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En esa misma noche se presentó y conquistó aplausos sin cuento en varias canciones populares, la señorita mexicana Eufrasia Amat. Esa interesante joven y aficionada, nacida en 31 de Agosto de 1832, fué hija del benemérito Gral. D. Juan Amat, muerto de resultas de las fatigas de la campaña de Texas, y merecedor de que el Supremo Gobierno lo calificase, al decretar una pensión á la viuda y á la hija, "de modelo de honor en su gloriosa carrera." El distinguido maestro Caballero fué, como de tantos otros alumnos de su Academia, el profesor y el bienhechor de Eufrasia Amat, dotada, á lo que parece, de una espléndida voz de contralto. "Su voz, dijeron los redactores del Eco, es de una fuerza tal, que se sobrepone á cualquiera orquesta; sostiene una nota con vehemencia y gusto, haciendo retumbar el pavimento, hasta que se pierde gradual y dulcemente como un lejano sonido; lanza una fermata, desprende un cromático, con la limpieza y facilidad de la Malibrán; bate un trino como el canoro zenzontle, y el entusiasmo se enciende, y sus compatriotas y los extranjeros la proclaman el "Jilguero Mexicano."

En cuanto Maretzek la oyó cantar, se apresuró á contratarla para su Compañía, y el 27 de Julio la presentó en el Teatro Nacional, en el papel de Arsace, de la Semiramis, cuya protagonista cantó la Steffennone. La Amat, que doce días antes había hecho circular una sentida manifestación, anunciando que se dedicaba al teatro sin pretensiones de ningún género, y únicamente por atender al sustento de su buena madre, Da Juana de Moya, hija del Gral. español D. Juan de Moya y Morejón, salió perfectamente de la terrible prueba, y una vez dominada su timidez, fué acogida con entusiastas aplausos, y el público se mostró contento y ufano del mérito de la excelente contralto mexicana.

Los tres abonos anunciados por Maretzek habían concluído, y la compañía debió haberse marchado de México; pero el entusiasmo del público se pronunció por la permanencia de los insignes artistas, y en 28 de Agosto el Empresario se dirigió así á sus favorecedores: "El Empresario director, despidiéndose del público en su programa correspondiente al último mes de abono, no había dejado de alimentar la esperanza de poder tal vez combinar un nuevo arreglo para continuar las representaciones en el próximo mes de Setiembre.

"Los deseos manifestados por muchas personas, de acuerdo con los que le animaban para tributar su gratitud al público mexicano con ofrecerle otra temporada de dos abonos, han contribuído en mucho para vencer las dificultades que encontraba. Ahora como los ve realizados, tiene la satisfacción de manifestarlo así.

"Los artistas todos que componen la Compañía, han contribuído para este fin. Animados como lo están, de los mismos sentimientos, anhelan el momento que los pone de nuevo en presencia de un pú

blico tan amable como el de México, á quien desean dar pruebas inequívocas del empeño que tienen en agradarle.

"Queda, pues, abierta una segunda temporada de dos meses de abono en las mismas condiciones y en los mismos precios que en los tres precedentes.

"Ha quedado contratada como prima donna contralto, la Srita. Eufrasia Amat."

Los espectáculos de la Compañía Maretzek, ya por sí solos brillantísimos, cobraron mayor lucimiento con la llegada de Adela y de Hipólito Monplaisir, que regresaron á México el 25 de Agosto, y fueron contratados por la Empresa para el desempeño de los bailes que las óperas exigiesen. Los Monplaisir presentáronse en el divertimiento bailable del segundo acto de La Favorita, en la noche del martes 7 de Setiembre, en la tercera función del primer mes de la segunda temporada.

Quizás esta parte de este capítulo parezca monótona por la sucesión de noticias de estrenos de óperas y de sus repartos, pero juzgo importante á mi objeto demostrar así, cuán distantes estamos hoy de gozar del esplendor artístico de aquellos años, entregados, como actualmente nos vemos, á raquíticas compañías líricas de seudo-artistas medianísimos ó descaradamente gritones que, no obstante, se nos hacen pagar al doble de lo que nuestros padres pagaban á aquellas eminencias. Al escaso y pobrísimo repertorio de hoy, precedieron en esa época repetidas audiciones de grandes y varias obras, irreprochablemente ejecutadas y puestas en escena con sumo lujo. El buen gusto del público no rechazaba frecuentes conciertos en que se le daban á conocer los principales números de obras que no podían materialmente ponerse en escena completas. Los aniversarios del 16 y del 27 de Setiembre de aquel año, diéronse algunos muy escogidos, por los artistas de la Compañía y los mejores profesores mexicanos y extranjeros; el programa del concierto del 16, fué el siguiente: Obertura de la Muda de Portici, de Auber; Dúo de Marino Faliero, de Donizetti, por Beneventano y Rossi; Romanza de Los ilustres rivales, de Mercadante, por Salvi; Terceto de la Italiana en Argel, de Rossini, por Forti, Specchi y Rossi; Solo de clarinete Recuerdo de Inglaterra, por Belletti; Dúo de Maria Padilla, de Donizetti, por la Steffennone y la Costini; gran paso serio, por los esposos Monplaisir; Obertura de Freyschütz, de Weber; Rondó de Los Lombardos, de Verdi, por la Bertucca; Aria de Parisina, de Donizetti, por Forti; Aria de Capuletti é Montechi, de Bellini, por Eufrasia Amat; Polaca de Puritanos, de Bellini, por la Steffennone; Gran Trío de Guillermo Tell, de Rossini, por Salvi, Beneventano y Specchi; Polca Nacional, por los esposos Monplaisir; Tercer acto de María de Rohan, por la Steffennone, Forti y Beneventano.

En el no menos variado y brillante concierto del 27 de Setiembre, á la ópera Los Puritanos, siguieron diversas piezas por la Amat, la Bertucca y Eusebio Delgado; los esposos Monplaisir bailaron un paso á dos, y tocó un Estudio brillante, de su composición, el maestro mcxicano D. Tomás León, quien, según el programa dice, ya entonces era considerado como un célebre profesor.

El 19 habíase cantado Belisario, y el viernes, primer día de Octubre, por primera vez se puso en el Gran Teatro Roberto el Diablo, de Meyerbeer, así repartido: Roberto, Salvi; Isabel, la Bertucca; Alicia, la Steffennone; Elena, Adela Monplaisir, y Bertramo, Beneventano; el escenario, la maquinaria y la bellísima decoración del claustro-cementerio, corrieron á cargo del famoso Riviere, y los bailes al de Hipólito Monplaisir, con gran número de figurantas. En pocos meses se habían dado 17 óperas, en su mayor parte nuevas en México; así es que, concluída la primera parte de la temporada, el público pidió con insistencia otra, y con entusiasmo se abonó á ella.

A la vez empezaron los beneficios, abriendo la marcha el de Beneventano, al que siguió el de Salvi, quien después de la Maria de Rohan, obsequió á sus favorecedores con una audición espléndida del Stabat Mater de Rossini, cantado por la Bertucca, la Costini, la Amat y la Steffennone, que entusiasmó en el aria Inflamatus y en el dúo de dos tiples, secundadas por Forti, Quinto, Beneventano, Specchi y Rossi. Esa función, verificada el lunes 18 de Octubre, comenzó en punto de las siete y media, y aunque los entreactos fueron cortísimos, acabó después de las 12 de la noche; pero á nadie pareció larga, pues tan buena así fué.

A La Hija del Regimiento y al Elixir de Amor, sucedió el beneficio de la Steffennone con Roberto Devreux y una cavatina de Hernani por la beneficiada, y una aria de Mahometo II por Eufrasia Amat. Hé aquí como El Siglo habló de algunas de esas funciones:

"La Hija del Regimiento, ópera no conocida antes en México, no es en nuestro concepto de lo mejor que escribió el acreditado maestro. Parécenos una ópera de segundo orden, en la que hay sin embargo piezas bastante bonitas, y que sin producir las grandes sensaciones de entusiasmo, reservadas para otras de mayor importancia, entretienen agradablemente.

"Su argumento si lo teníamos ya sabido de antemano. No hace mucho que se representó por la compañía dramática, en el mismo Teatro Nacional, una comedia intitulada también la Hija del Regimiento, y traducida hábilmente del francés por D. Carlos Hipólito Serán, cuyo tale to se presta mucho á versiones de esa naturaleza, á las que agrega por lo regular gracias y chistes de su caletre. La comedia fué bien recibida, y es una de las que ocupan un lugar distinguido en el repertorio.

"El Sr. Forti, que hizo el papel de Tonio, lo desempeñó bien, y cantó con gusto, principalmente en el dúo con María, en que ambos amantes se revelan los sentimientos que han experimentado, y que somete cada uno á la consideración del otro para que declare si son inspirados por el amor. El que hace de juez, toma la gravedad de tal, y dice sentenciosamente:

"Vediam vediam, ascoltiam è giudicham."

"El sargento Sulpicio fué bien caracterizado por el Sr. Specchi, que sin ser un artista de primera nota, tiene la habilidad suficiente para contentar al público en los papeles que desempeña.

"Era de esperarse que la graciosa Sra. Bertucca no dejara desairada á la hija del 11o, y en efecto, como que estaba en la cuerda que tanto luce, llevó la mejor parte de la función. Por no dejar, hasta tocó el tambor, y su despejo y desembarazo le alcanzaron aplausos repetidos, tributados en parte al mérito, y en parte al deseo bien conocido de complacer á los espectadores.

"Los coros, que son de lo mejor de la ópera, marciales y todos sonoros, nada tuvieron de notable.

"Al anunciar el Sr. Salvi su beneficio, tuvo la galantería de repartir á los abonados lujosos convites, dirigidos á cada uno en particular, y dentro de los cuales iba una tarjeta con el nombre del artista y las señas de la casa en que vive. Aunque cosas de esa especie parecen pequeñeces, contribuyen siempre á halagar los ánimos y producir buen resultado.

"Además, el programa del beneficio era bastante seductor. Contando con tales antecedentes, era de esperarse una buena entrada, sobre todo, al recordar que el dulce tenor divide con la Sra. Steffennone la predilección bien marcada del público.

"El éxito de la función correspondió á esa esperanza. El gran salón estaba lleno en todas sus localidades, y los concurrentes animados de un positivo entusiasmo.

"Representóse la Maria de Rohan, en que el Sr. Salvi hizo el papel del Conde de Chalais, ejecutado antes por el Sr. Forti. Al presentarse en las tablas el beneficiado, fué recibido con una estrepitosa salva de aplausos, renovada con calor varias veces.

"La ópera es hermosísima, como hemos tenido ya ocasión de decirlo, y le dió nuevo realce Salvi: la hermosura de su voz produjo su efecto acostumbrado de deleitar al auditorio, siempre sensible al mérito de las grandes escenas. El dúo de Chevreuse, el otro con María, y la aria del segundo acto, fueron las piezas en que más sobresalió el

tenor.

"La Sra. Steffennone cantó con su nunca desmentida sublimidad, y su voz, actitud y expresión, fueron inimitables.

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"El Sr. Beneventano, que tanto luce en la ópera, incurrió esa noche en algunas de las exageraciones de que está ya tan corregido, y que le hacen no poco perjuicio. Para que no disminuya el agrado con que es escuchada su voz, necesita moderar su impetuoso torrente, y contenerse sobre todo en sus movimientos, á fin de que no de expresivos se truequen en ridículos.

"Después de la ópera mencionada, se cantó el tercer acto de Otelo. La Sra. Bertucca en la tierna romanza

"Assisa al pie d'un salice"

que se acompaña con el arpa, se captó la benevolencia del público, y Salvi se sostuvo á la altura de la situación, muy interesante y dramática, y perfectamente expresada por la música del gran maestro, cuyo genio nos inspira profundo respeto.

"La función terminó con una pieza, merecedora de los mayores elogios de los inteligentes. Sabida es la historia del Stabat Mater de Rossini. El cisne de Pésaro, saciado ya de gloria, dormía sobre sus laureles, desdeñando conquistar otros nuevos. El arte lloraba su prematuro silencio. Un día sacudió el escritor su pereza, y compuso el Stabat Mater. En seguida, como si no hubiese querido más que dar una prueba de que si no luchaba ya, era por desidia y no por falta de fuerzas, el atleta volvió á aletargarse....y duerme todavía. Dios haga que despierte otra vez siquiera, antes de que el mundo tenga que deplorar su pérdida.

"El Stabat Mater fué cantado en el teatro por las Sras. Steffennone y Costini, por la Srita. Amat, y por los Sres. Beneventano, Forti, Rossi y Quinto, con acompañamiento de coros. Cada artista á su vez lució su habilidad en la ejecución de esa obra maestra de música religiosa, que duró una hora larga, y con la que tuvo soberbio fin el bien combinado beneficio del gran tenor Salvi.

"En la repetición de la Hija del Regimiento, fué esta ópera mejor recibida que en su estreno, y los aplausos escasos en éste, fueron más abundantes en aquella.

"En la 8a función de abono se dió Roberto el Diablo, en los mismos términos y con igual éxito que en sus anteriores representaciones." En el beneficio de la notable contralto mexicana, Eufrasia Amat, verificado el 5 de Noviembre, el profesor D. Jaime Nunó tocó en el piano una gran fantasía sobre La Straniera. En los primeros días de Noviembre, el 9, se cantó El Pirata, de Bellini, y el 29 hizo su primera salida el gran artista y famosísimo bajo, Ignacio Marini, que no había podido estar en México á principio de temporada, porque un contrato anterior, que Maretzek no pudo hacer rescindir á ningún precio, le obligó á trabajar esos dos meses en Londres. Marini se

R. H. T.-T. II.-24

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