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lo mismo que la de los Maronitas del monte Líbano, es decir, que viven enteramente ocupados, ó en la práctica de la devocion, ó en trabajos útiles. Esta es la vida de todos los monges que viven en el imperio Turco, donde no pueden tener ni la menor libertad exterior, ni seguridad alguna de no ser molestados.

CARTA XXXII.

Reflexiones sobre la Siria.

Resumiendo ahora todo lo dicho, se puede considerar la Siria como un pais compuesto de tres largas vandas de terreno de diferente calidad: la una, que corre a lo largo del Mediterráneo, es un valle caliente, húmedo, de una salubridad equívoca, pero de gran fertilidad: la otra, fronteriza de ésta, es un terreno montuoso y aspero, pero que goza de un temperamento mas saludable: en fin, la tercera que forma las faldas de las montañas al oriente, reune la sequedad de la una con el calor de la otra. Hemos visto cómo por la varia situacion de los terrenos este pais reune en un corto espacio las ventajas de varias zonas, de suerte que parece lo ha destinado la naturaleza para ser una de las habitaciones mas agradables del continente. Sin embargo, tiene la falta que la mayor parte de los paises calientes, pues ca

rece de aquella verdura fresca y animada, que tanto adorna la mayor parte de nuestros pai ses. El terreno de la Siria tiene siempre un aspecto de arenal, que solo en algunos parages varía con los pinos, moreras y vides; pero quizá esto no es tanto defecto del terreno como de la industria del hombre : quizá si los bárbaros no hubieran asolado tan repetidas veces estos paises, estarian cubiertos de frondosidad. La gran ventaja que llevan los paises calientes á los frios ,es que en aquellos, siempre que se proporcione agua, se puede mantener perpetuamente la vegetacion, haciendo que las flores nuevas sucedan á los frutos; pero en los climas frios la naturaleza está entorpecida la tercera parte, y á veces la mitad del año. La Siria está libre de estos inconvenientes; por lo qual si sus producciones no corresponden á sus medios, no es por falta del terreno, sino de su mal gobierno.

Ya hemos visto lo poco que producen estas provincias para el tesoro del Sultan, aunque los baxaes y demas gobernadores sacan de ellas sumas inmensas por todos los medios que ya he indicado: es decir, que los vasallos son aniquilados sin que por eso se enriquezca el erario del soberano. Las fuerzas militares de toda la Siria se reducen á unos tres mil quatrocientos ginetes, y unos dos

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mil trescientos Berberiscos. Es verdad que en los casos extraordinarios se les añaden las mi licias de los jenízaros, y los baxaes convocan de todas partes tropas de vagos, de lo qual se forman aquellos exércitos repentinos que hemos visto en estos últimos años; pero lo que he dicho de la táctica de estos exércitos, y de la disciplina de estas tropas basta para conocer que la Siria está aun mas indefensa que el Egipto en poder de los Mamelucos. Sin embargo, conviene alabar en los soldados Turcos dos qualidades apreciables, es á saber, una frugalidad con la que pueden subsistir en el pais mas arruinado, y una salud que resiste á las mayores fatigas. Esto es efecto de la vida trabajosa que tienen perpetuamente, siempre á caballo, siempre en el campo, durmiendo en el suelo á la inclemencia, no experimentan aquella alternativa, ya del ocio y molicie de las ciudades, ya de las fatigas de la campaña, lo qual es tan funesto para las tropas de nuestros pai

ses.

El artículo de la poblacion de la Siria es muy dificil de resolver : no se puede formar ningun cálculo sino por analogias que estan muy expuestas á errores. Las mas probables se toman de dos extremos bien conocidos, el uno que es el mas grande, es el de los Maronitas y Drusos, el qual da novecientas almas por legua quadrada; el otro que es el

mas débil, puede aplicarse á Alepo, que da de trescientos ochenta á quatrocientos habitantes por legua quadrada. Combinando estos dos términos por una série muy larga de aplicaciones que omito, me parece que la poblacion total de la Siria puede valuarse en 2,305 almas. Supongamos que son dos mi- Ilones y medio: teniendo la Siria cinco mil doscientas cincuenta leguas quadradas, resulta un término general de quatrocientas setenta y seis almas por legua quadrada. Causa admiracion el ver una poblacion tan reducida en un pais tan excelente; pero mas se estrañará, si se compara la actual poblacion con la que tuvo antiguamente. Solamente los territorios de Yamnia y de Joppe en Palestina, dice Estrabon, estuvieron antiguamente tan poblados, que podian poner en campaña quarenta mil hombres; apenas podrán dar hoy tres mil. Segun lo que dicen los historiadores del estado de la Judea en tiempo de Tito, quando ya estaba en mucha decadencia, este pais debia contener quatro millones de habitantes: ¿y qué seria en el tiempo de Salomon? Sin embargo, en el dia no tiene trescientas mil almas. Si exâminamos el estado antiguo de los Fenicios, Filisteos, Samaritanos, &c. hallaremos todavia mayor fundamento para lamentarnos de la desolacion que han causado los bárbaros en estos poderosos paises. Quando se viaja por ellos no se ve á cada paso mas que ruinas, de las quales se infiere la gran poblacion y opulencia de aquellos tiempos antiguos.

La causa de esta despoblacion ha sido la larga serie de guerras é invasiones en la Siria, y el haber venido últimamente á parar en manos del gobierno mas bárbaro y tiranico que se conoce. Por lo que llevo dicho podeis haber inferido, que el gobierno de los Turcos en la Siria es un puro despotismo militar, es decir, que todos los habitantes estan sujetos á la voluntad de una porcion de hombres armados, que disponen de todo segun su interés y capricho. Para concebir mejor el espíritu con que esta gente gobierna, basta reconocer qual es el título con que pretende poseer.

Quando los Otomanos baxo la conducta del sultan Selim quitaron la Siria á los Mamelucos, la consideraron como los despojos de una nacion vencida, como una hacienda adquirida por sus armas. Baxo este concepto los Turcos han repartido sus conquistas, dividiéndolas y subdividiéndolas, no para su mejor gobierno, como sucede entre nosotros, sino por temor de que los baxaes demasiado poderosos no se rebelen. En cada pachalic el baxá es la imagen del Sultan, y tan absoluto como él : reune en su persona todas las facultades, la militar, la política, la legislativa, la judicial, la administracion de ren

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