Imágenes de páginas
PDF
EPUB

se podia casi tener seguridad del buen éxito, porque nada prueba mas la gran abundancia de azogue en aquella parte de las Cordilleras, como el producto de las labores superficiales de los indios. Si unas vetillas de cinábrio, de que solo se han descubierto sus crestones, dan, año comun, 3000 quintales, no se puede dudar que unos planes de indagacion dirigidos con tino, darian algun dia mas mercurio del que se necesita en el Perú; y aun es de esperar que á proporcion que los habitantes del Nuevo Mundo vayan aprendiendo á sacar partido de las riquezas naturales de su territorio, los progresos en los conocimientos químicos conducirán á valerse de prácticas de amalgamacion en que se pierda menos mercurio. Disminuyendo de un lado el consumo de este metal, y aumentando de otro el producto de los laboríos indígenas, es como los mineros americanos llegarán á pasarse muy bien sin el mercurio de Europa y de la China.

Para completar la descripcion de las sustancias minerales de Nueva-España, me resta hablar del carbon de piedra, de la sal y de la sosa. El carbon de piedra, de que en el valle de Bogotá * he visto yo mantos á 2500 metros de altura sobre el nivel del mar, parece ser, en general, bastante escaso en las Cordilleras. En el reino de Nueva-España no se le ha descubierto sino en el Nuevo-Méjico, pero es pro

Cerca de Tausa, Canoas y en el cerro de Suba, en el camino que va de Santa Fe de Bogotá á la mina de sal gema de Zipaquira.

y

bable que se encuentre en los terrenos secundarios que se extienden al N. y al NO. del Rio Colorado, como tambien en las llanuras de S. Luis de Potosí de Tejas. Ya se conoce una mina de carbon de piedra cerca de las fuentes del rio Sabina. En general, el carbon de tierra y la sal gema abundan al O. de la Sierra Verde, cerca del lago de Timpanogos; en la Luisiana alta y en las vastas regiones boreales comprendidas entre las montañas de roca (stony-mountains) de Mackenzie y la bahía de Hudson. *

En toda la parte habitada de la Nueva-España no hay mina de sal gema que se parezca á la de Zipaquira, en el reino de Santa-Fe, ó de Wieliczka, en Polonia. El muriato de sosa, ó sal comun, no se encuentra en ninguna parte reunido en bancos ó masas de gran volúmen; solo está diseminado en terrenos arcillosos que cubren la loma de las Cordilleras. Las mesas del reino de Méjico se parecen, en esta parte, á las del Thibet y la Tartaria. Dejamos ya observado **, al dar la descripcion del valle de Tenochtitlan, que los indios habitan las cuevas del peñasco porfirítico lla

que

* En las orillas del lago del Delfin y del de los Esclavos hay fuentes saladas. Se conocen las minas de carbon de piedra, cerca del rio de Mackenzie, bajo los 66o de latitud; y al pie de los Rocky-Mountains, hácia los 52o y 56 de latitud. (Voyage de Mackenzie, tom. 111, pág. 332-334, y especialmente la excelente obra del Mayor Long, que se ha publicado con el título de Expedition to the Rocky-Mountains, tom. II, p. 402.).

** Véase cap. VIII, tom. 1, pág. 367.

mado Peñon de los Baños, lavan algunas tierras impregnadas de sal. Es opinion comun en aquella comarca, que esta sal se forma, como el nitrato de potasa, por la influencia del aire atmosférico; y en efecto parece que no se encuentra sino en la capa de tierra superior, hasta ocho centímetros de profundidad. Los indios pagan á los dueños del terreno una corta cantidad por tener el permiso de quitar esta primera capa muriatífera; porque saben que á la vuelta de algunos meses encuentran una costra de arcilla cargada al mismo tiempo de muriato de sosa y de cal, de nitrato de potasa y de cal, y de carbonato de sosa. El señor del Rio, químico distinguido, se propuso hacer exactas indagaciones sobre estos fenómenos, lavando las tierras antes de que entrasen nuevamente en contacto con el aire atmosférico. La mina de sal mas abundante de Méjico es el lago del Peñon Blanco *, en la intendencia de S. Luis de Potosí, en cuyo fondo se halla un manto de arcilla que encierra 12 ó 13 p. de muriato de sosa. Debe por otra parte observarse, que si no fuera por la amalgamacion de los minerales de plata, no seria de gran importancia el consumo de sal en Méjico, porque los indios que componen una gran parte de la poblacion, no han abandonado su antigua costumbre de sazonar sus manjares, con el chile ** (pimiento) (pimiento) en lugar de sal.

* Véase mas arriba, pag. 148.

** Chili ó axi. Véase, tom. II, pág. 319. Si en Europa estimamos el consumo anuo de sal á razon de seis kilógramos por

Pasando la vista en general por la descripcion de las riquezas minerales de Nueva-España, lejos de admirar el valor del laborío actual, se extraña que el producto total de las minas no sea mucho mas importante. Fácil es de preveer, que este ramo de industria nacional aumentará á proporcion que se aumente la poblacion, que los propietarios de menos fortuna gocen mas libremente de los derechos de ciudadano, y que los conocimientos geológicos y químicos se hagan mas comunes. Desde el año de 1777 se han quitado muchas trabas, despues de la creacion del Real tribunal general del muy importante cuerpo de minería de Nueva-España, el cual tiene sus juntas en el palacio del virey de Méjico. Hasta entonces los dueños de las minas no formaban cuerpo, ó al menos la corte de Madrid no queria reconocerlos* como corporacion establecida regularmente.

La legislacion de las minas era en otro tiempo infinitamente confusa, porque al principio de la conquista, en el reinado de Carlos v, habia pasado á Méjico una mezcla de leyes españolas, belgas y alema

[ocr errors]

entre los

cabeza, no podemos atrevernos á valuar este consumo hombres de raza bronceada, en mas de medio kilógramo.

*

Representacion que á nombre de la minería de esta Nueva-España hacen al rey nuestro señor los apoderados de ella, don Juan Lucas de Lasaga y don Joaquin Velazquez de Leon (Méjico 1774, pág. 40.) El cuerpo de minería no fue reconocido sino por la real cédula de 1o de julio de 1776, que le concedió el título de Importante Cuerpo.

nas, las cuales ademas, por la diferencia de circunstancias locales, eran inaplicables á aquellas regiones tan distantes. A la creacion del tribunal general de minas, cuya cabeza * tiene un nombre célebre en los anales de las ciencias químicas, se siguió el establecimiento de la escuela ó colegio de minas y la redaccion de un nuevo código de leyes, publicado con el título de Ordenanzas de la minería de NuevaEspaña. El tribunal se compone de un director, dos diputados del cuerpo de mineros, un asesor, dos consultores, y un juez que preside el juzgado de alzadas de minería. Del tribunal dependen las diputaciones, cuyos nombres dejamos ya anotados al principio de este capítulo. Los mineros envian sus diputados á estas diputaciones subalternas, y los dos diputados generales, que residen en Méjico, son elegidos entre los de provincia. Tiene ademas en Madrid el cuerpo de mineros unos apoderados para tratar inmediatamente con los ministros de los intereses de las colonias en materia de minas. Los discípulos del colegio de minería, una vez instruidos á expensas del estado, son enviados por el tribunal á los pueblos cabezas de las varias diputaciones. No puede negarse que el sistema representativo que se ha seguido en la nueva organizacion del cuerpo de mineros mejicanos tiene grandes utilidades, porque mantiene el espíritu público en un pais donde los ciudadanos, esparcidos en

Don Fausto de Elhuyar.

« AnteriorContinuar »