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dalga que el estreno del nuevo salón de espectáculos, se hiciera al cumplirse los dos años de la colocación de la primera piedra.

Pero en 1844, esa fecha, la del 18 de Febrero, correspondía á domingo de Carnaval, y no se creyó oportuno inaugurar el teatro con un baile de máscara, para el que sería necesario quitar las lunetas, y presentar el patio del salón sin la vista que debía darle la concurrencia que en ellas tomase asiento. Quedó, pues, decidido inaugurarle con un concierto en que se presentaría al público mexicano el eximio violoncellista, Maximiliano Bohrer, nacido en Munic en 1785, hermano del gran compositor Antonio, y, como él, ídolo artístico de las principales cortes y ciudades europeas.

Procedente de los Estados Unidos y de la Habana, el gran violoncellista alemán, acababa de llegar á México, y á él tocó inaugurar el Gran Teatro de Santa-Anna, el sábado 10 de Febrero de 1844, según el programa siguiente:

"Primera parte.-1? Obertura á grande orquesta, “La Palmira," composición del mexicano D. Manuel Covarrubias. 2! Concierto de violoncello con acompañamiento de orquesta, compuesto y ejecutado por D. Maximiliano Bohrer. 3o Variaciones de violín con acompañamiento de orquesta, compuestas por Beriot y ejecutadas por D. José María Chávez. 4° Obertura de "Emma de Antiochia." 5o Gran fantasía sobre canciones tirolienses, para violencello, con acompañamiento de piano, compuesta por M. Bohrer, y ejecutada por él mismo y D. Vicente Blanco.

"Segunda parte. -6° Obertura "La Fausta." 7o Gran fantasía sobre temas de Bellini, para violoncello, con acompañamiento de orquesta, arreglada por M. Bohrer y ejecutada por él mismo. 8o Gran concierto de flauta, ejecutado por Antonio Aduna. 9° Obertura "Il Conte d'Essex." 10. Fantasía sobre sonecitos populares mexicanos y españoles, arreglada en México por M. Bohrer para violoncello y piano, y ejecutada por él mismo y D. Vicente Blanco. La orquesta será completa y compuesta por los mejores profesores de esta Capital y dirigida por D. José María Chávez; las piezas con piano las acompañará el Sr. D. Vicente Blanco.

"Precios.-Palcos primeros, segundos, terceros y plateas, con ocho boletos, 16 pesos. Patio y balcones, 2 pesos. Entrada á palco, por cada persona, pasando de los ocho boletos, I peso. Galería alta, 4 reales."

"Desde mucho antes de la hora señalada para la función, se hallaban las puertas-dice un cronista-asediadas por una numerosa y lucida concurrencia que ansiaba el momento de saciar su curiosidad de ver acabada y en todo su esplendor una obra tan universalmente deseada. Esta obra llena el mayor vacío que se notaba en los monumentos públicos de nuestra Capital, y ya de hoy más podremos decir

con orgullo que poseemos un teatro que, por su belleza y capacidad, puede competir con los mejores de Europa. El público quedó sumamente complacido con la hermosa estructura que ha sido erigida para su recreo, y así lo manifestó con los entusiastas y prolongados aplausos que prodigó á los Sres. Arbeu é Hidalga, obligándolos á presentarse repetidas veces en el escenario." Este lucía una hermosa decoración, obra del Sr. Gualdi, que fué muy celebrada, lo mismo que el magnífico telón que representaba la Plaza principal de México, con la columna á la Independencia, que en esos momentos se construía bajo la dirección de Hidalga, y que no llegó á pasar del zócalo, que aun existe y da nombre al paseo que lo circunda.

"No conocíamos-continúa el cronista-á Maximiliano Bohrer; no creíamos que un artista de tan extraordinario mérito abandonase las cortes de Europa para visitar las ciudades de América. México no había oído jamás prodigio semejante. Los que no asistieron á su concierto no podrán formarse ni una ligera idea de la habilidad sorprendente de este músico, aun cuando escribiésemos columnas enteras en su elogio: pero sí diremos sin titubear, que ni el divino Batta ha excedido jamás á Maximiliano Bohrer. El público de México le ha hecho justicia, y exhortamos á los que no asistieron á su primer concierto, no dejen escapar la ocasión de admirar la destreza, maestría y prodigios de ejecución del músico más admirable que jamás haya pisado nuestro suelo."

Verificada según acabamos de ver la inauguración, D. Francisco Arbeu hizo circular el siguiente impreso curiosísimo:

"Teatro de Santa-Anna.-Bailes de máscara para el 18, 19 y 20 de Febrero de 1844.-Al fin este edificio se halla en estado de presentarse y ofrecerse á los habitantes de la hermosa México. Su erección era una necesidad exigida de tiempo atrás, para poner este ramo de civilización y de mejora en armonía con los mejores monumentos que decoran nuestra Capital, y con la suntuosidad de sus fiestas: era necesario poner el teatro al nivel del gusto y de tantas otras mejoras formales y materiales. Dificultades, embarazos y contrariedades de todo género, debió encontrar mi celo entusiasta para llevar al cabo una empresa tan superior á mis recursos, como desproporcionada á mi insignificante posición social; pero la constancia ha triunfado; el nuevo teatro existe como un monumento de los que exclusivamente pertenecen á la época de nuestra emancipación. El mexicano que conoce los mejores teatros de Europa, no sentirá humillación ni vergüenza al mostrar el nuestro á los extranjeros, que le hacen justicia. ¡Puedan el tiempo y el progreso de las ciencias, hacer de este edificio el verdadero teatro en que la susceptibilidad de los talentos y el ingenio mexicanos, luzca algún día y corone á los que sigan las huellas de Calderón, Vega, Moreto, Bretón de los Herreros, Racine, Mo

lière, Shakespeare, Alfieri, etc.! ¡Húndase luego, después de haber sido el primer templo en que se inmortalice la poesía mexicana, ó en que se iguale á la de los bellos días de nuestros padres! Nosotros hemos llenado nuestro deber levantando el templo y sentando en él los pedestales que han de sostener las estatuas de nuestros trágicos y dramáticos: lugar queda á sus nombres al lado de los más célebres, y llenarlos con merecimientos, será la más noble de las ambiciones.

"No se ha cumplido mi voto, porque la inauguración ó apertura fuese el día de la instalación del Supremo Gobierno Constitucional. Este era para mí un deber de gratitud hacia el Jefe Supremo de la República, en quien encontré apoyo y protección decidida, y sin la cual quizá habría sucumbido bajo las dificultades de mi empresa. Esta manifestación no es una lisonja, sino un tributo de gratitud que pago con la sinceridad de una alma exenta de ambiciones y extraña á las pasiones políticas. Ya que tantos y tan invencibles obstáculos impidieron, á pesar de mis esfuerzos, que la inauguración se hiciese el 2 del corriente, y ya que la estrechez del período hasta el Carnaval hacía imposible anticipar el año cómico, que comenzará la Pascua con la acreditada Compañía de Nuevo México, aumentada por algunos actores de la del Principal, que ya están contratados, y otros que se espera que se contratarán, hay necesidad de comenzar por los bailes de máscara, dejando el estreno cómico para aquella fecha, en que todo el escenario habrá recibido el completo de sus decoraciones y la perfección de su maquinaria, y en que las piezas que se representen llenen la expectación y satisfagan la ansiedad pública."

El buen éxito de los tres primeros bailes, hizo que se diera otro el domingo 25 de Febrero.

El jueves 21 de Marzo, Maximiliano Bohrer dió un segundo y último concierto de despedida, acompañado de la joven mexicana Da Francisca Avalos, quien cantó la cavatina de Norma y el aria de la ópera Blanca y Faliero, de Rossini. Maximiliano Bohrer ejecutó, entre otras piezas, la gran fantasía de su composición El Carnaval de México, sobre los bailes, canciones y sonecitos siguientes: La Soledad, El Jaleo de Jerez, La Manola, el Zapateado de Cádiz, la Jota Aragonesa, una tonadilla de la costa, El Gato, Los Enanos, La Tusa, El Palomo, El Perico, El Aforrado y El Café. Maximiliano Bohrer se anunció en esa ocasión como "primer violoncello á solo de la capilla de S. M. el Rey de Wurtemberg.'

No fué Maximiliano Bohrer la única celebridad europea de sobresaliente mérito que en esos días visitó nuestros teatros. Al mismo tiempo que el violoncellista famoso, se encontró en México el admirable Enrique Vieuxtemps, violinista belga nacido en 1820, compositor eminente, y sin rival en la gravedad, energía, elegancia y segu ridad de la ejecución. Vieuxtemps se presentó á nuestro público el

jueves 22 de Febrero de 1844, en el teatro de Nuevo México, en un concierto en que le acompañó la Srita. Fanny Vieuxtemps. "Sorprendidos quedamos al escucharle-dice un cronista-y aun resuenan en nuestros oídos las dulcísimas notas del maravilloso instrumento. Vieuxtemps, blandiendo majestuosamente su arco prodigioso, fué derramando mansa y gradualmente en su auditorio una dulce melancolía, y cuando las imaginaciones todas estaban ebrias de placer, el artista, pasando rápidamente al furor, sorprendió al auditorio con tan inusitada transición, y penetrando con sus tonos hasta las fibras del corazón, las henchía y hacía latir con tal velocidad, que la respiración se ahogaba, anudándose la garganta como cuando se está sufriendo un pavor horrible. El Trémolo, de Beriot, y el Carnaval de Venecia, de Paganini, nos dejaron asombrados." El sábado 24 dió su segundo y último concierto, y salió para la Habana.

En medio de estas sublimidades artísticas y para que todos los gustos hallasen contentamiento, en esos mismos meses tuvimos un nuevo teatro en Puesto Nuevo, que nos regalaba con La Noche más venturosa ó el premio de la inocencia y Miguel y Luzbel pastores por contrarias opiniones, compitiendo con él el de los Gallos, que representaba La Arcadia en Belén ó los amores de Felizardo, El arca de Noé en los montes de Armenia y La confusión de Luzbel por la venida del Verbo. Nuevo México y el Principal continuaban honrando la buena comedia con sus excelentes compañías, pero de vez en cuando salían con sus comedias alegóricas como Sueños hay que lecciones son, ó efectos del desengaño, y con magias como Marta la Romarantina y Juana la Ravicortona 6 el asombro de Jerez. El mismo Nuevo México presentó á sus abonados el norte-americano Daniel R. Hamlin, conocido por el Hombre elástico, y los embobó con "su nunca conocida soltura de miembros y elasticidad de sus articulaciones."

Mientras hablamos de la inauguración de la temporada cómica, demos fin á este capítulo haciendo una ligera descripción, con datos de aquella época, del Gran Teatro de Santa-Anna. Comencemos por la fachada: "en su centro aparecen cuatro columnas colosales de orden corintio y dos pilastras laterales del mismo orden y elevación, que forman la entrada al vestíbulo exterior ó gran pórtico: las elevadas columnas sostienen el entablamiento con la siguiente inscripción en bronce: Gran Teatro de Santa-Anna. Sobre el cornisón se eleva un gracioso y correcto ático, coronado de una elegante balaustrada, entrecortada por seis pedestales en el centro, que sostendrán seis estatuas colosales, y dos en las extremidades para otros tantos jarrones. Del pórtico exterior se pasa al interior, que aunque no tan elevado como aquél, es más amplio y tiene á los dos lados puertas de comunicación para las casas contiguas, en que se pondrán una hospedería, café y nevería. El pórtico interior da entrada por cinco arcos á un pa

tio hermoso con galerías espaciosas por sus lados, en todos los pisos; de ellas puede pasarse á los magníficos salones que dan á la calle. Del gran patio cuadrado se pasa á otro vestíbulo interior, donde están las escaleras para los palcos : las de cazuela ó galería se hallan en el patio. El vestíbulo interior comunica con una galería semicircular, en la que se ven cinco puertas de entrada al salón del teatro, y seis á los palcos que están en la línea de los balcones. El salón y el foro están separados por dos pilastras y una columna á cada lado, sostenidos por un sólido y elevado zócalo. Los seis palcos de la línea de balcones pueden cerrarse por medio de persianas. Las líneas de palcos son tres, con veinticinco cada una.

"El foro, que es inmenso, tiene treinta y dos cuartos para actores, salones para sastrería y para pintar decoraciones. He aquí las principales longitudes: desde la entrada del gran pórtico, hasta la del salón de espectáculos, cincuenta y una vuras; de la entrada de éste al telón de boca, treinta; del telón al fondo del foro, treinta; distancia entre las dos columnas de la embocadura del foro, diez y ocho. Asientos: en el patio del salón, setecientos cuatro; en ochenta y un palcos á diez personas, ochocientos diez; en balcones ciento veinte; en galerías, seiscientos cincuenta; en ventilas, ciento once; total de asientos, dos mil trescientos noventa y cinco. Hay además dos grandes salones de recreo llamados en francés foyer. Los salones de pintura miden once varas de ancho por treinta de largo. Todas las paredes son de mampostería y de dos tercias á una vara de espesor."

CAPITULO VIII

1844

El 7 de Abril de 1844, Domingo de Pascua de Resurrección, el Gran Teatro de Santa-Anna inauguró su temporada cómica, dando en la función de la tarde El Vaso de Agua, comedia de aparato en cinco actos, y repartiendo para la noche el siguiente programa: "Se ejecutará por primera vez la comedia en tres actos, composición de un mexicano, intitulada: Las Paredes Oyen, finalizando la función con el precioso baile denominado, La Mazurka polonesa.”

El ilustre genio y camarada de gloria de los Lope de Vega, Calderón, Tirso, Rojas y Moreto, el insigne D. Juan Ruiz de Alarcón, no mereció á la Empresa ni que su nombre se citase, ni otro calificativo que el sencillísimo de un mexicano; casi un desconocido. No lo era

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