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tañas, que rodean estas llanuras al oeste y al norte; esta causa ha atraido á ellas en estos últimos años gran número de familias Drusas y Maronitas, cansadas de los desordenes á que estaban expuestas en el Líbano: allí han formado deas, de la qual palabra con el artículo al se ha formado la española de aldea, donde profesan libremente su culto, y tienen sacerdotes y capillas. Un viagero inteligente hallaria allí varios objetos interesantes de antigüedades y de historia natural; pero hasta ahora ningun Europeo ha penetrado en aquellos cantones.

Acercándose al Jordan, el pais se presenta mas montuoso y mejor regado: el valle por donde corre este rio, es generalmente abundante en pastos, mayormente en la parte superior. Por lo que hace al rio no es muy notable por el caudal de sus aguas, pero es el mas célebre y sagrado de todos los del mundo, por haber sido santificadas sus aguas con el bautismo de nuestro Redentor, y por la frecuente mencion que de él se hace en ambos Testamentos. Los Arabes le llaman El-Chariá; su anchura comun entre los dos principales lagos no pasa de setenta á ochenta pies, pero su profundidad es de diez á doce pies. En el invierno sale del estrecho cauce que lo contiene, y aumentado con las lluvias se extiende por las dos riberas formando una llanura de agua de un quarto de legua de ancho. Su gran creciente es por marzo al tiempo que se derriten las nieves sobre las montañas del Chaik, y entonces sus aguas son turbias y su corriente impetuosa. Sus riberas estan cubiertas de cañas, sauces y varios arbustos, que sirven de guarida á gran número de javalíes, onzas, jakales, liebres y aves.

Atravesando el Jordan, á la mitad del camino de los dos lagos, se entra en un canton montuoso, muy célebre antiguamente con el nombre de Samaria, y conocido hoy con el de Nablus, que es el de su capital. Este pueblo, situado cerca de Sikem, y sobre las ruinas de la Neapolis de los Griegos, es la residencia de un xeque, que tiene arrendado el tributo, del qual dá cuenta al baxá de Damasco en la visita anual que hace por todo el gobierno. El estado de este pais es casi el mismo que el de los Drusos, con la diferencia, que sus habitantes son mahometanos fanáticos en tales términos que no toleran á ningun Christiano entre ellos. Estan repartidos en aldeas por aquellas montañas, cuyo terreno bastante fertil produce trigo, algodon, aceytuna y alguna seda. La lejania de Damasco y lo escabroso de su terreno los preserva de algunas vexaciones de los Turcos, y les proporciona mayores conveniencias que en otras partes. Pasan actualmente por los mas ricos de toda la Siria, y deben esta ventaja á la conducta sagaz que han observado en los últimos disturbios de la Galilea y la Palestina : la tranquilidad que reinaba entre ellos, atraxo á muchos ricos á venir aquí á poner á cubierto sus riquezas. Pero algunos años despues la avaricia de algunos xeques, fomentada por los Turcos, suscitó un espíritu de discordia, que tiene casi los mismos efectos que las vexaciones de los Turcos.

A dos jornadas al sur de Nablus, caminando por unas montañas que á cada paso se hacen mas áridas y escabrosas, se llega á aquella ciudad, que es á un mismo tiempo el mayor exemplo de la instabilidad de las cosas humanas, y un testimonio irrefragable del divino oráculo de nuestro Salvador que profetizó la ruina de aquella soberbia ciudad, que no quiso conocer el inmenso beneficio con que Dios la convidaba. Jerusalen ya no existe. Al ver murallas arruinadas, fosos cegados de escombros, y todo el terreno cubierto de ruinas, apenas se puede distinguir el lugar que ocupó aquella célebre metrópoli, que luchó contra los imperios mas poderosos, que detuvo el ímpetu de la potencia Romana por algun tiempo, y cuya ruina causó asombro hasta á sus mismos vencedores. Su situacion nada favorecia para que hubiese llegado á tan alto grado de esplendor y opulencia; porque situada en un terre

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no escabroso, y privado de agua, rodeada de cerros y de alturas escarpadas, apartada de todos los caminos del comercio, no podia ser ni una plaza comerciante, ni un sitio ameno que atraxese una gran poblacion. A pesar de todos estos obstáculos quiso el Omnipotente que fuese la ciudad mas opulenta y magnífica, y lo fue: ensoberbecióse con sus riquezas y poder, y la misma mano que la habia elevado á tanta gloria la dexo caer en el abismo de la nada. Sin embargo, para conservar todavia una celebridad que la hace entre sus ruinas superior á todas las ciudades del mundo, la ha bastado la presencia corporal con que nuestro Redentor la honró, y los portentosos prodigios de su vida y pasion obrados en esta ciudad. Christianos, Judios, y Mahometanos todos convienen en venerar estos santos lugares, aunque por diferentes motivos; y esta ha sido la causa de que muchas familias se hayan fixado en esta ciudad, á la qual llaman la ciudad santa é ilustre. El número de sus habitantes ascenderá á unas catorce mil almas.

Jerusalen ha tenido gobernadores propios con el título de baxaes, pero mas regularmente, como sucede en el dia, es una dependencia de Damasco, de donde se envia un gobernador con el título de Motsalam. Este paga al baxá de Damasco un tributo, y para esto se aprovecha del miri, de las aduanas, y sobre todo de las continuas y crecidas sumas que exige arbitrariamente de los religiosos Franciscanos, que cuidan de los Santos Lugares, y de los demas Christianos. Princeps provinciarum facta est sub tributo. Para que se forme alguna idea de esta tirania de los Turcos, es necesario saber, que estos, bárbaros permiten el uso de algunos Santos Lugares no solo á los Católicos, sino tambien á los Griegos cismáticos, Coptos, Armenios y Abisinios, fomentando las pretensiones de estos, para que soliciten preeminencias, á fin de sacar de unos y otros las mayores sumas. Los privilegios que estos tiranos conceden, son siempre limitados, ó tienen algunas cláusulas de excepciones, que les sirven de continuo pretexto para nuevas exacciones, y hay delatores encargados de observar si se hace la menor infraccion. Si una procesion pasa del término que se tiene señalado, si un peregrino entra por otra puerta que la asignada, no es menester mas para que el gobernador imponga una crecida multa. Cada convento paga un derecho por hacer una procesion, otro por cada reparo que haya de hacer en la iglesia ó en la casa; cada superior nuevo tiene que, hacerle un regalo considerable: se pagan crecidos derechos por la extraccion de rosarios, cruces, &c. Cada peregrino debe pagarle diez piastras de entrada, ademas un derecho de es

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