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beneficio que reconoce con satisfacción, frecuentan el renovado templo en numeroso concurso y común edificación de los entrantes y salientes en aquel puerto.

«En el interior no menos se ven considerables progresos por haberse perfeccionado la pieza para escuelas de primeras letras revocándose y blanqueándose las toscas paredes que tuvo antes, enladrillándose el pavimento y fabricándose una gradería que sirva de asientos á los niños, para quienes se han construído bancos en que escribir y costeándoles pautas en que reglar el papel de que estaban destituídos con que tienen el alivio y proporciones con que ser enseñados.

«En el patio interior se ven renovadas cuatro celdas y aposentos que pueden servir á la más decente habitación, teniendo todas sus respectivos corredores para mayor comodidad, tejados prolija y cuidadosamente; sucediendo lo propio en la pieza destinada para despensa

«Pero como quiera que la subsistencia de estas obras y de una ú otra que falta para la total perfección de la casa (cual es el refectorio que no alcanzó el tiempo á su reparo) necesiten indispensablemente de un robusto tajamar que las ponga á cubierto de las inundaciones que en el año pasado y anteriores han padecido por estar sujeto aquel terreno por su natural situación á la falda de los montes que lo rodean; siéndome preciso mi retiro y la estación importuna para obras, con esta mira he reservado 600 y más pesos que se libraron y que tiene ahorrados la economía, y depositándolos en poder del receptor general de los reales decretos, como aparece del recibo con que concluye la cuenta, quedan á disposición de US. para que conceptuándolos como es de justicia precise para un reparo en aquel país inevitable de término si le parece apruebe mi determinación y la cuenta igualmente presentada: por tanto

«Á

<Á US. pido y suplico: que habiéndola por manifestada se sirva de declarar con expreso y debido pronunciamiento que he cumplido con la comisión que se puso á mi cargo, mandando hacer en todo lo que fuese de su regular arbitrio, que es justicia, etc.

Dr. Clemente Corvalán y Chirinos».

IX

La obra quedó así casi del todo terminada y la escuela pudo por fin abrirse al público en buenas condiciones.

En abril de 1778 el padre Galiano pidió al gobernador y al cura del puerto certificasen acerca de si era verdad que ellos habían abierto allí los estudios, y estos funcionarios dieron los certifica-. dos que se copian aquí:

«Certifico y doy fe la necesaria en cuanto puedo y ha lugar, yọ el licenciado Don Cayetano Zamora, cura y vicario interino de esta parroquia de Valparaíso, como en este colegio de temporalidades entregado á los padres del orden de predicadores de N. P. Santo Domingo, su prelado el R. P. fray Antonio Galiano, puso en planta la erección de escuela y casa de estudios menores de primeros rudimentos, agitando estas materias con empeño y vigi. lancia, como prácticamente lo he visto en las contínuas ocasiones que he ocurrido á dicho convento á reconciliarme por la inmediación á la parroquia, y con este mismo motivo en la ocurrencia de jubileo del año santo y cumplimiento con el precepto de la confesión anual, han cargado el peso de la mayor parte de concurrencia con el motivo de la escasez de sujetos en las demás religiones, mayormente la del Señor. San Agustín, donde sólo el reverendo prelado es confesor; al mismo tiempo sus súbditos han estado prontos á las ocurrencias de festividades de dicha parroquia para los ministerios de fiestas solemnes; y no siendo regular se oscurezca el mérito de dicho prelado para los efectos á que le convenga, dí la presente certificación á pedimento de parte en Valparaíso y en 24 de abril de 1777.

Licenciado Don Cayetano Zamora>.

<DON JUAN FRANCISCO DE LA RIVA HERRERA, Teniente Coronel de los reales ejércitos, gobernador político y militar de esta ciudad y puerto de Valparaíso y su jurisdicción por Su Magestad, etc.

«Certifico en cuanto puedo, y para lo que más convenga al reverendo padre prior del convento de predicadores del expresado

puerto, constarme que en dicho convento tienen escuela pública, en donde enseñan á la juventud las primeras letras de leer, escribir y contar, con todas aquellas formalidades que pide una escuela pública, en el que tienen destinada una sala para dicho efecto, como asimismo la enseñanza de los primeros rudimentos de latinidad, en cuyos ejercicios se emplean diariamente dos religiosos con común regocijo y aplauso de los vecinos, por ver ya á sus hijos en vía de desterrar la ociosidad é ignorancia en que antes se hallaban, según estoy informado, por lo que á petición de dicho reverendo padre prior, doy esta certificación, para uso de los recursos que más le convengan, y por ser así lo firmé en este puerto de Valparaíso en 26 de abril de 1777.

Juan Francisco de la Riva Herrera».

La escuela continuó aún funcionando por muchos años y hasta principios del presente siglo fué la única establecida con el carácter de pública y gratuita. En varias ocasiones se pretendió por los padres de Santo Domingo obtener una subvención para el maestro de ella; pero sus solicitudes fueron siempre rechazadas, y hubieron de contentarse con la aplicación que se les hizo del terreno y casas de la residencia.

En las ciudades de Talca y Quillota abrieron también escuelas; pero ha sido imposible, en los papeles que se ha registrado, encontrar datos que permitan decir nada acerca de ellas, con certeza.

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CAPÍTULO XIV

ESCUELAS DE RANCAGUA, ALHUÉ Y ARAUCO

SUMARIO.-I. Origen de la escuela de «San Antonio».-Su maestro, Don Salvador Bouby.-II. Solicitud de Bouby para que se le señale salario.-III. Informe dej subdelegado de la villa, vista del fiscal y decreto del Presidente.-IV. Visita de O'Higgins y nueva solicitud de Bouby,-Decreto recaido en ella.-V. Últimas noticias de la escuela.-El nuevo preceptor fray Jacinto Guzmán.-VI. Fundación de la escuela de «San Gerónimo» en Alhué.-Su primer maestro, Don Vicente Figueroa.—VII. Trabajos de Figueroa en la escuela.—Suerte posterior de ella.-VIII. Escuela en Arauco.-Carta del obispo Espiñeira.-IX. Se abren las. escuelas. Primeros maestros.-Conclusión.

I

La escuela pública de San Antonio» en la villa de Santa Cruz de Triana ó Rancagua, debió su origen y fundación exclusivamente al empeño y constancia del subdelegado del partido, Don Juan Antonio Cortés, á quien débese también la apertura de la escuela de «San Gerónimo», en Alhué (1).

Apenas provisto por subdelegado de Rancagua, Cortés, se ocupó de buscar en Santiago un sujeto de calidad y méritos suficientes para llevarlo á la villa con el objeto de que pusiera escuela de primeras letras. Después de algunos afanes creyó encontrar el hombre que necesitaba en un caballero español, aunque de apellido francés, nombrado Don Salvador Bouby.

Entre Cortés y Bouby se celebró un contrato mediante el cual el primero costearía el viaje del segundo hasta Rancagua, compro

(1) Estos datos son tomados de un expediente titujado «Autos sobre dotación de un maestro de primeras letras en la villa de Rancagua» que original se encuentra en el tomo 655 del archivo de la Capitanía General.-Sección de manuseritos de la Biblioteca Nacional.

metiéndose á más á darle casa y comida en la suya, mientras se le podía señalar algún sueldo para su subsistencia; y Bouby contrajo por su parte la obligación de abrir una escuela de primeras letras y dar en ella enseñanza gratuita á todos los muchachos de la villa que asistiesen á ella.

Cerrado el trato en esta forma, se trasladó Don Salvador de Bouby á Rancagua y en unas piezas inmediatas á la casa del subdelegado Cortés, abrió su escuela, con escasa concurrencia de alumnos al principio; pero que poco a poco fué aumentándose con la entrada en ella de nuevos alumnos.

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Habíase comprometido Cortés á señalar á Bouby un sueldo de los propios del cabildo de la villa; pero había ido retardando dar cumplimiento á esta parte del contrato esperando para ello que se efectuara la visita del Presidente del reino á esa localidad.

En efecto, hacía dos años que el Presidente, puesto que desem. peñaba entonces Don Ambrosio O'Higgins de Vallenar, después Virrey del Perú, tenía anunciada una visita á los pueblos del sur y norte del reino; pero como esta visita se retardase, y en previsión de que demorase todavía por algunos años, Bouby se decidió á enviar una solicitud á Santiago pidiendo el cumplimiento de la promesa del subdelegado, *

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«M. I. S. P. (Muy Ilustre Señor Presidente):

«Señor: Hace dos años cuatro meses que siendo provisto Don Juan Antonio Cortés para el servicio de esta subdelegación de Rancagua y hallándome en esa capital me habló dicho señor para traerme consigo con el objeto de entablar una escuela de niños en esta villa de la cual se carecía. En efecto determiné mi venida bajo las propuestas que me hizo me sostendría por sí de casa y comida, y promovería la erección de algunos propios para que de ellos se me pusiese una correspondiente dotación. Efectivamente, luego que ingresamos se entabló dicha escuela, bajo mi cuidado y enseñanza, la cual ha ido desde entonces á más, así en el número de discípulos como en el aprovechamiento de ellos á que he procara lo con tesón y buena voluntad sin más que esperanzado en

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