio que templado, el color de la cochinilla tiene la misma belleza, pero la cosecha es mas tardía. En el llano, las cochinillas madres se hacen mas gruesas, pero tambien hallan allí mas enemigos, en los inumerables insectos que las devoran (jicaritas, perritos, aradores, agujas, armadillos, culebritas,) lagartos, ratas y pájaros. Es necesario tener muchísimo cuidado para limpiar las hojas de los nopales: á este efecto las mugeres indias se sirven de una cola de ardilla ó ciervo; se pasan horas, enteras puestas en cuelillas al pie de una planta, y á pesar del excesivo precio de la cochinilla, dudo que este cultivo fuese ventajoso en paises en donde se sepa sacar partido del tiempo y del trabajo. En Sola, en donde en el mes de enero hay lluvias muy frias, y á veces granizos, los naturales conservan las cochinillas tiernas, cubriendo los nopales con esteras de junco; por esto la simiente de grana fina que comunmente no cuesta mas que un peso la libra, la libra, sube á veces hasta de tres pesos y

medio á cuatro.

En varios distritos de la provincia de Oajaca, se hacen tres cosechas de cochinilla al año, la primera de las cuales (la que da mas simiente) no es lucrativa, porque la madre conserva poquísimo jugo colo

rante, si muere naturalmente despues que ha puesto sus huevos. Esta primera cosecha da la grana de paxtle ó cochinilla de los nidos, asi llamada, porque despues de la postura, se encuentran las madres en los mismos nidos que se habian suspendido en los nopales. Cerca de Oajaca, se siembra la cochinilla en el mes de agosto; en el distrito de Chontale, no se hace esta operacion hasta octubre, y en los llanos mas frios en noviembre y diciembre.

La cochinilla vellosa ó silvestre, que se introduce en las nopalerías, cuyo macho, segun la observacion del señor Alzate no es mucho mas pequeño que el de la cochinilla harinosa ó fina, hace mucho daño en los nopales. Por eso los indios la matan siempre que la encuentran, á pesar de que el color que da, es muy sólido y hermoso. Parece que no solo la fruta sino tambien las hojas verdes de varias especies de Cactus podrian servir para teñir el algodon morado y colorado, y que el color de la cochinilla no proviene enteramente de una operacion de animalizacion de los jugos vegetales en el cuerpo del insecto.

En Nejapa, se cuenta que en años buenos una libra de simiente de cochinilla harinosa, puesta en los nopales en el mes de octubre, da en enero una cosecha de doce libras de cochinilla madre, dejando en la planta la simiente necesaria, es decir, no empezando la cosecha hasta que las madres han hecho la mitad de sus hijuelos. Esta nueva simiente, produce hasta • mayo otras treinta y seis libras. En Zimmatlan y en

otros pueblos de la Misteca y del Jicayan, apenas se coge tres ó cuatro veces la cantidad de cochinilla sembrada. Si el viento del sur, que es perniciosísimo al acrecentamiento del insecto, no ha sido duradero, y la cochinilla no tiene mezcla de tlasole, es decir, despojos de los machos alados, secada al sol, no pierde mas de dos tercios de su peso.

muy

Ambas especies de cochinilla (la fina y la silvestre), parece que contienen mas principio colorante en los climas templados, principalmente en las regiones en que la temperatura media del aire es de 18 ó 20 grados centígrados. La cochinilla fina puede resistir frios considerables: en la provincia de Oajaca se cria aun en llanos en donde el termómetro centígrado está casi constantemente á 10 ó 12 grados. La cochinilla silvestre la hemos encontrado en abundancia en elimas los mas opuestos, en las montañas de Riobamba, á 2,900 metros de altura absoluta, y en los llanos de la provincia de Jaen de Bracamoros, bajo un cielo abrasador, entre los pueblos de Tomependa y Chamaya.

Alrededor de la ciudad de Oajaca, principalmente cerca de Ocotlan, hay haciendas que tienen de 50 á 60,000 nopales plantados en filas como pitas ó ma gueys de pulque. Sin embargo, la mayor parte de la cochinilla què entra en el comercio, la dan las nopalerías pequeñas pertenecientes á indios muy pobres. Generalmente no dejan crecer el nopal mas de unos docc decímetros, á fin de poder limpiarlo. mas fácil

mente de los insectos que devoran la cochinilla. Se prefieren las variedades de Cactus que tienen mas espinas y vello, porque estas armas protegen la cochinilla de los insectos volátiles, y se tiene mucho cuidado de cortar la flor y la fruta, para impedir que estos últimos depositen en ellas sus huevos.

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Los Indios que crian la cochinilla, que se designan con el nombre de nopaleros, principalmente los que viven en las inmediaciones de Oajaca, siguen un uso muy antiguo y extraordinario, cual es el de hacer viajar la cochinilla. En aquella parte de la zona tórrida, llueve en los Hanos y en los valles, desde el mes de mayo hasta el de octubre; al paso que en la cordillera inmediata, llamada sierra de Istepeje, las lluvias solo son frecuentes desde diciembre hasta abril. En vez de conservar el insecto en lo interior de las chozas durante la estacion de las lluvias, los indios meten las cochinillas madres, á tongadas, dentro de canastos hechos con bejucos muy flexibles, cubiertos con hojas de palmera, y los llevan á cuestas, con toda la velocidad posible, á la sierra de Istepeje, encima del pueblo de Santa-Catalina, á nueve leguas de Oajaca. Las cochinillas madres procrean en el camino, y al abrir los canastos, los encuentran llenos de insec tillos que distribuyen en los nopales de la sierra; allí permanecen hasta el mes de octubre que acaban las lluvias en las regiones mas bajas; entonces los indios vuelven á la sierra á buscar la cochinilla para reponerla en las nopalerías de Oajaca. De esta manera el

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