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los hijos de Theodosis se repartieron el imperio, la Siria quedó sujeta al imperio del oriente. Por los años de 622 las tribus de la Arabia reunidas baxo el estandarte de Mahoma vinieron á poseerla, ó por mejor decir, á asolarla. Desde aquella época, destrozada por las guerras civiles de los Fatimitas y Ommiadas, usurpada por los tenientes de los Califas, quitada á éstos por los Turcomanos, disputada por los Europeos cruzados, recobrada por los Mamelucos de Egipto, saqueada por Tamerlan y sus Tártaros, vino en fin á parar á poder de los Turcos, que la poseen hace ya cerca de tres siglos.

De tantas y tan diferentes naciones ha quedado un residuo de poblacion tan varia como ellas, siendo como el conjunto de todos estos conquistadores. Sin embargo, se pueden distinguir tres clases principales, que son, primera, la posteridad de los Griegos: segunda, la de los Arabes, que conquistaron á éstos: tercera, los Turcos, que hoy la dominan.

Por lo que hace á los Griegos, se distinguen en cismáticos, que estan separados de la Iglesia Católica Romana, y en Griegos latinos, que estan unidos al seno de la religion Católica Romana. Los Maronitas, que antes eran independientes de unos y otros, son ya Católicos, como los otros reunidos. Los Arabes se dividen tambien en descendientes de los primeros conquistadores, que son la porcion mas considerable: en Motualis, distintos de éstos por sus opiniones religiosas: en Drusos igualmente distintos por la misma razon, y en fin, en Ansariés, que son tambien oriundos de los Arabes. A estas castas, que son los habitantes establecidos y permanentes de la Siria, conviene añadir otras naciones transeuntes, que son los Turcomanos, los Kurdos y los Arabes Beduinos. Estas son las castas de habitantes, que ocupan el terreno comprendido entre Gaza y Alexandreta.

En esta enumeracion es muy notable, que los pueblos antiguos se han confundido enteramente con los Griegos, de suerte que no conservan vestigios de lo que fueron. La Siria tiene, pues, descendientes variamente convinados de estas castas, observando las diferencias que resultan de la variedad del clima: así los habitantes de las llanuras del mediodia son mas bazos que los del norte, y éstos mas que los de las montañas. En el Líbano y en el pais de los Drusos el color no se diferencia del de nuestras provincias mas blancas: las mugeres de Damasco y de Trípoli tienen fama por su blancura, y por la regularidad de sus facciones, sobre lo qual es preciso atenerse á la fama, pues el velo con que siempre van cubiertas, no permite certificarse de este hecho. En algunos cantones las mugeres no son tan escrupulosas en este punto, y no por eso son menos castas: por exemplo, en la Palestina se presentan las mugeres con el rostro descubierto, pero la miseria y los trabajos penosos han destruido toda su hermosura: solamente los ojos son bellos en casi todas: la ropa talar y suelta, que es su trage, proporciona distinguir las formas del cuerpo, y aunque no tienen mucha elegancia, á lo menos no son contrahechas. No me acuerdo haber visto en Egipto ni en Siria dos personas jibadas ni contrahechas: no se estiman en estos paises los talles delgados, por lo que en vez de oprimirlos como entre nosotros, las jovenes ayudadas de sus madres usan de todos los medios, aun de recetas ridículas y supersticiosas para engordar; pero á pesar de sus absurdos esfuerzos las mugeres de Siria no son mas gruesas que las nuestras,

Los Siros son por lo general de mediana estatura, y menos gruesos que en los paises del norte : sin embargo, se encuentran en las ciudades algunas personas, cuya obesidad prueba que el régimen puede suspender el efecto del clima hasta cierto punto.

Por lo demas, la Siria no conoce mas enfermedades endémicas que el grano de Alepo, de que hablaré quando trate de esta ciudad. Las enfermedades mas comunes son las disenterias, las fiebres inflamatorias, las intermitentes, que proceden de las malas frutas comidas con exceso. Las viruelas hacen á veces muchos estragos, como tambien en el Egipto. La incomodidad mas habitual y general son los dolores de estómago, y sus causas no son dificiles de averiguar, sabiendo que todos abusan con exceso de frutas sin madurar, de legumbres crudas, de miel, queso, aceytunas, aceyte craso, leche agria y pan mal fermentado. Estos son los alimentos ordinarios de todo género de personas, y las malas digestiones producen acedias, nauseas y aun vómitos de bilis. Por esta razon lo primero que debe administrarse en toda enfermedad es el emético; y por desgracia este eficaz remedio no es conocido de los médicos del pais. La sangria es aquí muy funesta, como en todos los paises donde domina la bilis: el cremor de tártaro y los tamarindos producen muy buenos efectos.

El idioma general de la Siria es el árabe: Nieburh refiere de oidas, que el siriaco se usa todavia en algunas aldeas de las montañas; pero es un hecho que no he podido averiguar, por mas que he consultado á los que pudieran saberlo: solamente me dixeron que en unas aldeas junto á Damasco tienen un dialecto tan corrompido, que apenas se les puede entender, lo qual sucede tambien en otros muchos paises del mundo. Se puede, pues, considerar el siriaco como una lengua muerta; solamente la entienden los Mas ronitas que la han conservado en su liturgia. El griego erudito se halla en el mismo caso: entre los sacerdotes así católicos como cismáticos hay muy pocos que lo entiendan, y solamente lo saben los que lo han estudiado: el griego moderno está tan corrompido, que no basta para entender á Demosthenes ni á los demas autores antiguos, así como el italiano no basta para entender los autores latinos. La lengua turca no se usa en Siria sino entre los que mandan y entre las tribus de los Turcomanos: en Alexandreta y en Beilan, que está cerca, se habla turco, porque estan cerca de la Caramania, donde el turco es la lengua vulgar. Algunos Siros aprenden esta lengua por la necesidad del comercio, así como los Turcos suelen aprender el árabe; pero la pronunciacion y el acento de estas dos lenguas son tan distintas, que con dificultad pueden los Turcos hablar bien el árabe.

De las varias castas de habitantes que he especificado, unos estan esparcidos indistintamente por toda la Siria, otros estan limitados á ciertos parages, que conviene determinar. Los Griegos, los Turcos y los Arabes labradores estan en el primer caso, con la diferencia, que los Turcos no se encuentran sino en las ciudades, donde tienen los empleos de guerra, de magistratura y las

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