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tos políticos muy antiguos, &c. han sido causa de que partiese un Ministro de Viena á Lisboa, y otro de Lisboa á Viena, pero estos exemplos son muy raros; y para que se verifique una negociacion permanente entre estas dos Cortes, es menester que tarde o temprano se efectúe el proyecto de que nosotros hemos hablado en el párrafo quarto. La Prusia mantiene un Consul en Lisboa; y como esta Potencia trabaja para hacerse realmente Comerciante, y cuenta ya con una Compañia de Indias, con un Puerto admirable en Embden, sobre el mar de el Norte, con muchos buenos Puertos en el Báltico, de donde puede transportar á Portugal mástiles, tablazon, madera para toneles y otros usos, telas de Silesia, y otra multitud de obras de sus manufacturas, que son en Portugal muy apreciadas, puede que los intereses del Comercio no tarden en producir algunas alianzas políticas entre las Cortes de Berlín, y de Lisboa.

No

§. XXXIII.

es verisímil, que ni la Dinamarca, ni la Suecia puedan jamás intentar proyectos de conquista contra Portugal, siendo cierto que no se hallan estas Potencias en disposicion, ni de hacer un grande Armamento, ni de enviar un Cuerpo de Tro

pas

Acia la Dinamarca, y la Suecia.

Acia la Corte de Roma.

pas bastante considerable para hacerse dueños de la menor posesion que tienen los Portugueses, ni perturbar su sosiego en las Indias, donde se hallan muy fortificados: por el contrario, estas Naciones Septentrionales son muy interesadas en mantener una buena inteligencia con Portugal, y poner su Comercio recíproco sobre un buen pie: con tanto mas fundamento, quanto este Reyno necesita de madera de construcción, cáñamo, lino, pez, alquitrán, metales, y otros muchos generos que produce el Norte, mientras que él les provee en cambio su oro, su plata, sus vinos, sus frutos, sus sales, y otras muchas producciones que componen la materia de un Comercio recíprocamente ventajoso. Portugal debe tambien conciliarse la amistad de las Naciones Septentrionales, porque en caso de necesidad, puede encontrar en ellas no solo todo género de municiones de guerra, y de boca, mas tambien Navios armados; pues estas Coronas vendrian con mucho gusto al socorro de una Potencia, que paga tambien los servicios que le hacen.

S

§. XXXIV.

con alguna Corte necesita conducirse con mucho tiento el Rey de Portugal, es con la Capital de el Orbe Christiano, en

aten

atención á lo que hemos dexado dicho en ordeu á la disposicion de los negocios. Eclesiásticos de este Reyno, á la autoridad del Papa, á las rentas del Clero, y á que muchas veces se han visto ser los primeros Ministros de Portugal Cardenales, ó adheridos de otro modo á la Iglesia.

§. XXXV.

PORTUGAL no tiene otras relaciones con la Puerta Otomana, sino por lo que concierne á su Comercio sobre el Mar Rojo, y á la proteccion que concede á los habitantes de la Costa de Berbería. Con los Piratas de Argél, Tunez, Trípoli, y Salé, está en perpétua Guerra, no solamente por causa de la Religion, mas tambien por los intereses de su Navegación, que debe proteger contra estos Corsarios.

6. XXXVI.

LOs que necesitan enterarse con mas particularidad en la Historia y Estado de Portugal, se podrán aprovechar leyendo las Revoluciones de Portugal, por Mr. el Abad de Vertot, Obra para la qual todos los elogios son cortos : la Historia General de Portugal, por el señor Clede: el Estado del Reyno de Portugal, por Mr. Seh

maus,

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maus, Autor Alemán : las Memorias Históricas de Oliveyra: la Relacion de la Corte de Portugal, en tiempo de D. Pedro II. : las Delicias de la España, y de Portugal; á cuyas Obras se podrán juntar algunas otras Historias, que la Académia de Lisboa ha dado al Público, y que no se tardará en traducirlas en Francés.

CA

CAPITULO SEGUNDO.

De la España.

§. I.

EASTE
STE Reyno, conocido entre los anti-
guos, ya baxo el nombre de Esperia, y ya
del de Iberia: verisimilmente tomó el nom-
bre de España, segun el concepto de los
mejores Antiquarios, de la palabra Fenicia
Sepan, 6 Sépana, que significa Conejo (a)
en atencion á los muchos, y de buen gusto,
de que abunda este Pays, cuya opinion pa-
rece que la confirma la alusion de una Me-
dalla del Emperador Adriano, la qual re-
presenta la España baxo la figura de un ani-
mal de esta clase.

Antiguos nombres de la España..

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(a) El célebre Isla se opone en el primer Tomo de la Historia de España, á la etimología que dan á esta voz algunos Autores, y dice con mucha gracia: Que la España no es, ni ba sido tan conejera como se supone ; pere que bien puede ser que en todos tiempos haya habido en ella muchos y grandes gazapos. En esta atencion busca una etimología mas honrada, mas decente, y sin comparacion, mas verisimil en la antiquísima lengua del Bascuence, donde al labio se llama España.

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