ellos. Estas tropas estan divididas al modo antiguo de los Tártaros, en vanderas, cada una de las quales consta de diez hombres; pero rara vez se hallan seis efectivos, porque el agá ó comandante de vandera está encargado de la paga, y se embolsa todo el sueldo de las plazas vacantes. Los agás superiores disimulan estos abusos, porque entran tambien á la parte de lo que roban los subalternos. Estos desordenes son la causa de que la mayor parte de las provincias del imperio Turco se hallen arruinadas : la de Alepo en particular se halla en este caso. En los antiguos deftar ó empadronamientos se contaban mas de dos mil y trescientas aldeas; en el dia apenas exîsten quatrocientas. Algunos de los comerciantes Europeos, que han residido por muchos años en Alepo, han visto irse despoblando sucesivamente sus cercanias. El viagero no encuentra por todas partes mas que casas arruinadas, cisternas hundidas, campos abandonados: los labradores se han acogido á las ciudades, donde perecen de miseria; pero a lo menos respiran de los continuos saqueos á que estaban expuestos en las aldeas. Los pueblos mas considerables de este gobierno, son primeramente la ciudad de Alepo, llamada por los Arabes Halap, pronunciando la h como la j española : esta ciudad es la capital de la provincia, y la residencia ordinaria del baxá. Está situada en la vasta llanura que se extiende desde el Oronte hasta el Eufrates, y se confunde al mediodia con el desierto. La situacion de Alepo, ademas de la ventaja de un terreno fertil, tiene la de un arroyo de agua dulce, que jamas se seca, el qual viene de las montañas de Aentab, y termina á unas seis leguas mas abaxo de Alepo en una laguna poblada de javalíes y de pelícanos. Cerca de Alepo sus orillas lejos de estar rodeadas de peñascos como en la parte superior de su curso, estan cubiertas de una tierra roxiza excelente, donde hay huertas, que en un pais como este pueden pasar por amenas. La ciudad es tambien una de las mas deliciosas de la Siria, y quizá es la mas limpia y bien construida de todo el imperio: por qualquiera parte que se la mire, la multitud de sus cúpulas y agujas recrea la vista, fatigada de la monotonía de la llanura. En el centro hay una montaña facticia, rodeada de un foso seco, y coronada de una fortaleza ruinosa: desde allí se domina á toda la ciudad, y se descubren al norte las montañas nevadas de Belan, al oeste la cordillera que separa el Oronte del mar, por el sur y el oriente la vista se extiende hasta el Eufrates. Antiguamente este castillo detuvo el impetu de los Arabes de Omar, y no pudieron tomarlo sino a traicion; pero en el dia no podria hacer resistencia. Sus murallas delgadas, baxas y sin apoyo se han arruinado; sus torreones á la antigua no se hallan en mejor estado: no tiene mas que unos quatro ó cinco cañones; unos trescientos jenízaros que debian guardarlo, estan en sus oficios, y apenas hay en él habitacion para la gente del agá. En el recinto del castillo hay un pozo, que por medio de un canal subterraneo se provee de agua de una fuente distante de allí cinco quartos de legua. Las cercanias de la ciudad estan cubiertas de losas con un turbante de la misma piedra, que son los sepulcros de los Mahometanos. Alepo, pues, como plaza fuerte no merece ninguna consideracion, aunque es la llave de la Siria por la parte del norte; pero como ciudad de comercio, es de la mayor importancia: es el emporio de la Armenia y del Diarbekir : envia caravanas á Bagdad y á Persia; tiene comunicaciones con el golfo Pérsico y con la India por Basora, con el Egipto y con la Arabia por Damasco, y con la Europa por Alexandreta, y Lataquié. El comercio se hace casi enteramente por cambios: los objetos principales son los algodones del pais, ó hilados, ó texidos groseramente, telas de seda fabricadas en la ciudad, cobre, pelo de cabra, que viene de la Natolia, agallas del Kurdestan, merca derias de la India, como chales de Cachemira, muselinas y pistachos del pais. Casi todas las naciones comerciantes de Europa tienen allí factorias y cónsules. Alepo no cede en extension sino á Constantinopla, al Cairo, y quizá á Esmirna: dicen que tendrá unas doscientas mil almas, pero este es un punto que en Turquia no se puede averiguar de fixo; yo creo que no tendrá mas que la mitad, atendida su extension, y la forma de las casas, que no tienen mas que un alto. Sus habitantes así los Christianos como los Musulmanes pasan por los mas civilizados de todo el imperio Turco: en ninguna otra parte de la Turquia gozan los Europeos de tanta tranquilidad y seguridad. El ayre de Alepo es muy seco y sutil, pero al mismo tiempo muy saludable para los que no estan tocados del pecho: sin embargo, la ciudad y sus cercanias estan sujetas á una enfermedad endémica, que llaman tumor ó grano de Alepo, y en efecto es un absceso, que inflamándose desde luego, se convierte en una úlcera de lo ancho de una uña. La duracion fixa de esta úlcera es de un año; sale ordinariamente en el rostro, y dexa una cicatriz que desfigura á la mayor parte de los habitantes de esta ciudad. Dicen que la padece todo estrangero que resida por tres meses en ella: la experiencia ha enseñado que el mejor remedio es no hacer ninguno. No se conoce la verdadera causa de este mal: yo presumo que proviene de la mala calidad de las aguas, pues sucede lo mismo en las aldeas vecinas, en algunos lugares del Diarbekir, y aun en las cercanias de Damasco, donde las aguas son de la misma naturaleza que las de Alepo. Quizá habreis oido hablar de las palomas de Alepo, que sirven de correos para Alexandreta y Bagdad: este hecho, que no es una fábula, ha cesado de verificarse de unos sesenta años á esta parte, porque los salteadores Curdos dieron en matar estas palomas. Para avezarlas á este oficio, se escogian los pares de palomas que estuviesen criando pichones, y las llevaban á caballo al lugar de donde querian que viniesen, con la circunstancia de dexarlas la vista libre. Quando se queria enviar alguna noticia, se ataba la carta al pie de la paloma, y se la soltaba: ella con el ansia de volver á sus pichones, volaba con la mayor rapidez, y llegaba en seis horas desde Alexandreta, y en dos dias de Bagdad: su vuelta era mucho mas facil, porque se descubre á Alepo desde muy larga distancia. Esta especie de palomas no tiene nada de particular, que las distinga de las comunes. Esta facilidad de descubrirse Alepo desde muy lejos atrae á esta ciudad algunos |