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tablecimiento de las escuelas de estos naturales en las tres reducciones de Santa Bárbara, Santa Fe y Arauco, como juzgaba yo sería conveniente para el repartimiento de las tres naciones de Pehuenches, Llanos y Costeños, según que á Uds. tengo también insinuado, ningún otro paraje hallo sea más al propósito que la ciudad de Chillán; así por tener la proporción del colejio de los expulsos, el cual á poca costa pudiera acomodarse á este destino, como por hallarse también fundado en la misma ciudad de Chillán el colegio de misioneros del orden de San Francisco, quienes como destinados y conducidos por su majestad desde España al principal fin de la reducción é instrucción de estos naturales, y prácticos en su manejo, y modo propio de educarlos, están pronto á dar todos los catequistas i maestros necesarios para cuidar e instruir á los indiecillos que se condujesen á aquel colegio; por cuyo medio se lograrían más fácilmente las piadosas intenciones de su magestad, se llenaría mas cumplidamente el importantísimo proyecto del excelentísimo señor virrey y se evitarían los muchos y muy notables inconvenientes que es indispensable resulten, así por parte de los indios, como de los españoles, de internar al centro del reino otras escuelas de indiccillos, facilitándose así á sus padres y parientes el conocimiento práctico de nuestras tierras y caminos, y cargando sobre los pobres españoles el insoportable peso de prorratas y demás notorios perjuicios en sus trasportes. -Nuestro Señor, etc.-S. A. S. S. y capellán.

Fray Pedro Angel, obispo de la Concepción.

Concepción, y marzo 12 de 1775».

IX

Después de numerosas vistas é informes y de repetidas instancias del obispo, se alcanzó por fin á conseguir las dotaciones de maestros reclamados, á principios del año 1779.

En el auto de la junta que aplicaba los bienes de las residencias. de Santa Bárbara, Santa Fe y Arauco, se disponia que en ellas se habilitase pieza para un maestro de escuela y que el nombramien. to de éstos debía hacerse por el obispo de esa diócesis.

En abril del año citado de 1779, previo el informe de los curas respectivos, se nombraron por el Obispo Don Francisco de Borja José de Marán á los siguientes preceptores:

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Para la escuela de Santa Bárbara, á Don Mateo de la Barrera; Para la de Santa Fe, á Don Ignacio Requiante, ex-alumno del Colegio de Naturales; y

Para la de Arauco, al cura de la villa, Dr. Don Eusebio Martínez, con cargo de hacer también enseñanza de gramática y latinidad.

Estas escuelas subsistieron pocos años después. En 1798 parece no existían ya, pues en una representación hecha ese año por el nuevo Obispo de Concepción, Don Tomás de Roa y Alarcón, sucesor de Marán, al Presidente del reino Don Gabriel de Avilés, le hacía presente que en el territorio de Arauco no existía escuela alguna para la enseñanza de la juventud.

Dos años después, sin embargo, este mismo Obispo participaba al Presidente que, de acuerdo con sus instrucciones, todos los párrocos de la diócesis habían abierto escuelas en sus parroquias y que eran éstas concurridas por gran número de jóvenes.

Ya se ha hablado algo, en general, sobre estas escuelas parroquiales, que subsistieron durante largos años, pasando á ser después la base de las actuales escuelas públicas. Por ellas pasó la revolución de la independencia sin trastornarlas ni cambiar su régimen, sino temporalmente.

Con lo expuesto queda por ahora concluído este trabajo. Puede que más adelante, nuevos datos históricos, permitan hablar de muchas escuelas que aquí no se han mencionado. Lo dicho basta, sin embargo, para destruír la especie tantas veces repetida y tan circulada, sobre la carencia de escuelas públicas en la colonia y sobre la ninguna importancia que á los estudios dispensaban las autoridades.

En este suscinto trabajo, por demás incompleto, se han mencionado las suficientes escuelas, constatadas todas ellas por documentos auténticos, para comprobar que entonces la instrucción estaba al alcance de todos.

Dada la poca población del reino, la gran carencia de recursos, y las dificultades que creaba el régimen colonial, lo dicho basta para asegurar que el estado de la instrucción primaria era en los últimos años de ese período bastante satisfactorio; y que la cultura y la ilustración no han sido sólo el patrimonio de la libertad é independencia,

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VIII.-Escuelas parroquiales; curas y curatos de Chile á fines de
la era colonial..

CAPÍTULO III

LAS ESCUELAS PÚBLICAS DE SANTIAGO EN 1803

I. Se comisiona para visitar las escuelas de la capital á Don Ma-
nuel Irigoyen...

II.-Acta de la visita.-Escuelas de Santiago en 1803.-Sus nom-

bres, categorías, maestros y alumnos.

III. Otros colegios y escuelas....

IV.

Resultado de la visita. Decreto del ministro comisionado..
V.-Informe del procurador general de ciudad.....
VI.-Reformas propuestas.-Estado de la instrucción primaria á
principios de este siglo....

CAPÍTUO IV

LA ESCUELA DE SANTA ANA

I. Fray Leandro Baeza. -Su título de preceptor.

II.-Alumnos de la escuela.-Sus nombres..

III.-Reglamento interno de la escuela.-Oficios que había en ella.

-La escritura.....

IV. Algunas reflexiones sobre este reglamento..

V. Informe del procurador de ciudad..

....

VL-Reformas propuestas.--Decreto del comisionado...

CAPÍTULO V

ESCUELA DE DON JUAN ANTONIO NIETO

I. Quién era Nieto.-Sus teorías respecto de la escritura..
II.-Informe sobre su método de enseñanza...

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-

III. Su título de preceptor de aulas públicas..

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IV.-Alumnos de la escuela de Nieto en 1803...

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V. Decreto del ministro comisionado.-Anécdota del alumno
Martín Prats y supresión de los castigos en público....

CAPÍTULO VI

ESCUELA DE SAN LÁZARO

I.-Iglesia parroquial de San Lázaro.-El presbítero Lago.--Sus
antecedentes. Escuela de Nancagua..

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CAPÍTULO VII

OTRAS ESCUELAS PÚBLICAS DE LA CAPITAL

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IX. Escuela de Don Martín Gallardo...

X.-Escuela parroquial de San Isidro..

CAPÍTULO VIII

ESCUELA DE LA «PURÍSIMA CONCEPCIÓN»>

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