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menos animada, la hermosura de las formas vegetales se disminuye, los tallos tienen menos jugo, las flores son menos grandes, y mas pálidas. El viagero que ha desembarcado en Vera-Cruz, se tranquiliza á la vista del roble mejicano, porque esto manifiesta que ya ha dejado aquella zona, que con tanta razon temen las gentes del norte por los estragos que hace la fievre amarilla. Este mismo límite inferior de los robles, enseña al colono habitante del llano central, hasta donde puede bajar hácia las costas, sin temor de la enfermedad mortal del vómito. Cerca de Jalapa, los bosques de Ocozoles (liquidambar ), anuncian por la viveza de su verdor, que es á aquella altura donde las nubes suspendidas sobre el océano, vienen á tropezar con los picos de basalto de la cordillera. Mas arriba cerca de la Banderilla ya no llega á madurar el fruto nutritivo del plátano: de manera que en esta region nebulosa y fria, la necesidad precisa al indio á trabajar y despierta su industria. A la altura de San Miguel, los pinabetes empiezan á interpolarse con los robles, y se van encontrando asi hasta los altos llanos de Perote, los cuales presentan el risueño aspecto de campos sembrados de trigo. 800 metros mas arriba, el clima es ya muy frio para que los robles puedan vegetar; solo los pinabetes cubren las rocas, cuyas puntas entran en la zona de las nieves perpetuas de manera que en este pais maravilloso, en el espacio de pocas horas recorre el físico toda la escala de la vegetacion, desde la heliconia y el plá

plátano, cuyas hojas lustrosas llegan á tener extraordinarias dimensiones, hasta al encogido parenquima de los arbustos resinosos.

La naturaleza ha enriquecido la provincia de VeraCruz con los productos mas preciosos. Al pie de la cordillera, en los bosques siempre verdes de Papantla, Nautla, y San Andres Tuxtla, crece el bejuco (epidendrum vanilla), cuya fruta odorífera se emplea para aromatizar el chocolate. Cerca de los pueblos indios de Colipa y Misantla se encuentra la bella planta convolvulácea (convolvulus jalapœ), cuya raiz tuberosa da la jalapa, uno de los purgantes mas eficaces y benéficos. En la parte oriental de la intendencia de Vera-Cruz, en los bosques que se extienden hácia el rio de Baraderas, se cria el mirto (myrtus pimenta), cuyo grano es una especia agradable, y conocida en el comercio con el nombre de pimienta de Tabasco: el cacao de Acayucan seria muy buscado, si los indígenas se dedicasen con mas esmero á su cultivo. En la costa oriental y austral del pico de Orizaba, en los valles que se prolongan hácia Córdova, se cultiva tabaco de excelente calidad, que produce anualmente á la corona mas de tres millones y medio de pesos. El smilax, cuya raiz es la verdadera zarzaparrilla, vegeta en los barrancos húmedos y sombríos de la cordillera. El algodon de las costas de Vera-Cruz es célebre por su finura y bello color. La caña tiene casi tanto azúcar como la de la isla de Cuba, y mas que la de Santo Domingo.

Solo esta intendencia bastaria para vivificar el comercio del puerto de Vera-Cruz, si fuese mayor el número de los colonos, y si su desidia, efecto de la misma beneficencia de la naturaleza, y de la facilidad con que proveen sin trabajo á las primeras necesidades de la vida, no entorpeciese los progresos de la industria. La antigua poblacion de Méjico está reunida en lo interior del pais, en el llano mismo : los pueblos mejicanos que eran oriundos de comarcas setentrionales, como ya lo hemos dicho mas arriba, prefirieron en sus emigraciones la loma de las cordilleras, porque su clima era análogo al de su pais natal. No hay duda, que á la primera arribada de los españoles á la playa de Chalchiuhcuecan (Veracruz), toda esta costa, desde el rio Papaloapan (Alvarado) hasta Huajtecapan, era mas habitada y mejor cultivada que no lo es en el dia. Con todo, á proporcion que los conquistadores subieron al llano, hallaron los pueblos mas inmediatos unos de otros, los campos divididos en porciones mas pequeñas, y la gente mas culta. Los españoles, que creian fundar nuevas ciudades cuando daban nombres enropeos á las ya construidas por los aztecas, siguieron las huellas de la civilizacion de los indígenas, y tuvieron muy poderosos motivos para habitar el alto llano de Anahuac, temiendo el calor y las enfermedades que reinan en los llanos inferiores. El afan de buscar los metales preciosos, el cultivo del trigo, los árboles frutales de Europa, la analogía del clima con el de las dos Cas

tillas, y otras razones que he indicado en el capítulo cuarto de esta obra, les indugeron á establecerse en la loma de las cordilleras. Durante todo el tiempo que los encomenderos, (abusando de los derechos que las leyes les concedian) trataron á los indios como esclavos, un gran número de estos fueron trasplantados desde las regiones inmediatas á las costas, á la alta meseta interior, ya para trabajar en las minas, ya solamente para tenerlos cerca de donde habitaban sus dueños. El comercio del añil, del azúcar y del algodon de América, fue casi nulo en el espacio de dos siglos; nada excitaba los blancos á establecerse en los llanos que gozan del verdadero clima de las Indias. Se podria decir que los europeos tan solo venian bajo los trópicos, para habitar en ellos la zona templada.

Desde que el consumo del azúcar ha tenido un aumento considerable, y que el comercio del nuevo continente proporciona á la Europa muchos productos, que en otro tiempo solo sacaba de Asia y Africa, las tierras calientes no hay duda que presentan mas atractivos para el establecimiento de colonias; por esto se han multiplicado en la provincia de Vera-Cruz las plantaciones de la caña de azúcar y de los algodonales, principalmente desde los funestos sucesos de Santo Domingo, que han dado un grande impulso á la industria en las colonias españolas. No obstante, estos progresos no se notan todavía mucho en las costas mejicanas; y se necesitarán siglos para volver á poblar

aquellos desiertos. En el dia dos ó tres hatos de ganado, alrededor de los cuales andan errando algunos bueyes salvages, ocupan espacios de muchas leguas cuadradas. Un corto número de familias poderosas, que viven en el llano central, poseen la mayor parte del litoral de las intendencias de Vera-Cruz y San Luis de Potosí. No hay ley agraria que obligue á estos ricos propietarios á, vender sus mayorazgos aunque persistan en no querer poner en cultivo ellos mismos los inmensos terrenos de su dependencia; ellos tratan malá sus arrendadores, y los echan de las haciendas á su antojo.

A este mal, tan comun en las costas del golfo de Méjico como en Andalucia y una gran parte de la España, se añaden otras causas de despoblacion La intendencia de Vera-Cruz tiene demasiada tropa con proporcion al corto número de sus habitantes; y como el servicio militar molesta al labrador, le hace huir de la costa por no verse forzado á entrar en los cuerpos de los lanceros ó de los milicianos. Las levas que se hacen para la marina real tambien se repiten demasiado á menudo, y se ejecutan de una manera harto arbitraria. Hasta ahora el gobierno ha descuidado todos los medios de aumentar la poblacion de esta costa desierta. De un tal estado de cosas resulta mucha falta de brazos, y una carestía de víveres, que hacen una contraposicion singular con la gran fertilidad del pais. En el puerto de Vera-Cruz se paga cada jornal á un peso fuerte, á veces mas; un al

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