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Pedro de Cisternas era uno de los ocho encomenderos de la ciudad i su casa uno de los hogares mas respetables en ella.

La familia de Cistérnas solo cedía en importancia a la de Francisco de Aguirre.

Este último conquistador había nacido a principios del siglo XVI en la villa de Talavera de la Reina, a orillas del Tajo, en Castilla la Nueva. Su abuelo, García de la Rúa, i su padre Hernando de la Rúa, eran tenidos por hidalgos en la villa de Talavera, i en la de Valverde, donde poseían casas i hercdades. Su madre se llamaba Constanza Menéses (1).

Mui jóven aun sentó plaza de soldado, i se encontró en el saco de Roma ordenado por el condestable de Borbon, a 6 de mayo de 1527.

A esta funcion de armas asistió tambien Pedro de Valdivia, el conquistador de Chile.

Aunque Aguirre solo tenía el grado de alférez, tomó el mando de su compañía, porque el capitan de ella murió en medio de la lucha.

La conducta de Francisco de Aguirre fué digna de todo aplauso en esta ocasion, pues, a la vista del espíritu de desenfreno i de destruccion que se había apoderado del ejército, él se ocupó en defender un monasterio de monjas.

El condestable había muerto en el asalto a la ciudad, i había sido reemplazado por el príncipe de Orange. Este trató de restablecer inmediatamente el órden público, i en compañía del pontífice Clemente VII recorrió las calles i visitó los conventos.

Cuando llegaron al monasterio donde se hallaba Aguirre, quedaron gratamente sorprendidos de su noble actitud. El príncipe le ascendió a capitan, i el pontífice le indicó pidiera alguna gracia. Aguirre solicitó dispensa para contraer matrimonio en Talavera con su prima hermana María de Torres i Menéses.

Este enlace se realizó algun tiempo despues, i el emperador

(1) Asi consta de un pleito de filiacion i de hidalguía que tengo a la vista en copia fidedigna.

Cárlos V premió al capitan Aguirre por su accion de Roma nombrándole correjidor en Talavera (1).

El destino reservaba a Aguirre un porvenir mas brillante i mas lleno de aventuras que el que le habría aguardado en su villa natal. A los pocos años de su matrimonio i cuando ya era padre de algunos hijos, resolvió partir a América.

En el Perú ayudó a Francisco Pizarro en la conquista i pacificacion del rico imperio de los incas. Por órden de aquel gobernador i de su teniente jeneral Diego de Rojas, combatió a los indíjenas del territorio de los Chárcas, i por mas de un año, en ausencia de Rójas, quedó como jefe del ejército español en la mencionada comarca (2).

En ella volvió a encontrarse con Pedro de Valdivia, su com. pañero de armas en el saco de Roma, el cual había obtenido de Pizarro en premio de sus servicios un repartimiento de ticrras i de indios. No debe, pues, estrañar que Aguirre se alistara en la tropa que Valdivia formó en el Perú para venir a conquistar a Chile.

Francisco de Aguirre no partió, sin embargo, con Valdivia de la ciudad del Cuzco, sino que se le reunió en el valle de Atacama, acompañado de otros soldados españoles, entre los cuales se hallaban Francisco de Ribéros i Pedro de Cistérnas.

Ribéros había nacido en Torrejon de Velasco por los años de 1513, i había tomado parte en la conquista de Nicaragua án. tes de venir al Perú.

En Chile ocupó una alta situación, pues fué varias veces rejidor i alcalde del cabildo de Santiago (3). Aquí contrajo matrimonio con Teresa Suárez de Figueroa, sobrina carnal de la

(1) Estos datos han sido estractados de un escrito de oposicion a una encomienda de indios vacante en Huasco Bajo, presentado al capitan jeneral don José de Garro, en 29 de diciembre de 1688, por don Juan Rodulfo Lisperguer en nombre de don Francisco de Aguirre, descendiente del fundador de la Serena.

(2) MEDINA, Documentos inéditos para la historia de Chile. Tomo X, pájinas 5 i siguientes.

(3) Historiadores de Chile, tomo XVII, pájinas XIV i XV.

mujer de Pedro de Valdivia (1). De este enlace nació Francisco Ribéros i Figueroa, quien debía casar con una nieta de Francisco de Aguirre.

Este último, despues de acompañar a Valdivia durante los primeros ocho años de la conquista de nuestro país, se estableció en 1549 en la ciudad de San Bartolomé de la Serena, fundada segunda vez por él.

En esta época Aguirre, que tenía a su lado a su hijo mayor, llamado Hernando, pensó en llamar a su mujer i a sus demas hijos. Aprovechó para este efecto el viaje a España de Jerónimo de Alderete en 1552.

Al mismo tiempo, Alderete llevó poder de Juan Jufré para que en su nombre contrajera matrimonio con una de las tres hijas de Francisco de Aguirre, Constanza, Isabel o Eufrasia.

El matrimonio se celebró en Sevilla, a 29 de junio de 1555, entre doña Constanza de Menéses, la cual había tomado el apellido de su abuela paterna, i Jerónimo de Alderete, en representacion de Juan Jufré. En arras el novio se comprometió a dar a su novia la suma de 16,000 castellanos de buen oro, de a 450 maravedises cada castellano. A la ceremonia asistió la madre de la desposada, doña María de Torres (2).

Juan Jufré ha sido uno de los mas notables conquistadores de Chile, i se distinguió en las campañas contra los indíjenas en los gobiernos de Valdivia, de Hurtado de Mendoza, de Francisco i Pedro de Villagran (3).

A fines de 1552 Francisco de Aguirre partió de la Serena, por mandato de Pedro de Valdivia, en direccion a Tucuman, con el objeto de someter esta provincia a las autoridades de Chile. Despues de rudos combates contra los indios, i cuando ya se alhagaba con la espectativa de establecer un gobierno tranquilo, Aguirre tuvo noticia del desastre de Tucapel i de la muerte de Valdivia.

(1) MEDINA, Documentos inéditos. Tomo X, pȧjina 304.

(2) MEDINA, Documentos inéditos. Tomo XV, pájinas 191 i siguientes. (3) Historiadores de Chile, tomo XVII, pájinas XXIII i siguientes.

Inmediatamente regresó a Chile, donde disputó a Francisco de Villagran el gobierno del país. Esta contienda duró hasta que don García Hurtado de Mendoza, en 1557, hizo tomar presos a uno i a otro, i les mandó al Perú embarcados en un mismo buque.

La inaccion en que por algun tiempo permaneció Francisco de Aguirre tuvo fin cuando el virrei del Perú, conde de Nieva, volvió a darle el mando de Tucuman.

Nuevos combates con los indíjenas de aquella comarca afirmaron el dominio de los españoles, bajo la hábil direccion de Aguirre. En cambio estalló una lucha intestina entre los mismos conquistadores, i, con el pretesto de algunas frases heréticas proferidas por el fundador de la Serena i de la negativa de éste para reconocer la autoridad eclesiástica del vicario jeneral de la provincia, Aguirre fué tomado preso i sometido por el obispo de la Plata a un proceso inquisitorial.

Aun no había fundado Felipe II el tribunal del Santo Oficio en América, i los obispos de estos países se hallaban investidos de las facultades necesarias para perseguir i castigar a los herejes.

No era raro por cierto que en la conducta i en las conversaciones privadas de Francisco de Aguirre pudieran haberse notado hechos i palabras contrarios a la fe católica i a las enseñanzas de la iglesia. Como todos sus compañeros de armas, Aguirre había llevado la vida libre de los campamentos, había enjendrado varios hijos ilejítimos, a quienes no tenía dificultad en reconocer, i soltaba la lengua cuando llegaba el caso para lanzar blasfemias contra Dios i burlas contra la iglesia.

Sus enemigos aprovecharon el desacato que había cometido negando los diezmos al vicario de Tucuman, i cargado de grillos le arrastraron a la ciudad de la Plata.

Tres años duró el proceso, i, por fin, en 15 de octubre de 1568, se dictó sentencia, por la cual los jueces delegados del obispo condenaron a Francisco de Aguirre a prision de mas de dos años, que quedaba conmutada con la que el reo había sufrido; a retractacion pública de sus faltas; i a la pena pccuniaria de mil quinientos pesos ensayados de plata, con el aditamento de una campana de mas de dos arrobas que debía dar de obsequio a la iglesia parroquial de Santiago del Estero,

Este proceso había revuelto a toda la sociedad de la Plata, i al mismo tribunal de la real audiencia, el cual se había dividido en dos bandos: uno favorable i otro adverso a Francisco de Aguirre.

Entre los oidores que cran sus partidarios, el licenciado don Juan de Matienzo de Peralta dió una prueba pública i espléndida de amistad al conquistador, i ésta fué su consentimiento al matrimonio del hijo mayor de Aguirre, Hernando, que tambien se hallaba en prision, con su propia hija Agustina.

La persecucion contra Francisco de Aguirre no se detuvo en este punto. Sus enemigos pretendían hacerle perder el gobierno de Tucuman.

En el mes de agosto de 1569 llegó de España, por desgracia para ellos, la confirmacion del nombramiento que le había estendido el conde de Nieva, i Aguirre volvió a hacerse cargo del mando de la provincia.

Al mismo tiempo, mas o ménos, se tuvo noticia de la real cédula por la cual Felipe II creó el tribunal de la Inquisicion en Lima. Ante esta terrible corporacion fué denunciado nuevamente como hereje el gobernador de Tucuman.

Con fecha 14 de marzo de 1570, los inquisidores dieron contra él órden de prision, i en mayo del año siguiente Francisco de Aguirre entró como reo en las cárceles inquisitoriales.

Los cargos que se le dirijieron fueron semejantes a los que había recibido en la ciudad de la Plata, i permaneció preso mas de cuatro años i por largas temporadas sin poder comunicarse con nadie. En el año de 1572 enfermo de peligro, i el tribunal ordenó que fuera llevado a casa de uno de los familiares, donde debía residir hasta que mejorara de salud.

La sentencia definitiva le condenó a una nueva retractacion pública en la iglesia principal de Lima, donde debía oir en día domingo la misa principal i el sermon, sin bonete ni cinto, a manera de los penitentes, con una vela de cera en las manos; a perpetuo destierro de la provincia de Tucuman; i a reclusion por cuatro meses en un monasterio, en el cual serían a su costa los gastos de vivienda. (1)

(1) Los dos procesos de Francisco de Aguirre se hallan estensamente referidos por don José Toribio Medina en el primer tomo de su interesante

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