Imágenes de páginas
PDF
EPUB

tiene abandonado este ramo de industria (a), que segun Ustariz, cuesta anualmente á la Nacion mas de tres millones de pesos, cuya exôrbitante cantidad sale de la Península para la compra del Bacallao, y de los demas pescados secos y salados que les venden los demás Pueblos Comercian

tes.

§. VI.

Carácter de No puede haber una proposicion mas

los Españoles. cierta, ni mas juiciosa, que la de Mr. Montesquieu, cuyo respetable Autor dice, que la Nacion Española es propia para poseer un vasto y bello Pays inutilmente.(b)

Notas del Traductor.

El poder antiguo de la España no ha podido subministrarle bastantes fuerzas para conservar su superioridad: todo el oro y pla

(a) La Real Sociedad Bascongada, deseosa de promover este ramo de industria, que al mismo tiempo que dexára una masa enorme de dinero en el Estado, formaria una multitud de Marineros ha fomentado una Compañia, que se ha establecido en Bilbao, con destino de pescar, y salar varios pescados de que abundan las mares de Vizcaya.

[ocr errors]

(b) Esta proposicion de Montesquieu alude tanto á los inmensos Payses que tenemos despoblados en el Nuevo Mundo, como á los páramos dilatados que se ven en algunas Comarcas de nuestra Península, de dos siglos á esta parte, cuya soledad aflige á el caminante, quien despues de andar muchas leguas, no descubre sino una desmoronada, y feísima Venta, y algun Pueblo, que sus ruínas hacen creer que acaba de padecer un sangriento sitio, v horroroso bombardéo.

plata de la América no pueden hacerla rica: sus producciones naturales, ni las de sus Colonias no pueden hacerla Comerciante posee las mas preciosas lanas del mundo, y no tiene una Fábrica de reputacion (a): sus preciosísimas, y abundantes sedas las emplean en sus manufacturas las Naciones estrangeras: aunque es Señora de mares, y de rios que rebosan de pescados, no tiene sin embargo pesca capaz de llenar sus necesidades: con muchas Universidades, Académias, y Colegios, casi no se dan á luz en España otros Libros buenos, sino los que critícan la ridiculéz de las costumbres nacionales (b); ya se dexa

ver

(a) En el artículo de las manufacturas, desagraviaré á mi Nacion en ste asunto.

(b) Nuestro Autor, sin duda habla de la Obra de Don Quixote, y de algunas otras que se han propuesto el mismo designio que ésta, ¡Qué sensible! ¡Qué doloroso es para un Español leer una proposicion tan indecorosa, y no poderla impugnar de un medo que sea sólido! Yo me lleno de rabor; pero sin embargo, no puedo menos de confesar, que es casi cierta esta asercion denigrativa, si atendemos á los pocos libros erudítos que salen en España á reserva de los Theológicos, Ascéticos , y Juristas. Yo veo que se conjuram contra mí quantos lean esta proposición, que me saca la verdad á pesar de todo mi corazon: que me tratan de un bachillér, de un atrevido: que me llenan de todos los dicterios, oprobios, é invectivas que les dictará su rabia y pundonor; y que me dicen que lea la Biblioteca de Don Nicolás Antonio, la Obra de Lampilla, y otra multitud de Libros, en que se prueba con razones nerviosas la literatura Española; pero yo les responderé, que jamás ha habido en España mas

Aca

Notas del Traductor.

Nota del Traductor.

ver que unos efectos, tan funestos no pue-
den acaecer en una Nacion, en quien se
reunen talentos, valor, y otras muchas
qualidades recomendables, sin que militen
unas causas muy poderosas. Se puede atri-
buír la indolencia, y pereza de los Espa-
ñoles al excesivo calor del clima (a), asi
como al trato, y Comercio que tuvieron

con

Academias que en la actualidad, pues no hay un rincon
en la Península, en que no se haya establecido una
Sociedad Literaria, y que sin embargo

>

nunca salen menos Libros, que en el dia : siendo una prueba de esta verdad las Gazetas, en las que por un milagro se anuncia un Libro que no sea ó traducido del Francés, ú de los tres asuntos arriba insinuados. Diganme, pues, ahora: ¿Tiene, ó no razon de hablar en este tono Bielfeld? ¿Por qué no hemos de hacer una confesion ingénua de que hay mucha pobreza literaria en España, y que quando haya bastantes literatos, son nuestros sabios tan avaros de su ciencia, que no quieren hacernos partícipes de ella á sus Compatriotas? ¿Por qué nos hemos de empeñar en defender una cosa, que solo se puede sostener, á mi corto entender, por razones especiosas? Señores, vamos claros; lo que nos importa es dexar á un lado este falso pundonor, y manifestar por las Obras á todos los sabios de la Europa, que no somos tan bozales, como lo creen, y que siempre produce el suelo de España aquellos talentos divinos del siglo quince, y diez y seis, que por su grande sabiduría, y profunda erudicion, fueron el objeto de admiracion de toda la Europa Literaria.

(4) Si fuera el calor la causa de la desidia Española, siempre hubieran sido indolentes sus naturales. Ahora bien, es constante que en los siglos que fue este Reyno el depósito del valor, de las Ciencias y del Comercio fue igualmente el mas laborioso de toda la Europa, con que no haciendo en el dia mas calor que en el siglo 15 y 16. antes bien mucho menos, pues si es cierto el sistema del

[merged small][ocr errors]

con los Moros, aquel espíritu Romancesco, aquella inclinacion á la Caballería, aquel menosprecio ácia los Pueblos mas civilizados, y los trabajos mas útiles (a), y aquella estimacion que raya en la extravagancia por la nobleza y holgazanería. El orgullo, que es sin duda la conseqüencia ó por mejor decir, el principio de este modo de pensar, está difundido en todos los ordenes del estado, y ha llegado baxo el nom

bre

sapientísimo Bufon, el mundo se va resfriando por instantes, y es preciso que en el discurso de dos siglos se haya refrigerado algun tanto, se seguirá que la causa de esta pereza con que nos dan en cara tan repetidas veces los Estrangeros, no pende en el clima, sino en las buenas ó malas providencias del Gobierno, como ya lo he dexado expuesto en el Capitulo de Portugal.

[ocr errors]

(a) De este menosprecio que reyna por los trabajos utiles tienen una gran culpa las leyes que se formaron en tiempos en que no se conocía que no hay trabajo que no sea decoroso, y que solo la holgazanería es digna del desprecio público. En esta inteligencia yo me persuado que sería muy conveniente para el fomento de todos los Oficios, que no hubiera esta diversidad de clases, y distinciones entre Artes mecánicas, y Artes liberales, sino que hubiera una sola clase de Artesanos en la que estuvieran incluidos desde el Labrador hasta el Pintor, sin que fueran éstos mas que el Zapatero, el Carnicero, el Sastre, y el Herrero : Otra en que se comprehendieran todos los cuerpos científicos como Abogados, Medicos, Cirujanos, Boticarios: Otra de Comerciantes por mayor: Otra de Mayorazgos. &c. &c.

Para tratar este punto como corresponde, era menester hacer una larga disertacion; y como esta es una nota, me ciño tan solo á insinuar un pasatiempo que desde Juego se conoce las utilidades que produciria su establecimiento.

Notas del Traductor.

turas.

bre de grandeza á ser el caracter dominante de la Nacion. (a) A vista de semejantes causas no es dificil descubrir la decadencia de esta poderosa Monarquía.

§. VII.

Manufa6- SIENDO de esta naturaleza el genio de los
Españoles, desde luego se figurará uno el
estado en que se deben hallar sus manufac-
turas, y no se deberá precipitar á formar
un concepto muy ventajoso de ellas,
só pe-
na de equivocarse de medio á medio. Las
pocas fábricas que hay, están por lo gene-
ral en las manos de los Franceses; pero los
limitadísimos fomentos que disfrutan, las
tiene reducidas á tal punto que apenas mere-
cen semejante nombre. En conseqüencia de
esta escasez de manufacturas que se padece.
en España, se ven precisados sus naturales
á proveerse de los generos, que le ofrece la
industria estrangera en cambio de sus meta-
les. En varias ocasiones ha intentado esta-
blecer el gobierno algunas manufacturas, y

Nota del Traductor.

asi

(a) Parte de esta pintura acaso haviera venido bien para el siglo 15 pero en el dia está muy lexos de ser exâcta. Bien es verdad que es disculpable Bielfel de haber incurrido en esta grosera falta, porque no ha hecho mas que copiar á un sapientísimo Frances, que sin embargo de su singular juicio, prestó asenso á las indecorosas noticias que le dieron quatro monos, de una Nacion tan respetable como es la Española.

« AnteriorContinuar »