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suerte. El único recurso que tienen aqui los Europeos es la aldea de Belan, cuyo ayre puro y aguas saludables suelen restablecerlos: esta aldea situada a tres leguas de Alexandreta en las montañas tiene un aspecto muy pintoresco: sus habitantes que no hablan mas que el turco, se mantienen con el producto de sus cabras, búfalos y algunas huertas que cultivan. El agá se apoderó hace algunos años de la aduana de Alexandreta, y vivia casi independiente del baxá de Alepo: el imperio Turco está lleno de semejantes rebeldes, que regularmente mueren tranquilos poseedores de sus usurpaciones. Esto al mismo tiempo que demuestra la extrema impotencia y desorden de este imperio, sirve para explicar en qué consiste que no se arruine por su propio peso : cada uno de estos usur padores se contenta con la porcion de dominio que puede : tiene interés en que se conserve un sistéma que le proporciona ser un pequeño soberano á poca costa; y juntándose con este interés personal de todos estos rebeldes el respeto religioso que conservan al sultan, no aspiran á destronarle, contentándose con lo que pueden usurpar.

En el camino de Alexandreta á Alepo está la aldea de Martauan, célebre entre los Turcos y los Francos por la abominable prostitucion á que los padres y los maridos exponen á sus hijas por el interés, cosa que los Arabes siempre han detestado. En las montañas que terminan el gobierno de Alepo al norte, hay dos aldeas considerables, llamadas Klés y Aentab: estan habitadas por christianos Armenios, Curdos y Musulmanes, que a pesar de la diferencia de cultos viven en estrecha union, por lo que logran resistir á los baxaes, manteniéndose del producto de sus ganados, de sus abejas, y de las cosechas de algunos granos y de tabaco.

A dos jornadas al norte de Alepo se halla el pueblo de Mambedj, célebre antiguamente con el nombre de Bambyce y de Hierápolis: no quedan ya rastros del gran templo de aquella diosa, cuyo culto describe Luciano. El único monumento notable es un canal subterráneo, por donde viene el agua de las montañas por espacio de quatro leguas. Todo este pais estaba antiguamente lleno de semejantes aqüeductos: los Asyrios, los Medos y los Persas tenian por obligacion religiosa el conducir aguas al desierto, para multiplicar en él, segun el precepto de Zoroastro, los principios de la vida y de la abundancia, por lo que se encuentran á cada paso vestigios de una numerosa poblacion en tiempos antiguos. En todo el camino desde Alepo á Hama no se ve mas que ruinas de ciudades antiguas, cisternas hundidas, y restos de fortalezas y templos. En vez de las tierras cultivadas, que necesitaria una poblacion tan crecida, no se ve hoy más que tierras heriales y abandonadas: sin embargo, el terreno es de muy buena calidad, y los pocos granos, algodon y sésamo que siembran, producen muy bien. Pero toda esta frontera del desierto está privada de manantiales y de aguas corrientes : en los pozos no se encuentra mas que agua salobre, y las lluvias de invierno en las quales fundan todas sus esperanzas, faltan algunas veces. Por esta razon no hay cosa mas triste que el aspecto de estos campos áridos y abrasados: nada mas miserable que la vista de aquellas chozas de barro y de paja que componen las aldeas: nada mas pobre que sus habitantes, expuestos á las vexaciones de los Turcos, y á los robos de los Beduinos. Las tribus que tienen sus aduares en estos parages, se llaman Maualis, y son los mas poderosos y ricos de todos los Arabes, porque se aplican tambien á la agricultura, y participan con los Arabes Nadj de los transportes de las caravanas que van de Alepo á Basora, á Damasco y á Trípoli.

CARTA ΧΧΙΧ.

Continuacion del mismo asunto.

El gobierno ó pachalic de Tripoli comprende el pais que se extiende á lo largo del Mediterráneo desde Latakié hasta Nahr-el-Kelb, teniendo por limites al oeste el curso de este torrente y la cordillera de montañas que dominan al Oronte. La mayor parte de este gobierno es montuosa : solamente la costa del mar entre Trípoli y Latakié es llana, Los muchos arroyos que corren por ella ofrecen grandes medios de fecundidad; pero á pesar de esta ventaja, esta llanura está peor cultivada que las montañas, sin exceptuar el Líbano, á pesar de estar cubierto de peñascos y de pinos. Las principales producciones son el trigo, la cebada y el algodon: el territorio de Latakié está empleado especialmente en el cultivo del tabaco y en los olivares, al paso que el Líbano y el Kesrauan estan plantados de viñas y moreras. En. tre los habitantes hay de las varias castas y sectas de que he hablado generalmente en la Siria: desde el Líbano hasta mas arriba de Latakié las montañas estan habitadas por los Ansariés; el Líbano y el Kesrauan estan poblados exclusivamente de Maronitas: la costa y las ciudades estan habitadas por Griegos, ya cismáticos, ya católicos, de Turcos y de Arabes.

El baxá de Trípoli goza de todos los derechos de su empleo: tiene á sus ordenes lo militar, y las rentas : la Puerta le da en arrendamiento su gobierno, solamente por un año: su precio es 3.7400 reales, y ademas está obligado á proveer de víveres á la caravana de la Meca, que consisten en trigo, cebada, arroz, y otras provisiones, cuyos gastos ascienden á otro tanto. El mismo en persona debe conducir este comboy por el desierto, para ir á encontrar á los peregrinos. Se indemniza de estos gastos con el producto del miri, ó impuesto territorial, con las aduanas y arrendamientos de los Ansariés y del Kesrauan: en fin, tiene el gran recurso de las extorsiones ó avanias, y aunque no tuviese mas que este ramo, era suficiente para ser poderoso. Mantiene unos quinientos hombres á caballo, tan mal equipados como los de Alepo, y algunos fusileros Berberiscos.

El baxá de Tripoli ha deseado siempre gobernar por sí mismo el pais de los Ansariés, y el de los Maronitas; pero como unos y otros se han opuesto siempre a mano armada á la entrada de los Turcos en sus tierras, se ha visto precisado á entregar la percepcion de los tributos á los arrendadores que fuesen del agrado de estos pueblos. El

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