La extraccion del oro se ha aumentado prodigiosamente en América, desde fines del siglo XVII, y aunque los terrenos auríferos del Brasil hayan sido conocidos en parte desde 1577, no empezó sin embargo el laborío de las minas de trasporte sino en el reinado de Pedro II. En tiempo de Carlos v habria bastado la cantidad de 40 ó 50,000 marcos en oro para mudar visiblemente la proporcion entre el oro y la plata en Europa. Por el contrario, apenas se ha dejado conocer esta influencia á principios del siglo XVIII° en que se habian multiplicado en gran manera las relaciones comerciales. El oro del Brasil, repartido en un vasto territorio, no ha podido producir en el precio de la plata el efecto que hubiera producido su acumulacion rápida en un solo punto del globo.

Tocaremos ahora una cuestion muy importante, y que ha sido tratada de varios modos en las obras de economía política, es á saber, la de la cantidad de oro y plata que ha refluido del Nuevo-Mundo al Antiguo, desde el año de 1492 hasta nuestros dias. En vez de examinar el progreso de los laboríos de América, y de valuar el producto de las minas de cada colonia en diferentes épocas, se ha caminado siempre sobre la hipótesis de un tal número de millones de pesos que se supone con sobrada arbitrariedad haberse introducido anualmente en Portugal y en España, en el espacio de tres siglos. Fácil era prever que calculando sobre este principio, se debia venir á parar en consecuencias que se diferenciarian unas de otras en muchos millo

nes de pesos, segun que se supusiera la importacion anual con un exceso en mas ó menos, siquiera de dos ó tres millones. Pero aun hay mas, y es que la mayor parte de los escritores mas célebres *, en vez de dedicarse á nuevas indagaciones, han copiado las valuaciones de don Gerónimo de Ustariz, como si bastase citar la opinion particular de un autor español para inspirar confianza. Antes de presentar los resultados que yo he venido á parar, examinemos los cálculos que se han publicado hasta aqui.

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Ustariz, en su excelente Tratado de comercio y marina **, funda sus avaluos sobre los de don Sancho de Moncada y de don Pedro Fernandez de Navarrete. El primero, que era catedrático de la universidad de la Alcalá, afirma vagamente que, « segun una representacion hecha al rey, habian entrado en España, desde 1492 á 1595, en oro y plata sacado de las minas de América, dos mil millones de pesos; que igual cantidad lo menos habia entrado sin registrar, y que de por tanto oro y tanta plata seria difícil encontrar en España docientos millones, ciento en moneda y ciento en alhajas». Ustariz añade á estos dos mil millones lo que habia venido á España desde 1595 hasta 1724, cuyo valor considera él ser de 1536 millones; de suerte que el producto total de la América española

* Farbonnais, Raynal, Gerboux y el autor juicioso de las Recherches sur le Commerce. (Amsterdam, 1778.)

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Cap. III, edicion de Paris, 1753, pág. 11, Schriften, 1791, pág. 99.

Toze, Kleine

en oro y plata, desde 1492 á 1724, fue, segun este autor, de 5536 millones de pesos.

Fácil es probar que este cálculo no descansa sobre basas muy sólidas; cuatro mil millones repartidos en 103 años, esto es, desde 1492 á 1595, suponen, año comun, un producto de mas de 38 millones de pesos; pero la historia de las minas de América nos enseña que la cantidad de oro y plata introducida en España desde 1492 á 1535, fue muy pequeña, pudiendo valuarse toda ella cuando mas en 130 ó 140 millones. Si no obstante se quisiese admitir, respecto á esta primera época, 12 millones de pesos al año, como Ustariz lo supone para el período desde 1595 á 1724, se hallaria que el producto anual desde 1535 á 1595, habia debido ser á lo menos de 58 millones. Todas estas valuaciones son cuatro ó cinco veces mas fuertes de lo que debieran, como puede cualquiera convencerse pasando la vista por los registros del Potosí, y recordándose que las minas de Nueva-España no han dado hasta principios del siglo XVIII° mas de tres millones de pesos al año. Ademas, Garcilaso y Herrera, hablando de la gran riqueza de las minas del nuevo continente, dicen positivamente que, á fines del siglo xvr entraban en España por el Guadalquivir diez á doce millones de pesos al año. Los cálculos echados en números redondos de miles de millones, lejos de poderse apreciar como fruto de investigaciones exactas, no son sino ilaciones por aproximacion; y asi cada autor se ha creido libre para fijarse en cantidades diferentes.

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Solórzano afirma* citando á Dávila, que la España ha recibido de América, desde 1492, que se descubrió, á 1628, mil y quinientos millones de pesos registrados; suma que se diferencia casi en la mitad de la adoptada por Ustariz. Por otra parte, en el tratado político de Navarrete encontramos, que desde 1519 hasta 1617, trajeron los registros de Indias 1536 millones. Segun esta última valuacion, se atribuye al período de 98 años una suma de pesos menor que la que Solórzano y Dávila señalan para el período de 136 años; contradiccion tanto mayor, cuanto uno de estos períodos forma parte del otro.

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Raynal, en las primeras ediciones de su célebre obra sobre los establecimientos en las Indias luaba el oro y plata importados de América en Europa, desde el descubrimiento del Nuevo-Mundo, en nueve mil millones de pesos; mas, en 1780, ya redujó esta suma á cinco mil millones. Supone este escritor que la importacion anual del oro y plata registrados para España, tomando un año medio entre los once, desde 1754 á 1764, no ascendió sino á 13,984,185 pesos, cuando nosotros sabemos por los registros conservados en la casa de moneda de Méjico, que en esa misma época solo la Nueva-España producia cada

* De Indiarum jure, tom. 11, pág. 846. Historia Magna Matritensis, pág. 472.

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De la Conservacion de las Monarquías, dis. xxi.

*** Compárense las variaciones hechas en el lib. vIII, §. XLI; lib. IX, S. LIV.

año cerca de 12 millones de pesos. No alcanzo como un autor tan sagaz y que por lo comun ha bebido en buenas fuentes, se dejó inducir en tan grande error acerca del comercio de los metales preciosos. Rayna! presenta estados que parecen ser el resultado de un trabajo muy detenido; valua con separacion las cantidades de oro y plata venidas de cada parte de las colonias; y á pesar de esta aparente exactitud, gran número de sus cálculos descansa sobre basas muy poco sólidas. Afirma* que « la España sacaba todos los años, desde el de 1780, del continente de América, 89,095,052 libras tornesas en oro y plata, ó sean 16,970,484 pesos», porque, segun un año medio, tomado en el período de 1748 á 1753, habian venido :

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puede menos de extrañar el ver que Raynal

Histoire philosophique (edic. de Ginebra, 1780), tom. II,

pág. 339.