embarcar ningun cajon, fardo &c., perteneciente á particulares, sopena de confiscacion de las mercaderías, y otros castigos proporcionados. Pero apenas ha vuelto el Fiscal las espaldas, el Capitan del navío, el Piloto, el Escribano, y todos los demas empleados envian sus géneros á casas que tienen alquiladas, y comercian todo el dia con las gentes del pais: algunas rupias distribuidas entre los oficiales del puerto, y quizá á veces una suma considerable dada al Fiscal, hacen que se cierren los ojos á este comercio prohibido. Tambien me contaron, que el Fiscal, de acuerdo con los comerciantes, daba á veces las disposiciones para transportar á tierra con seguridad los efectos de los particulares. Podreis hacer juicio del producto de este comercio prohibido, por solo el retorno del opio, que se compra en Bengala á 70 6 75 rupias, y en Batavia vale á 220, y aun mas. Los Holandeses tienen 7 ú 8 factorías en sola la provincia de Bengala, y la mas considerable es la de Ougli: la Compañía Francesa tenia tambien su factoría particular, y sacaba de allí varias especies de mucelina. Chandenagor, y Chincora en las cercanías de Ougli son tambien célebres por el comercio, y la mayor parte de las naciones de Europa, tienen allí establecimientos, como tambien en Chatigara, en Mongher, 1 en Philapatan, y otras ciudades comerciantes de la provincia de Bengala. Los habitantes de este pais me parecieron muy oficiosos para los estrangeros, bien es verdad que se cobran muy bien de sus servicios. Las raterías que executan con la mayor sagacidad, aumentan tambien mucho sus ganancias. Lo que mas admiré fue el rigor con que castigan el adulterio, siendo así que son muy poco zelosos. No llevan á mal las libertades que los estrangeros usan con sus mugeres en su presencia; y sin embargo, si las convencen de adulterio, las cortan las narices, y taınbien al adultero. Las personas ricas tienen gran número de esclavos que pueden vender sin haberlos comprado, porque regularmente son pobres que les dan un derecho absoluto sobre su persona y vida quando entran á servirlos. Es verdad que despues que esta provincia se hizo parte del Imperio del Mogol, los Gobernadores, que son todos de la religion Mahometana, se oponen á esta codiosa tiranía, y no permiten que estos esclavos vendan á sus mugeres é hijos, como antes se acostumbraba. Otros amos los alquilan por muy corto salario, y sucede, que por una peseta al mes un estrangero tiene una criada, que se tiene por feliz en darle hijos. Dicen que las Indianas paren con tanta felicidad, que poco despues de haber parido, prosiguen trabajando sin novedad. Me hablaron en Bengala del famoso templo de Jarganat, en la Provincia de Orixa. En él se adoran quatro ídolos, de los quales el primero representa al dios Résora, y los otros tres á su muger, á su hermano, y hermana. La estatua de Résora es toda de oro y pedrería: la de su muger es de oro sin adorno, y las dos últimas de madera de sándalo. Me aseguraron que éste templo tenia rentas para mantener 200 personas. La' Provincia de Oriva, que confina con la de Bengala, ha sido muchas veces motivo de guerra entre el Gran Mogol, y el Rey de Golconda: el primero es su actual Soberano, aunque la ha dexado baxo el gobierno de un Raja: allí se hace un gran comercio de diamantes y piedras preciosas. El sándalo, de que acabo de hablar, es un arbol del tamaño del nogal: tiene el tronco derecho, y muy liso, pero poco grueso: su madera es dura, pesada, blanca en lo exterior, y roxiza en el centro. Produce una fruta bastante parecida á las cerezas, pero se vuelve negra, y no tiene ningun gusto. Esta madera es muy estimada en las Indias; la raspan ó la muelen, y mezclándola con agua hacen una pasta con que se frotan el cuerpo. Hay paises en que hacen un ungüento de ella con aceyte de palma, que dicen es excelente para las viruelas. Los Portugueses la mezclan con vinagre, y la emplean en unciones contra el gálico en vez del mercurio: tambien la usan para los dolores de muelas, echándola en el fuego, y recibiendo el humo en la boca. El corazon de este arbol y sus partes interiores es lo único que se emplea para remedios. Se distinguen tres especies de madera de sándalo, la roxa, la amarilla, y la blanca; las dos últimas son las mas estimadas. Se hace de ella un polvo oloroso, y se quema en los braseros por perfume. Los Indianos estiman poco el sándalo roxo, porque tiene poca virtud, pero le transportan á otros paises donde le usan para la medicina. Es prodigioso el número de árboles, plantas, flores y frutos de todas especies que se hallan en los estados del Gran Mogol. El arbol del algodon, que por su utilidad debe ocupar el primer lugar, es uu arbolito pequeño, que crece en los parages elevados, donde no esté expuesto á inundaciones. Su corteza es delgada, lisa, y de color pardo; sus ramas son derechas, y cubiertas de unas hojas suaves, estoposas, y divididas en cinco partes, como las de la vid, pero mucho mas pequeñas; sus flores brotan como botones de rosa. Luego que ha caido la flor, van engruesando los botones, y abriéndose éstos se halla dentro el algodon. Segun la calidad del terreno y la bondad del arbol, madura el algodon en quatro ó ς cinco meses, y entonces hinchándose mas los botones ó capullos, se rompen, mostrando dentro una pequeña semilla: todo lo que contienen se perderia, sino se tuviese mucho cuidado en tiempo de su madurez. La semilla del algodon es del tamaño de un guisante, pero de superficie desigual : en cada capullo hay cinco ó seis granos, que sembrados, ó cayéndose en tierra producen otros tantos árboles, los quales pueden producir al cabo de un año ó de quince meses. Para separar el algodon de la simiente, en unas partes se emplean máquinas, y en otras se desmota como la lana. En esto se emplean únicamente las mugeres y los niños: el algodon hilado que se transporta á Europa es de la peor calidad, pues regularmente no se puede emplear sino en medias, y en mezcla con la seda; el algodon mas fino no tiene ningun uso en nuestros climas. Tambien en el Mogol se fabrican las telas de seda mas preciosas: parece que la industria y el amor al trabajo son prendas peculiares de los habitantes de este vasto Imperio. Solamente la villa de Kasambazar en la Bengala provee anualmente de 220 sacas de seda, cada una del peso de un quintål. Los habitantes tienen el secreto de blanquearla con una lexía, y de hacerla semejante á la de Palestina, la única que dicen es blanca por su naturaleza. |