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dichos indios se hallan afectos, no siendo de inferior naturaleza y origen que los otros, antes sí más reconocidos vasallos, útiles á Su Majestad y que tanto engrandecieron su Monarquía; reconociendo asimismo que Su Majestad por diferentes reales cédulas manda que los dichos mestizos paguen tributo, lo cual no se había ejecutado en la dicha ciudad, y aun de negros y mulatos era tan corto el número de quienes se cobraba, que apenas llegaba á cuarenta, y que perdía Su Majestad muchas cantidades; para cuyo remedio, después de haberse mandado empadronar los susodichos y ejecutádose con efecto, encargando al Cabildo de dicha ciudad que todos los años se reconociese dicho padrón para que, sabiéndose los mestizos y mulatos que había, araganes y ociosos, les obligasen á servir ó trabajar, mandó el señor Oidor que todos pagasen tributo, acrecentando el número de ellos hasta seiscientos y cuatro tributarios, que hacen de renta cada año $906 de oro común, con los cuales, junto el restante ajuste de los indios, llegó el número de personas tributarias, de sobras que aclaró, á 693, las cuales se ocultaban y defraudaron muchos años á Su Majestad; acrecentando con esta diligencia á su Real Hacienda en más de veintidós mil reales de á ocho, en cada un año de renta [sin más de otros cinco mil, que por lo atrasado se le aplicaron], en las Provincias de Tehuantepec, Nejapa, Ixtepeji y otros pueblos de este Obispado, en que, fuera de la principal ocupación de los negocios de su cargo, personalmente trabajó el señor Oidor, no

che y día; aumentándose también conocidamente la distribución y renta de la Santa Bula, en dichos tributarios ocultos, sin que en esto ni en los demás negocios, se gastase maravedí alguno del real haber, porque todo se suplió de las condenaciones y aplicaciones hechas por el señor Oidor, quedando todavía algunas cantidades para la Real Cámara; lográndose el trabajo con toda felicidad, paz, quietud y buen corriente en que quedan las dichas Provincias y sus naturales en el servicio de su Majestad; consiguiendo el celo, atenciones y vigilantísimo cuidado del Excelentísimo señor Marqués de Leiva, Conde de Baños, Virrey de esta Nueva España, en su felicísimo gobierno, uno de los mayores sucesos que pueden ponderarse, según el riesgo y estado miserable en que estaban aquellas Provincias cuando entró Su Excelencia á gobernarlas en estos Reinos, reduciéndolas á su primera quietud, justicia y equidad.

Nejapa, 12 de abril de 1662 años.

Con licencia

Impreso en México.

En la imprenta de Juan Ruiz.
Año de 1662.

Conforme con el ejemplar existente en esta Biblioteca Nacional de Madrid.

Madrid, 29 de enero de 1906.

El Oficial 2o de la Biblioteca Nacional,

Francisco Lupiani (rúbrica).

III

VIAJE QUE HIZO EL ILUSTRISIMO SEÑOR DOCTOR DON ALONSO DE CUEVAS DAVALOS, OBISPO DE OAXACA, A PACIFICAR LA PROVINCIA DE TEHUANTEPEC.1

Muy frecuentemente es oponerse al sol nublados para obscurecer sus resplandores, y á la verdad siniestras apariencias para encubrirle; pero deshechos los nublados, luce el sol, y desvanecidas las apariencias, se manifiesta la verdad. Así sucedió en el caso de este capítulo, que habiendo salido una relación impresa por cierto Alcalde Mayor, en que pretendió [por abonar á los que, ejerciendo este ministerio, dieron causa á la inquietud] calumniar el servicio tan singular que nuestro Obispo hizo á ambas majestades, se desbarató este vapor y prevaleció la verdad como siempre, según se verá por lo que se sigue.

Hallábase nuestro Obispo con mucho sosiego en el gobierno pacífico de su Obispado, y como en esta vida no puede haber gozo verdadero y permanente, sucedió que los indios de Tehuantepec, Provincia

I Resguardo contra el Olvido, en el breve compendio de la Vida admirable y Virtudes Heroycas del Illmo. Sr. Dr. D. Alonso de Cuevas Dávalos, Obispo electo de Nicaragua, Consagrado de Oaxaca, Arzobispo de esta Imperial Ciudad de México, su patria, que dexó escrita. ... su autor, el Lic. D. Antonio de Robles, Notario Público.... México, 1757. Págs. 151 å 165..

de aquel Obispado y muy numeroso de gente, tenían muy aborrecido á su Alcalde Mayor por las continuas y ordinarias molestias y vejaciones que les hacían y les hacen ordinariamente los alcaldes mayores de aquellas Provincias, despojándolos de sus bienes y de sus pobres chozas; ocupándolos con gran violencia, los días y noches, en los tejidos y tareas lucrativas que ha inventado la ansia de aumentar la hacienda con la autoridad y poder del oficio; reduciendo á rigores y castigos de cárceles y azotes, y á otras ofensas graves, cualesquiera defectos, por leves que sean, en la obediencia de sus contrataciones y repartimientos de diferentes géneros á muy excesivos precios, que habían de satisfacer en géneros de la tierra, á muy viles precios; de que resultaba el verse perdidos por no . alcanzarles sus caudales á la satisfacción de los repartimientos; y por su defecto estaban tan oprimidos, que tenían por alivio el dejar sus casas, mujeres, hijos y sembrados, pasando á la última desesperación de precipitarse y despeñarse en los montes, á ahorcarse y desear la muerte por librarse de las molestias y vejaciones tan crueles con que vivían en perpetua esclavitud y tormento.

Y considerándose sin remedio á tantos males, se resolvieron á matar á su Alcalde Mayor, como lo hicieron, el lunes santo del año de 1660, sin embargo de haber salido los religiosos del convento de Santo Domingo, que había allí, á querer sosegarlos y librar de sus manos al dicho Alcalde Mayor, que no pudieron conseguirlo, y habiéndolo

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VIAJE QUE HIZO EL ILUSTRISIMO SEÑOR DOCTOR DON ALONSO DE CUEVAS DAVALOS, OBISPO DE OAXACA, A PACIFICAR LA PROVINCIA DE TEHUANTEPEC.I

Muy frecuentemente es oponerse al sol nublados para obscurecer sus resplandores, y á la verdad siniestras apariencias para encubrirle; pero deshechos los nublados, luce el sol, y desvanecidas las apariencias, se manifiesta la verdad. Así sucedió en el caso de este capítulo, que habiendo salido una relación impresa por cierto Alcalde Mayor, en que pretendió [por abonar á los que, ejerciendo este ministerio, dieron causa á la inquietud] calumniar el servicio tan singular que nuestro Obispo hizo á ambas majestades, se desbarató este vapor y prevaleció la verdad como siempre, según se verá por lo que se sigue.

Hallábase nuestro Obispo con mucho sosiego en el gobierno pacífico de su Obispado, y como en esta vida no puede haber gozo verdadero y permanente, sucedió que los indios de Tehuantepec, Provincia

I Resguardo contra el Olvido, en el breve compendio de la Vida admirable y Virtudes Heroycas del Illmo. Sr. Dr. D. Alonso de Cuevas Dávalos, Obispo electo de Nicaragua, Consagrado de Oaxaca, Arzobispo de esta Imperial Ciudad de México, su patria, que dexó escrita.... su autor, el Lic. D. Antonio de Robles, Notario Público.... México, 1757. Págs. 151 á 165..

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