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buscársele en toda su superioridad, era en la comedia de costumbres, de cualquier carácter; Miguel y Cristina, La llave falsa, El Soprano, y sobre todo las de D. Manuel Bretón de los Herreros, parecían expresamente escritas para él: Marcela, Un Novio para la niña, Un Tercero en discordia, Me voy de Madrid, Una Vieja, El Día de campo, ¿Qué dirán? El Pelo de la Dehesa, le valían un triunfo en cada representación. En tan opuestos caracteres, Valleto cambiaba de acción y hasta de voz y de figura, con la misma facilidad que de trajes. La Cordero se distinguía á su vez en muchas de ellas, en Un ramillete, Una carta y varias equivocaciones, La Madrina, La Reina de 16 años, Muérete y verás y en la primera y segunda parte de La Ciega. De los finos modales de ambos artistas decía un revistero: "Muchas veces al escuchar un diálogo entre el Sr. Valleto y la Srita. Cordero, hemos creído hallarnos más que en el teatro, en una tertulia de primera clase, pues las maneras de ambos harían sin duda honor á la más esmerada educación."

De acuerdo con la costumbre, los trabajos de todas las Compañías se suspendieron para dar lugar á los bailes de máscara y cesaron al entrar la cuaresma. En la segunda semana de ella fué cuando tuvo lugar la ceremonia ya descrita de la colocación de la primera piedra del Gran Teatro, y el único recreo de la Capital se redujo al pintoresco paseo de La Viga, cuyo vistoso panorama hacía exclamar con Jacobo Ortiz :

Si yo fuera pintor,

describiera el magnífico paisaje
visto á la luz del sol en Occidente,
que bañia dulcemente

aquesa loma estéril y salvaje.

Del Popocatepetl la altiva cumbre de nieve orlada cual bruñida plata, del sol que muere, él único retrata la moribunda lumbre.

Y pintara las auras susurrando, lascivas conduciendo mil aromas, las hojas en los árboles temblando al dulce soplo de la amante brisa, y el amor y la risa

su gala y sus primores ostentando.

Pero llegó el Domingo de Pascua, caído en 1842 á 27 de Marzo, y las Compañías reanudaron sus trabajos poniendo en escena la del Principal, en la tarde, El Campanero de San Pablo, y en la noche la comedia de Teodoro Gil, Un Secreto de familia, desempeñada por la Cordero, la Dubreville y la Pautret, y por Valleto, Castro, González,

Bustamante y Santa Cruz, y para fin de fiesta un Bolero á cuatro que bailaron Castañeda y Galindo, y la Moctezuma y la Sevilla.

En el de Nuevo México, arrendado por la misma Empresa que tenía el de los Gallos ó de las Moras, cantó la Compañía de Opera la Lucrecia, y días después Belisario, y estrenó en 12 de Abril El Pirata, de Bellini. Su empresario anunció que en el término de un mes presentaría un buen cuadro de verso, formándolo con los mejores artistas residentes en México y con otros que vendrían de la Habana.

El 14 de dicho Abril, Nuevo México dió un concierto vocal é instrumental que la Srita. Francisca Avalos dedicó “á los nuevos padres de la Patria." Con la Avalos tomaron parte en la función el bajo Leonardi y el profesor de trompa Felipe Lozada, ejecutando trozos de Semiramis, Mahomet, La Urraca, El turco en Italia y Fra Diavolo. En el de los Gallos, por ser mayor que el Nuevo México, se estrenó el 15 la ópera de Nicolai, El Templario, “dedicada á la Excma. Señora Presidenta de la República que se dignaría honrarla con su presencia," y el 17 se dió el Beneficio de Anaída Castellán con Sonámbula, una cavatina coreada de Semiramis, unas variaciones de Vieux-Temps ejecutadas en el violín por Hipólito Lasonneur, la canción española La Manola, que la Castellán dijo en castellano, y la Romanza de Alice del Roberto el Diablo. La misma Empresa, que de todo se aprovechaba, presentó en el de los Gallos al equilibrista y evolucionador en la cuerda elástica Herr Cline, la familia suiza, y la niña Carolina, gran bailadora de cracoviana.

En el Principal se estrenó en 24 del repetido Abril el drama en cinco actos El Privado del Virrey, de Ignacio Rodríguez Galván, con muy mediano éxito: fué también objeto de acerbas críticas, que contestó en El Siglo, defendiendo á Rodríguez Galván, el poeta Guillermo Prieto, dispuesto siempre á salir en elogio de sus amigos y de los literatos en general. Así le vemos en el mismo periódico entusiasmarse con el éxito de Hermán ó la vuelta del Cruzado, de Fernando Calderón, estrenado con gran aplauso en el Principal el 12 de Mayo. A esta conducta amable y no común ciertamente, tanto como á su talento y á sus virtudes, debe el ilustre Romancero el cariño y respeto con que hasta hoy se le ve.

En 1 de Mayo dió en la Opera su beneficio la Ricci bajo el siguiente programa: "Tercer acto de Lucrecia: variaciones en el fagot por Bianchi; presentación del aeronauta Acosta de regreso de su segunda ascensión: la comedia en un acto La Hija del Payaso, escrita expresamente para la beneficiada, y representada en castellano por ella y por Spontini, Ruiz y Pineda, con introducción de algunas piezas compuestas por Donizetti y por Ricci." En la misma noche se estrenó en el Principal el drama en tres actos Alonso de Avila, escrito por Guillermo Prieto, y en Nuevo México El Cuáquero y la Cómica, de

Scribe, y se presentaron las tres Sritas. López en la pieza La Molinera. Pero la gran novedad de ese tiempo, y la traigo al caso por la cita que de Acosta se hizo en el programa de la función de beneficio de la Ricci, la que se llevó la palma del público favor, fué la primera ascensión aerostática del mexicano D. Benito León Acosta, alumno que fué del Colegio de Minería, realizada el domingo 3 de Abril, bajo la protección del amigo de las ciencias, título que en su programa dió el aeronauta al Presidente D. Antonio López de Santa-Anna. Acosta partió de la Plaza de Toros de San Pablo con hondo asombro y entusiasmo frenético de todas las clases sociales.

"Nosotros, decía el más importante periódico de esos días, participamos de ese júbilo, porque siempre tributaremos homenaje á la superioridad del talento y del genio, que es la única y verdadera aristocracia que reconocemos en la tierra." Más afortunado que Cantolla en nuestros días, á su descenso Acosta, entre ruidosos aplausos "y las lágrimas de algunas de sus lindas paisanas," fué conducido al Palacio Nacional, en cuya puerta le esperaban dos ayudantes del Excelentísimo Señor Presidente, para recibirle y conducirle á su presencia como padrino del aeronauta, Santa-Anna le dirigió una alocución felicitándole y ofreciéndole que el Gobierno fijaría su atención en un joven de tan distinguido mérito. "En la noche, no obstante la lluvia, dice el periódico, el Teatro Principal estuvo muy concurrido, porque un aviso repartido con profusión anunciaba que Acosta se presentaría en aquel local. En el entreacto de la comedia Dos padres para una hija, estallaron nutridísimos aplausos; ventilas, cazuela, palcos, patio, todo presentaba el entusiasmo y el júbilo: el nombre de Acosta se proclamó á porfía, y á nuestra patria se vitoreaba sin cesar. Alzóse por fin el telón y apareció el aéreo viajero que fué recibido con frenesí de gozo. Al foro lo condujeron el Sr. Lic. D. Fernando Calderón, nuestro poeta dramático, y el Sr. La Madrid, y de ventilas y palcos se arrojaron poesías alusivas.

"El Sr. Calderón, estando en las tablas, con voz clara y desembarazada recitó una que fué interrumpida tres veces por aclamaciones y palmoteos redoblados. El genio cantó al genio y el pueblo ciñó ambas frentes con el lauro de la gloria. Dos veces se alzó el telón para saludar al Sr. Acosta y al poeta ilustre que fué llamado repetidas veces hasta que se presentó en el foro."

La poesía de Calderón es demasiado larga para poder insertarla aquí, pero copiaré las siguientes estrofas:

"¿Ni quién de Acosta el nombre no repite

lleno de orgullo? ¡ Patria idolatrada,

hónrate con el genio de tus hijos,

hónrate y honra al noble americano

que en frágil barca por el aire sube,
y más allá de la ligera nube
tremola el estandarte mexicano!

Acosta, ¿no sentiste al elevarte
que la gloria tu globo sostenía,
que la inmortalidad te sonreía,
que te esperaba eterno galardón?

Sigue, artista, esa carrera
siendo de tu patria gloria,
haz eterna tu memoria,
vuela á la inmortalidad.
Vé á revelar á la Europa
en tu balón mexicano,
que en el suelo americano
artistas y genios hay."

Otro poeta, que con justicia ocultó su nombre, cantó así:

"Benito León Acosta, en este día

cuatro lustros cuatro años has cumplido;
¿y qué mortal más gloria ha merecido.
en esa edad? Tu esfuerzo y valentía
excede al militar. . . . .

El soneto-era un soneto--concluía así:

"A mi musa perdona, es la primera
prueba que pide al Pindo, un pobre indiano.
que desea que sea eterna tu memoria."

¡Dichoso aquel genio aéreo! Hasta hubo quien en italiano le cantase así:

"A te Messico de l'ecelso onore,

per te puo dir che nutre il suol degl'Indi
ignoti germi ancor d'alto valore."

En su segunda ascensión, realizada el 1o de Mayo siguiente, Acosta por poco se rompe la crisma, pues cayó de su barquilla en Santa Fe, y su globo fué á dar cerca de Toluca; pero esto no impidió que esa misma noche sus compatriotas le tributaran nueva ovación en el Tea

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tro Principal, en un entreacto del drama mexicano Alonso de Ávila, compuesto por el joven poeta D. Guillermo Prieto, drama en tres actos estrenado esa noche, y al cual hizo perder el interés el genio aéreo de Acosta, para quien, dice El Siglo, "ruidosísimos fueron los aplausos y tres veces lo llamó el público á la escena para saciar sus deseos de verle: también se presentó en el Teatro de la Opera, donde por tres veces también se presentó en las tablas, llamado por redoblados aplausos y vítores consagrados á su nombre." Por fortuna no sólo nosotros los mexicanos éramos los locos, pues leo en el mismo Siglo XIX, "que del teatro fué Acosta á obsequiar el convite del señor Ministro francés, que solemnizaba los días de su monarca: dicho señor, con su genial bondad, le hizo que presidiera la mesa: los brindis á México y á sus dignos hijos se repitieron en medio del entusiasmo; muy acreedor es al reconocimiento público este testimonio de aprecio á nuestro compatriota."

Pero volvamos á nuestros espectáculos teatrales. El miércoles 27 de Abril habíanse inaugurado en Nuevo México los trabajos del cuadro de verso así formado: Actrices, Manuela Molina, Rafaela Platero, María Martínez y Concepción, Matilde, Carlota y Crescencia López. Actores, Francisco Pineda, José María Hernández, Angel Castañeda, Mateo Ologlhin, Ignacio Servín, Antonio Ruiz, José Alonso, Antonio Granados, Julián Luna, Tiburcio López, Mateo Sáenz y Francisco Guelvenzu. Como acabo de indicar, ese cuadro que sería reforzado con los artistas que, procedentes de la Habana, se esperaban, inauguró sus trabajos el 27 de Abril con el drama de Dumás: Clotilde de Valery, desempeñando la protagonista Concepción López, que, según el programa, "esperaba del respetable público la indulgencia que siempre dispensa á quien por primera vez tiene el honor de ofrecerle sus tareas." La Platero, en obsequio de la joven actriz, desempeñó el segundo papel. El recibimiento que se le hizo fué bueno, y él la animó á presentarse nuevamente en la protagonista de La Huerfana de Bruselas.

En la Opera, y por esos días, hubo otra función notable el 29 de Mayo, á beneficio de la Césari. Cantaron el Condestable la Castellán y la Branzanti, y Tomassi, Zanini y la beneficiada. La Bozetti cantó un aria de Roberto Devereux; tocó Larsonneur unas variaciones de Thalberg, para piano, sobre temas de Moisés; Giampietro y Zanini cantaron un dúo del Otelo de Rossini; siguióse una fantasía compuesta por Ivon, primer oboe de la Scala de Milán, ejecutada en el corno inglés por Biancciardi, quien en esa noche se hizo oir por primera vez en ese instrumento; la Césari cantó las canciones españolas El Chulo, Mi madre á solas me dice y El pirata; el profesor violinista Chávez tocó un gran concierto con acompañamiento de orquesta, y la Castellán cantó, por último, el rondó final de la Donna del Lago.

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