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ha dado las oraciones que se han de decir, las cuales se escribirán y pondrán en lugar público en la Capilla y Refectorio".

El Iltmo. señor Dr. D. Diego del Corro dictó, también, algunas Constituciones, entre otras la siguientes:

"Item que en cada año haya Ejercicios Espirituales del glorioso San Ignacio en el tiempo que tuviese más conveniente el Rector, el que solicitará alguno de los Reverendos Padres Jesuitas para que venga al Colegio á dar los Ejercicios".

Posteriormente se han dado otros Reglamentos para el régimen interior del Seminario. El último data de 1880, y rige hasta ahora.

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El primer Rector del Seminario, fue el bachiller D. Francisco de Guzmán nombrado por Santo Toribio, en 1591. Este eclesiástico nació en Lima, fue Canónigo de su Catedral en 1595, Tesorero en 1625 y Chantre en 1634. Estuvo al frente del Rectorado de la Universidad en 1608 y en 1624. Con gran aplauso de todos desempeñó el Rectorado del Seminario, además, de 1604 á 1625 y de 1687 á 1638. Gobernó la Arquidiócesis como Provisor y Vicario General en el Arzobispado del Iltmo. señor Arias de Ugarte. En 1688 acaeció su muerte.

Por renuncia del doctor Guzmán, nombróse al bachiller Diego Duarte Jiménez, y como éste se fuese á España, lo reemplazó el bachiller, asimismo, don Juan Hurtado. Por muerte súbita de éste, eligióse, de nuevo, á don Fernando de Guzmán.

De cuarenta pasan los Rectores á cuyo cargo ha estado el Seminario desde su fundación hasta el presente, y siempre ha recaído este nombramiento en eclesiásticos distinguidos del clero secular que han ilustrado el Colegio con sus letras y virtudes.

LAS QUERELLAS DE SANTO TORIBIO

CON EL VIRREY CARCIA DE MENDOZA

ON García Hurtado de Mendoza y Manrique, fue

el VIII Virrey del Perú. Nombrado á principios del año de 1589, salió de Cádiz el 8 de marzo de aquel año, y llegó al Callao el 28 de noviembre del mismo aplazando su entrada á Lima hasta el 6 de enero siguiente.

Treinta y tres años antes vino por primera vez al Perú acompañando á su padre á quien sucedió en el virreinato, y entonces, cuando apenas contaba 27 años de edad, se le nombró Gobernador y Capitán de Chile, por muerte del célebre Pedro de Valdivia y de Jerónimo de Alderete. Durante su permanencia allí ganó algunas batallas y fundó nueve ciudades entre ellas las de Osorno y Mendoza.

Importante fue el gobierno de don García en Lima, al decir de sus historiadores; pero todas sus glorias se opacaron con las incesantes querellas á que provocó á Santo Toribio, "el cual á pesar de su humildad, no le

cedió al Virrey ni en altivez ni en entereza para defender sus fueros y privilegios como Prelado y como caballero" (1).

De estas querellas las principales son (2):

1a La motivada por el supuesto memorial elevado á Su Santidad.

2o La que resultó del incidente del Cercado por achaques de jurisdicción.

3 La que surgió por haberse quitado violentamente las armas arzobispales del Seminario.

Esta última da tema al presente artículo.

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Como el Seminario era obra del santo Arzobispo, así por su disposición como por los grandes gastos que en el edificio hizo, puso sus armas (3) sobre el

(1) Lavalle, Galería de Retratos.-Mendiburu, Diccionario histórico biográfico del Perú, tomo IV.-Errázuriz, Los orígenes de la Iglesia chilena.

(2) Otras muchas desazones y competencias tuvo que padecer Santo Toribio de parte de don García de Mendoza, su émulo y todas parece que nacieron de no haber podido soportar éste la entereza del Santo Arzobispo en la defensa de su autoridad. Los cronistas refieren que el Virrey sintióse lastimado en su amor propio por a) no haber sido atendido en su empeño para que se alzase la excomunión á Ortiz de Zárate; b) por la lección de cortesía que le dio en su palacio, en ocasión de leer una cédula real de reprehensión pública. Como no se le hubiera señalado asiento, el Santo Arzobispo tomó una silla en la vivienda inmediata, la colocó debajo del dosel, diciendo al Virrey: "A bien que somos del Consejo de su Majestad, señor Marqués, y como ambos cabemos bajo el mismo dosel, nos sentaremos para escuchar la real cédula". Y se sentó; y c) por algunas etiquetas en las fiestas de tabla de la Catedral.

(3) Las armas de familia que usó siempre el Santo Arzobispo, son las siguientes:

En escudo cuartelado, en el primer cuartel en campo azul una iglesia de oro, en el segundo cuartel en campo de sinople un culebrón ó grifo marino, per la casa Morán de Mestich; en el tercer cuartel

arco de la puerta, "mas-dice un historiador-para que su divisa fuese testimonio del derecho que en aquella casa tenían los Arzobispos sucesores, que para señal de su dominio, pues en ninguna otra de sus muchas fábricas permitió se grabasen los blasones de su familia". Esto produjo gran desazón en el Virrey Marqués de Cañete, y "su primera resolución fue mandar al Capitán de su guardia que con una escuadra de soldados y algunos canteros picasen al punto las armas de nuestro Toribio, que estaban grabadas en una piedra sobre la puerta del Colegio. El orden fue tan puntualmente obedecido, que bien se conoció tenía penetrado el ejecutor el ánimo de su dueño. Sin prevención ni aviso, fueron de mano armada, y desfigurando una materia tan civil con los horrores de la guerra, pusieron andamios, picaron las armas y en común sentir despica ron al Virrey. Este pique tan escandaloso y tan mal parecido, dio que llorar por entonces y hasta hoy está dando que sentir á todos los corazones de aquella ciudad. No paró en ésta tan grave declaración el enojo del Virrey, antes pasó mucho más adelante, apropiándose el nombramiento de los demás colegiales que se

en campo de plata un león de gulas, y en el cuarto cuartel en cam po azul tres flores de lís de oro.

Como se deja ver las armas de los cuarteles tercero y cuarto, son de origen netamente real, pues no debe olvidarse que Santo Toribio fue descendiente legítimo de Alfonso X, el sabio, Rey de Castilla Ꭹ de León y de San Luis IX, de Francia, el Santo Rey de los franceses.

En el fondo del escudo hay un escudete de oro con un árbol de sinople, bordado de plata con ocho arminios, armas de la casa de Robles, de donde era la madre del Santo.

Cubre el escudo el sombrero del Pastor adornado de las borlas doctorales. Marco A. Cabero, Monografía histórica acerca de la familia Quiñones Mogrovejo.

habían de recibir y del Rector que los había de gobernar, excluyendo totalmente al Arzobispo (1).

El Virrey escribió á su Majestad todo el suceso de estas diferencias, culpando al Arzobispo, que también por su parte, sin culpar á nadie, satisfizo con la verdad, que siempre profesaba.

La célebre querella que nació de este desgraciado incidente, en todas sus diversas faces, consta de las tres cartas del Santo Arzobispo que van en seguida:

A)

Carta á S. M. del Arzobispo de los Reyes dando cuenta de haber formado un Seminario Conciliar y de lo que hizo para su establecimiento, pidiendo y favoresca á los Prelados de aquel Reino.

SEÑOR:

Deseando en conformidad del Santo Concilio de Trento, se fundase un colegio Seminario para la gente pobre de estas provincias, donde pudiesen ser bien instruídos y enseñados, y salir nuevas plantas en aprovechamiento de estos naturales, se compró una casa de mi hacienda en mi nombre y para mí mismo ó para quien yo quisiese, entre tanto que se compraba otra de los dineros del mismo Seminario, la cual compra se hizo andando yo en prosecución de la visita de este Ar

(1) Montalvo, El Sol del Nuevo Mundo.

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