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Ilustrísimo Señor | Don Juan Manuel del Corral, Cura propio de la Iglesia Parroquial del Valle de Villa Vieja de Heredia, ante V. Señoría Ilustrísima con la mayor beneración y en la mejor forma que haya lugar en derecho, parezco y digo: Que por la Santa Visita y confirmaciones que V. Señoría Ilustrísima ha celebrado en este valle habrá tocado con la misma experiencia el crecido número de almas que están derramadas avecindadas en sus haciendas, y Chácaras que ocupan el dilatado Campo de todo este Valle, no tiene duda que pasan de diez y ocho mil almas las que que están sujetas á la jurisdición de la Campana de esta Iglesia Parroquial, como lo aseguran cuantos practicos del Pais V. Señoría Ilustrísima guste examinar sobre este punto-Igualmente es cierto y notorio que en esta Iglesia de Villa Vieja lo más que pueden caber, estrechándose cuanto puedan, son de mil y quinientas á dos mil personas. Puedo asegurar, bajo la religión del juramento, que, á escepción de la festividad de Concepción y de la Semana Santa, muy pocos Domingos y días de fiesta he visto la Iglesia llena, de modo que sin escrúpulo alguno puedo afirmar á V. Señoría Ilustrísima que vivo con el desconsuelo que más de doce mil almas de mi feligresía se quedan sin oir la Santa Misa y la esplicacion de la Doctrina en el discurzo del año; y que solamente la obligación del cumplimiento de Iglesia los trae con mucha morosidad y tardanza para la confesión y comunión Pascual-Este daño y perjuicio de tantas almas nace de dos principios inaccesibles á las cortas y reducidas facultades de un Cura, y son la grande distancia en que viven y la suma pobreza y desnudez de esta provincia. Permítame V. Señoría Ilustrísima que le esponga con estensión estos dos puntos.-La distancia de este Valle y feligresía desde el sitio de Alvirilla hasta la Quebrada-Honda del monte del Aguacate ocupa el espacio de más de diez y seis leguas por largo; y mirando de Oriente á Poniente; y por ancho, mirando de Norte á Sur y hasta la Montaña de Pacaca, se extiende por ocho leguas. Desde la falda de la Montaña de quebrada-honda se ha ido poco á poco poblando el espacioso Valle, de modo que están derramadas por todo el todas las almas ocupando cada familia el terreno que necesita para sus Ganados, milpas, trapiches de caña dulce y otros frutos de que abunda este Valle, que todos son el nervio para la subsistencia y manutención, así de esta Villa como de toda la Provincia. La precisión de cuidar estas Haciendas, que mantienen tantas

familas, les obliga á vivir desterradas del Comercio humano, y poco menos que imposibilitadas para frecuentar entre año el pasto espiritual y alimento Divino; pues la distancia en que se hallan no les dá tiempo para que lleguen á hora de la Misa-No les queda el recurso que á otros feligreses de poder acudir, para lograr de este beneficio, á otras Iglesias ó Ermitas pertenecientes á los Curatos circunvecinos: por que los contiguos son el de la Ciudad de Esparza; el del pueblo de Nicoya y el de la villa de Nicaragua. El de Esparza está distante desde la boca y falda de la Montaña más de diez leguas de asperísimo paso en el monte del Aguacate, que es intransitable en el Ibierno. El de Nicoya es notorio que está distante sesenta leguas de este Valle y el de Nicaragua ciento y veinte y dos leguas-Aumenta el desconsuelo el abandono espiritual en que ha estado por tantos años toda esta Costa, Valles, Pueblos, y haciendas que se hallan por todo el camino R'; pues V. Señoría Ilustrísima ha tocado y visto que en el espacio que hay desde la Villa de Nicaragua hasta esta Villa-Vieja, que son ciento veinte y dos leguas (que por tales las paga el Rey), no se conserbaba en Iglesia alguna el Divinísimo Sacramento del Altar para pasto de los fieles y Viático de los moribundos; de modo que en todo este terreno hasta las inmediaciones de esta Villa Vieja, es indubitable que habitan más de treinta mil almas, cuyos antepasados han muerto todos sin el consuelo del Viático y solamente con la Santa Vnción que se conserbaba en las Iglesias de la Ciudad de Erparza, de las Villas de las Cañas, Bagases y Guanacaste; porque la pobreza y desamparo de aquellas Iglesias, no daba facultad para conservar perpetuamente el Divinísimo.-Este abandono lo ha causado con el discurso de los años el no haber podido los Ilustrísimos Prelados de León venir personalmente á visitar estas Iglesias; Vino V. Señoría Ilustrísima, y el primer paso que dió en su Santa Visita fué remediar este desamparo y dar pronta providencia para que se conservase permanente el Divinísimo en las Iglesias de las Villas del Guanacaste, Bagaces, Cañas, y Ciudad de Esparza y que por este medio tuvieren aquellas almas este consuelo para vida y muerte. He manifestado á V. Señoría Ilustrísima los daños y perjuicios que padecen las almas de esta feligresía por razón de la distancia de esta Campana; pero las hace mucho mayores la suma pobreza de toda la provincia. No se encuentra en este Valle casa ni familia que tenga mantillas para las mugeres, capas para los hombres, ni ropa decente con que cubrir su desnudez y presentarse con alguna decencia en esta Villa y en su Igle

sia donde concurre el Vecindario: por que es público y notorio que ninguna casa y familia de este Valle puede costear mantillas para todas sus mugeres, ni capas para todos los barones. Las familias que tienen algún haber, que son pocas, cuando mas costean dos mantillas para todas las hijas, aunque sean muchas, y dos capotes ó cobos para que se cubran los hombres; y V. Señoría Ilustrísima ha notado muy bien que una misma ropa en ambos sexos ha llegado en distintas personas y familias las treinta y cuarenta veces repetidas para poder presentarse á recibir el Santo Sacramento de la Confirmación y acaso por esta razón la piedad de V. Señoría Ilustrísima se ha explayado á dar tantas Mantillas y sanaguas en esta Provincia, y especialmente en la Capital de Cartago.-En todo este Valle los pobres de ambos sexos se comunican entre sí para el tráfico, ó cubiertos los hombres con media manta ó vestidas de gala las mugeres con un pañuelo por la cabeza: con este afán viven entre la desdicha y desnudez, contentos con el alimento que les dá lo fertil del País; pero les retrae para venir á la Parroquial á misa su misma vergüenza y indecentísimo traxe; y de esta nace que cuando más concurren á la Iglesia los Domingos y días festibos la décima parte de los habitantes, que son los que pueden presentarse medianamente vestidos; y aquí está el escrúpulo y desconsuelo de un Cura Párroco; porque importa poco que todos los Domingos se explique la Doctrina, como lo ejecuta, si la mayor parte de sus feligreses no puede venir á oirla.-Remediar tan general y estrema desnudez sólo Dios puede; pues todos los haberes Reales, no alcansarían para socorrerla. Sólo un remedio encuentro en lo humano y es el mismo que V. Señoría Ilustrísima ha tomado en los pueblos y rancherías que ha visto; y es el de proporcionar la distancia del distrito y marco de la Parroquia, poniendo en la mediación de este Valle una Iglesia, bien sea ayuda de Parroquia para conservar el Divinísimo Sacramento, ó bien sea oratorio público donde á lo menos tengan los días de fiesta la Santa Misa y esplicación de Doctrina-En el Curato de Esparza y en el de Nicoya socorrió V. Señoría Ilustrísima aquellas desamparadas almas, poniéndoles el Divinísimo Sacramento permanente con los Sagrarios de las tres Villas, Guanacaste, Bagases y Cañas, y todos aquellos fieles logran ya el consuelo de que han estado pribados tantos años: pues, Señor Ilustrísimo, ¿por qué no han de lograr esta misma piedad y beneficio las obejas del dilatado Valle de Heredia? estos son fieles vasallos del Rey, cuyo paternal amor no se puede negar á concederles su Real per

miso.-Verdad es, que en las tres citadas Villas encontró V. Señoría Ilustrísima tres Iglesias hechas, en las que se administraba la Santa Vnción á los moribundos, y que en este dilatado Valle no hay más Iglesia que en esta Villa Vieja de Heredia, pero también es cierto que en ninguna de las tres referidas Villas estarían sus vecinos tan dispuestos para hacer su Iglesia como lo están los de este Valle. Convida la abundancia y fertilidad del terreno, la multitud de familias que lo desean y piden con ansia; y por relación adjunta veerá V. Señoría Ilustrísima que, sin esperanzas alegres, en pocos años podrá ser la población mas grande de Costarrica-En medio de este Valle están situados cinco Barrios habitados y cultivados de los vecinos de Casa abierta contenidos en la relación que acompaño; y son los Barrios de la Alajuela, Siruelas, Targuas, Puás, y Río Grande: los fertilizan dos ríos llamados Siruelas y Alajuela, con tanta facilidad, que sin puentes, presas, ni calzadas va el agua toda por donde quieran llevarla. El temperamento es sanísimo, el terreno fertilísimo y franquea, las mejores y más cercanas maderas para la fábrica de las Casas; ninguna cosa es más interesante al estado, que las poblaciones, y en parte alguna será tan fácil y con tanta brevedad hecha, como en el sitio que llevo demarcado. Este lo han elegido los mismos vecinos que conmigo y este memorial se presentan y con las mayores ansias piden á V. Señoría Ilustrísima el remedio de su desamparo.- Como poco prácticos en estos negocios no han conseguido su fin, aunque lo han solicitado muchas veces. Acudieron á Guathemala ante el muy Ilustre Señor Presidente y Vice real Patrono, para obtener su permiso; pero como pobres y dispersos por todo el Valle, ni se han podido para acordarse en el asunto, ni han podido costear los gastos necesarios para practicar las diligencias precisas.-Con la ocasión de ser preciso á V. Señoría Ilustrísima pasar por este sitio para volverse á la Capital de León, esperan estos Pobres su consuelo, por que tocará visiblemente lo que es dificil de explicarse con la pluma; y yo, como su Cura y que tanto interés debo tener en el bien espiritual y temporal de estos feligreses, ruego rendidamente á V. Señoría Ilustrísima, que por un efecto de su bondad y por las entrañas de nuestro Señor Jesucristo, se digne hacer mansión dos ó tres días en aquel paraje para confirmar á todas las personas, que por retiradas y pobres, no han podido pasar á efectuario en esta Villa; con este motivo tocará palpable cuanto expongo en este memorial. Veerá V. Señoría Ilustrísima un ormiguero de almas derramadas, ó por mejor decir, arrastradas para buscar su ali

mento en este Valle. Le llamo ormiguero por la multitud ó confusión, que es tan grande, que nunca se ha podido en los padrones concertar el número fijo de vivientes, y de esto nace la variedad que en ellos continuamente se encuentra; en unos resultan doce mil personas, en otros catorce y quince mil, y en el que ahora se ha formado para las confirmaciones, resulta que pasan de diez y ocho mil las personas vivientes. Entre tantas parece imposible que algunas no se aprovechen del pasto espiritual de la Doctrina de V. Señoría Ilustrísima y del bien espiritual que tenga por conveniente dejar dispuesto para el aprovechamiento de estos pobres.-A V. Señoría Ilustrísíma pido y suplico se digne atender á los clamores de estos desvalidos feligreses que exponen por medio de su Cura, que, postrado humildemente á V. Señoría, le ruega que los atienda, quedando en la obligación de pedir á nuestro Señor guarde la importante vida de V. Señoría Ilustrísima muchos años. Villa Vieja á diez y ocho días del mes de Septiembre de mil setecientos ochenta y dos años.-Ilustrísimo Sor.: Beso la mano de V. Señoría Ilustrísima su atento Súbdito y Capellán -Juan Manuel López del Corral.

Auto

En la Santa visita de Villa Vieja á veinte y dos dias del mes de Septiembre de mil setecientos ochenta y dos años: El Ilustrísimo Señor Don Esteban Lorenzo de Tristán, Obispo de Nicaragua y Costarrica, mi Señor. Habiendo visto el pedimento y memorial que antecede dijo: Que debía mandar y mandó que se reciba Información de testigos practicos fidedignos y que tenga cabal conocimiento del Valle de Eredia y de los vecinos que habitan en los cinco barrios que en dicho memorial se expresan; los que se examinen sobre los puntos contenidos en el pedimento del Cura de Villa Vieja; para en su visita proceder á lo que haya lugar-Y así mismo mandó su Señoría Ilustrísima que, sin embargo de los muchos días que en esta dicha Villa ha confirmado, por el Cura Don Juan Manuel del Corral, se avise á los vecinos de dichos Barrios que, para alivio y consuelo de los feligreses que por su desnudez y pobreza no han podido venir á confirmarse á esta Iglesia, su Señoría Ilustrísima pasará personalmente á practicarlo á dicha Valle, y al mismo tiempo á reconocer las ventajas y propor ciones que ofrezca para establecer en él Iglesia ayuda de Parroquia que socorra la necesidad de tantas almas, y poder con toda verdad y conocimiento informar de su urgente

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