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Pueblos de América, débil es mi pluma, y torpe mi lengua. Pero si á vosotros llegan mis escritos, escuchadme un poco, y acaso os desengañareis de las falsas ideas que os han hecho concebir muchos papeles incendiarios y revoltosos que no solo desde esta Corte, despues

vez en campaña, pretendiendo derramar con mas fiereza la preciosa sangre humana? ¡Peto no! Por mas que él procure la division entre las demas potencias y sus cortes: por mas que en éllas suscite alborotos, y se valgă, como gefe de todos los francmasones y sus diabólicas ideas, no permitira Dios que sigan tan desunidas como la vez pasada. ¡Y caso que así por nuestros pecados lo permitiese, sería de esperar que sola la Esfa, teniendo su querido Rey al frente, y corrigiendo sus costumbres, triunfase de aquel Tirano! Dios por sus altos juicios y nuestros delitos lo podria engrandecer otra vez; pero solo sería para acrisolar y conocer á los fieles, á su Dios, Patria y Rey de entre los infieles: y así el triunfo siempre sería seguro y por lo mismo mas glorioso!

que entraron los Napoleones, sino desde Cádiz y otras partes se os han dirigido con el fin de poneros en insurreccion, baxo el especioso pretexto de haceros felices, libres é independientes. Tened por cierto lo mismo que os dixe en mis comentarios: que los que incitan, desean y aspiran á estos nuevos gobiernos son unos hombres revoltosos, ambiciosos y egoistas, que con pretexto de procurar la felicidad de los otros, no procuran mas que la suya; sacrificando de ordinario á sus viles resentimientos á los que se les figuran émulos de sus pretensiones, ó á todos aquellos que les ayudań á fomentar la rebelion. Si teneis vuestras quejas mas ó menos fundadas contra los vireyes y demas empleados, de hoy en adelante serán oidas, y protegi

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das del modo mas eficaz por nuestro amado soberano el señor don Fernando VII y sus rectos ministros. Si baxo el gobierno de tan amable y justificado Soberano: si con las precauciones que tomará de enviar ciertos visitadores, sin que los empleados lo sepan ó puedan evitar, para que celen sobre su conducta: si baxo el gobierno de un Rey, que tan visiblemente nos ha destinado la Providencia: si baxo este Rey, que diariamente oye á sus vasallos con una afabilidad y llaneza, qual pudiera un padre á sus hijos: si baxo un Monarca tan justo y religioso, que ha dado el primer exemplo de reforma por su misma persona y palacio, no lograis estar bien gobernados, tened por cierto que no lo estareis aunque tuviérais uno en cada provincia ó

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ciudad. Pequeña era, y es, respecto de vuestras vastas regiones é islas, la de Sicilia: mucho mas reducidas eran las islas de Grecia, donde florecieron aquellos sabios y aquellas leyes que son la admiracion de nuestros dias. Y sin embargo, notad que én todas ellas hubo tiranos, cuyas crueldades y tiranías estremecen y consternan solo al oirlas. Tened presente lo mismo que dixe en mis comentarios: "Que todos los extremos son viciosos; y que si es temible el despotismo de un rey ó de un ti rano, tambien lo es, ó acaso mas, el del pueblo quando rompe los diques de la subordinacion, y no se dexa gobernar por la razon y las leyes; porque al fin el despo tismo y tiranía de ordinario son penas correspondientes á los pe

cados y desarreglo de los mismos pueblos. Quando las costumbres de éstos son arregladas á las máximas del evangelio y de los preceptos del Decálogo, que son las mejores leyes y constituciones, de pocas otras se necesitan; porque entonces Dios da á los mismos pueblos príncipes, reyes y ministros que los gobiernen con la mayor justicia y moderación. Is

Franceses; al fin de esta historia me es forzoso repetiros lo que dixe en el Napoleon ó don Quixote de la Europa: "Que mis sátiras y reconvenciones de ningun modo se dirigen á los franceses buenos, leales y cristianos; porque sé muy bien que quando una nacion tiene la desgracia de ser tiranizada, treinta millones de almas, por exemplo, estan gimien

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