Cada corriente pedagógica parte de una concepción particular y propia de lo que es y debe ser la educación, cada una trata de hacer realidad la existencia de un perfil de hombre y de un tipo de mundo determinados. El problema se presenta a la hora de decidir qué enfoque teórico es el más adecuado para el sistema educativo. Ante tal disyuntiva, el autor propone un modelo abierto de planeación y evaluación del proceso de enseñanza-aprendizaje, el cual parte de cuatro principios básicos sobre la educación:
1. Es un proceso básico para la formación de cada individuo y el desarrollo de la sociedad;
2. debe ser auténtica.
3. entenderla como un acto intencional y consciente que busca la comprensión, la afirmación y transformación del mundo y del propio sujeto y, por tanto.
4. amplía el horizonte de significados y valores del educando que le permitirán apropiarse de sí mismo y de su entorno.
Aun cuando este enfoque parte de una perspectiva humanista, en esta obra se revisaron las principales corrientes teóricas (la tradicional, la tecnológica, la didáctica crítica y la humanista) en cada una de las etapas del proceso; su finalidad no es plantear un modelo nuevo que sustituya a los ya conocidos y experimentados, sino aportar elementos para motivar a los protagonistas de la educación a buscar nuevas formas de concebir y planear el proceso de enseñanza-aprendizaje.