tan comun en estos paises, que en aquellas ruinas hay tesoros escondidos, y que son frecuentadas por los diablos. Para pasar de Siva á Berna, que está en la costa, se necesitan catorce ó quince dias; de Siva al Cairo doce dias, y el mismo tiempo para ir desde Siva á Charjé, principal aldea del Elvah. Despues me han dicho que Siva es la Siropo de Ptolomeo, y que las ruinas que vi eran de un templo tan antiguo como el de Júpiter Ammon, del qual dependia. Sin embargo, aun no se ha descubierto este templo tan famoso en la antigüedad. Sus ruinas pueden existir todavia, y ser desconocidas de los Arabes que atraviesan el desierto: quizá estarán cubiertas de arena, aunque esto no parece creible. Debo advertir aquí, que no hay cosa mas incierta que las relaciones que hacen los Arabes acerca de lo interior del Africa: son naturalmente ponderativos, y por otra parte el odio que tienen á los Francos les hace fingir mil fábulas, quando los consultan sobre este asunto, y todo se dirige a deslumbrarlos, y quitarles el deseo de internarse en aquellos paises. 1 CARTA ΧΧΙ. El terreno del baxo Egipto está tan á nivel del mar y tan igual, que quando se llega por mar, no se descubren las palmas y los arenales donde se crian, hasta estar á unas tres leguas de la costa : desde esta subiendo por el rio, el terreno tiene tan poca elevacion, que el agua no puede correr mas que una legua por hora. Por lo que hace al aspecto de la campiña, varía muy poco: no se descubre mas que palmas aisladas ó reunidas, que se van haciendo mas raras á proporcion que se camina: aldeas construidas de barro, y de aspecto ruinoso : una llanura sin límites, que segun la variedad de las estaciones, ya es un mar de agua dulce, ya un pantano cenagoso, ya una alfombra de verdura, ya un campo de polvo. Por todos lados se descubre un horizonte lejano y lleno de vapores, en que la vista se fatiga: en fin, junto a la union de los dos brazos del rio se empiezan á descubrir hácia el este las montañas del Cairo , y hacia el sudoeste tres enormes masas aisladas, que por su figura angular se conoce que son las famosas pirámides. Para describir en dos palabras el Egipto, figuraos por un lado un mar estrecho y peñascos; por el otro inmensas llanuras de arena, y en medio un gran rio corriendo por un valle de ciento y cincuenta leguas de largo, y de tres á siete de ancho, el qual á unas treinta leguas antes de llegar al mar se divide en dos brazos, cuyas ramificaciones se esparcen por un terreno sin obstáculos, y casi sin pendiente. El espacio comprehendido entre estos dos brazos, se llama la Delta, la qual se compone de otras deltas ó triángulos menores. La aficion á la historia natural, estudio que es tan honorífico para nuestro siglo, exigiria sin duda alguna razon de la naturaleza del terreno del Egipto; pero hasta ahora no se han podido formar ideas exâctas acerca de esto, porque los viageros no podian detenerse para hacer estas investigaciones con la prolixidad necesaria. No sucedia en estos paises lo que en Europa, donde los viages para un hombre curioso é inteligente son un paseo de la mayor diversion, pudiéndose detener á cada paso á reconocer las plantas, las piedras, las tierras &c. el viajar en Egipto era un trabajo no menos penoso que expuesto á peligros. Los Europeos eramos tenidos por mágicos, que por medio de encantos y sortilegios ibamos á sacar los tesoros que suponen escondidos en las ruinas antiguas, y guardados allí por malos genios: por consiguiente, en viendo á un Europeo hacer la menor excavacion, ó tomar alguna to, yo tambien creí que lo eran; pero habiendo encontrado por casualidad una beta considerable de esta piedra, me convencí de que era mineral, En medio de estos minerales y de aqueIla arena fina y roxiza, propia del Africa, la tierra del valle del Nilo se presenta con unos atributos que la constituyen por de clase distinta. Su color negrizco, su calidad arcillosa y pegajosa, todo manifiesta que su origen es estrangero; y en efecto, el rio la trae de la Abisinia, Parece que la Providencia se ha complacido en formar artificialmente una isla habitable en un pais, que estaba privado de todo recurso para ser habitado. Sin este légamo jamas el Egipto hubiera producido nada; él solo contiene los principios de la vegetacion y de la fecundidad, y todo se le debe al rio que lo arrastra de un pais tan remoto, Asique, toda la existencia fisica del Egipto se debe al Nilo: él solo socorre la primera necesidad de los seres organizados, el agua, que tan precisa se hace principalmente en los climas ardientes. El Nilo solo, sin el auxilio de las lluvias que aquí son raras y escasas, esparce por todas partes el principal alimento de la vegetacion: permaneciendo por tres meses sobre la tierra, la penetra de una cantidad de agua suficiente para todo el año. Sin sus inundaciones no se podria |